Capítulo 03

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Ya pasó una hora desde que subí a la habitación después de cenar y jugar con Sebastián, lo deje dormido y he visto por la ventana que se acaban de ir y no falta mucho para que suba hecho una furia.

Me quedo quieta en el balcón sintiendo como el aire frío me golpea el rostro hasta que la puerta se cierra de golpe y los pasos se escuchan por todos lados.

—¡Quiero que me des una explicación en este momento! — exige.

—Si no sabes el por qué actué así entonces no creo que debamos hablar — le dije.

Se pasa las manos por el cabello corto sin peinar supongo que estuvo un momento en el baño antes de venir aquí.

—Te pedí que fueras amable y cordial, ¿qué parte fue la que no entendiste? — suelta

—¿Qué parte del concepto respeto no entendiste de niño? — solté

Sus ojos azules son profundos e irradian enojo, pero mi mente solo puede pensar en el momento cuando irradian felicidad y eso es lo que quiero.

—¿Qué es lo que me miras? — pregunta con la voz ronca mirándome.

—Yo... — alguien golpea la puerta y Richard se acerca deprisa para abrirla.

—Deberías de aprender de una vez que no puedes ir por ahí haciendo lo que quieras, ellos son mis padres y...

Sebastián esta frente a la puerta esperando a que alguien abriera.

—¿Están peleando? — pregunta preocupado mirándonos a ambos.

Tengo que olvidarme de Richard ahora mismo y concentrarme en lo que importa. Me acerco hasta él y me pongo en cuclillas para quedar a su altura

—No, solo teníamos una discusión sobre temas de adultos, ¿te despertamos?

Asiente y mira a su padre que ni siquiera le regresa mirada.

—¡Richard! — nos mira y se calma.

—¿Puedo dormir aquí? — pregunta en un susurro.

—No creo que sea una buena idea— le dije porque en verdad deseo terminar esta discusión, pero no frente a él.

—Déjalo puede dormir entre nosotros — dice Richard extendiendo su mano para que Sebastián la tome — vamos hijo, iremos a dormir.

Son las nueve de la noche, ni siquiera de niña me dormía a esta hora, pero es parte de la rutina que hemos creado para él. Ambos caminan hasta la cama y Richard lo toma en brazos para acomodarlo en el medio del colchón.

—Gracias papi — dice alegre logrando que Richard le sonría.

—Mamá y yo terminaremos de hablar en el balcón para que puedas dormir — asiente y se queda quieto mirando al techo.

—No — solté fría.

—¿Disculpa? — dice con el ceño fruncido

—Esto lo terminaremos mañana, ahora solo quiero arreglarme para dormir — dije y antes de que pudiera decirme algo más tome mis cosas del clóset para encerrarme en el baño.

Cuando recargo la espalda en la pared siento que detengo un momento las cosas que cargo en mis hombros. Tomo aire y me despegó de la puerta para pararme frente al espejo, odio el tener que quitarme todo esto para ir a dormir me parece algo innecesario el maquillaje extremo y los peinados todo últimamente me parece demasiado.

Paso una de las toallas desmaquillantes por mi rostro y la puerta se abre, sabía que tenía que haber cerrado con seguro. Está parado mirándome serio no he girado mi cabeza para verlo, pero el reflejo en el espejo me traiciona.

𝑬𝒍 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑫𝒆 𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒊𝒏𝒂 𝒁𝒐𝒓𝒓𝒂 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora