—¿Cómo te sientes? — me pregunta cuando caminamos por la banqueta.
Su auto quedo algo lejos pero no me molesta, aunque el cielo cada vez está más oscuro. He estado callada desde que salí y puede pensar que lo ignoro, pero... puede que en parte si porque tengo muchas cosas en la cabeza.
—Si, no te preocupes solo estoy algo pensativa pero no creas que te ignoro — le asegure.
—Bien, me preocupaba un poco que no estuvieras bien y yo te estuviera incomodando.
—Todo bien no me incomodas para nada — le sonríe falsamente.
—Correcto — dice y comenzamos a llegar a la plaza principal veo grafitis por la mayoría de cosas, pero me da igual realmente —¿quieres un café o algo así?
—¿O algo así? — lo imite y comenzó a reír sin poder evitarlo me contagió.
—Yo no tengo un acento, Rory.
—No, pero lo dijiste con voz grave de chico malo.
Se ríe y niega con la cabeza —Eres buena para burlarte de mí.
—No, en realidad soy buena para burlarme de todos.
—Vaya, y yo que me sentía especial.
Lo tome de la chaqueta y se detuvo, se giró y miro mi agarre.
—Eres especial, solo que no en eso.
Dio un paso hacia mí y lo tengo muy cerca y puedo ver con claridad su rostro. —¿Y qué tan especial soy para ti?
Trague saliva e ignore el escalofrió de mi columna cuando sentí su mano en mi brazo —No mucho si me miras así.
Sonríe —¿A qué te refieres? — pregunta haciéndose el inocente.
—Eso que haces con los ojos — le dije y los señalé.
—¿Esto? — pregunta y hace viscos haciéndome reír.
Le doy un manotazo y negué con la cabeza —No, payaso. A eso de mirarme fijamente y... — un viento helado hace que me retuerza y termine pegada en sus brazos. —Lo siento, es que me dio frio de pronto.
Mire alrededor y note que los árboles se mueven enloquecidos y huele a tierra mojada.
—Parece que la tormenta está cerca — dice y lo mire confundida — la que anunciaron en las noticias esta mañana.
—No veo las noticias.
Arruga la frente —¿Quién no ve las noticias?
—¿Quién de veintitantos las ve? — le pregunte.
Se separa y se quita la chaqueta y me la pone sin preguntar sobre mis hombros —Úsala, aunque no sé cuánto frio pueda quitarte es mejor que nada.
Le sonreí agradecida —Gracias.
Nunca habían hecho eso, el gesto lo vi en películas románticas malas y pensé que era bobería hasta que sentí la tela cubrirme y el olor de su colonia meterse en mi nariz como un aroma cálido.
—Deberíamos irnos antes de que llueva, no me gustaría que te enfermaras.
—Bien.
Dimos la vuelta para regresar por donde íbamos y buscar el auto. A medio camino una figura femenina se posó frente a mí con una sonrisa.
—¿Qué tal reina Aurora? ¿Ya te has convertido en una mortal? — me pregunta en un tono muy agudo.
Diana está de pie frente a mí con el cabello rubio y un traje rosa que le da la imagen de Dolores Umbridge, la última vez que la vi fue en la graduación y no se parece en nada a lo que tengo en frente, ya no es tan delgada como solía serlo, tiene el cuerpo embarnecido además de que el maquillaje le da un aire más maduro.
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𝑬𝒍 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑫𝒆 𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒊𝒏𝒂 𝒁𝒐𝒓𝒓𝒂 (Editando)
Teen Fiction𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐃𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨: ¿𝐀𝐥𝐠𝐮𝐧𝐚𝐬 𝐯𝐞𝐳 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐬𝐭𝐞 𝐚 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐛𝐚𝐬 𝐞𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐥𝐮𝐞𝐠𝐨 𝐭𝐞 𝐝𝐚𝐬 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐝𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐬 𝐫𝐨𝐭𝐚𝐬 𝐧𝐨 𝐩𝐮�...