Capítulo 32

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De pronto me mira y pone una enorme sonrisa en su estúpido rostro.

—¡Mi amor, te ves hermosa! — dice haciendo ademanes con las manos.

—¿En serio? Porque la última vez que me puse esto insinuaste que parecía prostituta — solté cruzando los brazos sobre mi pecho –¿qué es lo que quieres aquí?

Se acerca tambaleando hacia mí, pero se detiene cuando doy un paso atrás — Te extraño mucho, ¿no me extrañas?

—No.

Se queda serio, pero luego se echa a reír como si acabara de contar un chiste.

—Lo haces tanto como yo a ti, solo me mientes para que me vaya — puede que si — te necesito a mi lado ¿por qué no vuelves?

—Estás borracho — se ríe con más ganas y niega con la cabeza — no sé si estás aquí para hacer el ridículo, pero lo estas logrando, hoy me encontré con tu vieja novia, y me hace feliz informarte que la golpeé por insultar a nuestro hijo.

—¿Volverías conmigo si cambio? — me pregunta de pronto.

—No, yo no quiero volver contigo — declare segura.

—Pero me amas y yo a ti, por qué no estar juntos con nuestro hijo, te prometo que todo será como antes solo seremos nosotros tres pasando el día juntos por ahí riendo. Ryland te amo — dice y lo mire incrédula.

Camina hasta quedar cerca como para oler su loción combinada con whisky, me mira con los ojos inyectados de sangre. Pone su mano en mi cadera y me aprieta, no duele, pero me siento incomoda.

—¿Dejaste de amarme ya? — pregunta mirándome, pero yo bajo la cabeza —¿crees que alguien te amará como yo? Nadie te dará todo lo que puedo darte, puedo darte el mundo y lo sabes.

—Tú puedes dar muchas promesas, eso es lo único.

— Eres el amor de mi vida, así como yo soy el tuyo. He cometido errores enormes, lo sé, pero lo que quería decirte es que seré el hombre que necesitas, me convertiré en lo que quieras que sea.

—¿Crees que así se va a arreglar todo diciéndome que te perdone y cambiarás por mí? Yo no necesito que lo hagas ahora, yo necesitaba que lo hicieras cuando estábamos juntos cuando pensé que podríamos seguir.

—¿Y ahora no lo crees? — cierra los ojos y respira profundamente apretando el puente de su nariz y mirándome irritado — quiero contarte todo lo que está pasando y pedirte otra oportunidad porque te amo y temo que nunca dejaré de hacerlo — mira sobre mi hombro y farfulla —¿crees que él te hará feliz? Él no soy yo jamás podrá hacerte sentir como lo hago yo.

—Tal vez eso sea bueno, porque de un tiempo atrás hubiera preferido ahorcarme antes de pasar otro minuto contigo — me toma con ambas manos y me pega hacia él — tengo que irme y tú también.

—No te vayas — me suplica y se aferra a mi mano — no me dejes de nuevo, igual que todos en mi vida.

El sentimiento de culpa me invade al escuchar sus palabras, pero sé que debo irme, esto no está bien para nada.

—Lamento que hayas estado solo, pero no seré más tu compañera confiable – acerca su rostro al mío e intento apartarme — quítate de encima por favor.

Pega sus labios a los míos intento empujarlo, pero no cede. Quiero devolverle el beso, pero sé que no debo hacerlo.

—Seré el viejo Richard que quieres, seré ese tipo que te encantaba cuando nos casamos lo prometo – dice contra mis labios — te amo.

𝑬𝒍 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑫𝒆 𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒊𝒏𝒂 𝒁𝒐𝒓𝒓𝒂 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora