—Debemos ir a la farmacia, pero ya — le dije nerviosa.
No estaba tan lejos, pero la idea de estar embarazada ahora mismo me hizo sentir que todo el camino duró horas y que todo estaba en cámara lenta. Cuando se estacionó me bajé de golpe con mi bolsa para entrar a la pequeña tienda con luces naranjas y pequeñas calabazas afuera.
En cuanto cruce la puerta me dirijo al pasillo buscando las pruebas de embarazo y busco la marca que compre cuando paso lo mismo con Sebastián. Carajo, me siento totalmente confundida como si todo fuera parte de una película y Erik solo se acerca al mostrador con la expresión seria que tenía cuando salió de casa de su hermana ¿estará tan perdido como yo?, paso por todas las cajas y al fin la veo, la agarro y la llevo adonde esta él.
—Ten — le digo poniendo la caja rosa enfrente de unas pastillas y una botella de agua — ¿para qué es eso?
—Para tu malestar — dice y se acerca una señora morena que nos mira con burla.
–¿Un accidente? — pregunta con gracia.
Le miro la cara mal maquillada y me trago mis palabras porque no es el momento de responderle a la vieja.
—¿Cuánto será? — preguntó él
—Veinticinco cincuenta, por favor — dice y tomo la prueba antes de que la meta en una bolsa.
—Voy al baño — le digo, pero me toma del antebrazo.
—¿No quieres hacerlo en otro lugar menos público?
—¿Te da vergüenza que alguien de aquí me vea?
—No, pero no quiero pensar que un futuro si estás embarazada que entraste al baño de una farmacia barata para hacerte la prueba.
Lo mire y se nota que no bromea ni nada parecido.
—Si lo estoy, le cuentas al bebé que hice la prueba en un hotel cinco estrellas con Lady Gaga al lado de la habitación — no puedo esperar y no quiero hacerlo.
Entre al pequeño baño para hacer esto rápido y saber qué pasará. Un silencio llena mi auto mientras Erik lo conduce, no tiene su mano en mi pierna como siempre aún no dice nada sobre el resultado y me preocupa cómo se sienta con eso.
—No has dicho nada — le recuerdo con timidez.
Suspira con pesadez —¿Qué debo decir?
—No lo sé, tal vez un "hurra no seré papá aún" — dije intentando animarlo.
—¡Hurra no seré papá! — suelta fingiendo emoción — ¿así está bien?
—Erik, no, perdón, solo intento animar las cosas aquí, no estoy embarazada y era lógico nos cuidamos mucho, pero la duda surgió.
—¿Podemos hablar de otra cosa, por favor? — suplica y viene a mi mente.
Está triste porque no vamos a tener un bebé juntos y además acaba de pasar una hora con su hermana insinuando que jamás podrá tener la vida que quiere conmigo y acabas de hacer un chiste.
—¿Puede que estés algo decepcionado? — le pregunté.
—No — suelta a la defensiva.
—Erik, no es el momento para tener un bebé, para ninguno de los dos. Tú estás en el mejor momento de tu carrera viajando cuando debes y disfrutando eso, yo ya tengo un hijo trabajo en línea y no estoy cerca de establecer me dé la forma en la que quiero.
—Yo no dije nada de eso.
—Lo sé, pero parece que te decepciono que no estuviera embarazada y ahora todo se siente raro.
ESTÁS LEYENDO
𝑬𝒍 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑫𝒆 𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒊𝒏𝒂 𝒁𝒐𝒓𝒓𝒂 (Editando)
Teen Fiction𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐃𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨: ¿𝐀𝐥𝐠𝐮𝐧𝐚𝐬 𝐯𝐞𝐳 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐬𝐭𝐞 𝐚 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐛𝐚𝐬 𝐞𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐥𝐮𝐞𝐠𝐨 𝐭𝐞 𝐝𝐚𝐬 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐝𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐬 𝐫𝐨𝐭𝐚𝐬 𝐧𝐨 𝐩𝐮�...