Capítulo 46

255 27 33
                                    

En cuanto el ascensor se detiene, el chico vuelve a tomar las maletas y me mira de reojo sonriendo, pronto la cara le cambia al dar un paso cuando su cuerpo se va hacia adelante y cae de cara contra el suelo con todo y maletas. Sebastián comenzó a reír y yo me mordí el labio para no hacerlo, Erik sonreía.

—¿Estas bien? — pregunta con descaro.

Era obvio que le había metido el pie, pero el chico no dijo nada, solo se levantó y asintió con la cabeza. Caminamos por el pasillo y al poco tiempo, nos detenemos y veo un pasillo, está al aire libre todos los pisos se ve lindo tienen muchas flores de colores todo el aspecto tropical, aunque si palmeras ni nada.

Salimos y veo en una esquina una puerta blanca enumerada con la placa dorada con el número seis y la palabra "Guiñones" en ella.

— Esta es tu habitación — dice mirándome — llevaré sus pertenencias.

— Yo lo haré — dice Erik quitándola de su mano — gracias, ya no te necesitamos.

Carlos se va y nos deja solos a los tres — Debo desempacar todo esto — dije abriendo la puerta de la habitación.

—¿Entonces no podemos ir a la piscina aún? — pregunta mi pequeño haciendo un puchero.

—Si quieres hacer esto yo puedo llevarlo a la piscina — dice él.

—No, está bien puede esperar — le dije mirando a Sebastián.

—En verdad no me molesta — me asegura sonriendo como siempre.

Suspiré rendida y asentí — De acuerdo, no me tardo en bajar.

Ambos se fueron de la habitación dejándome a solas para deshacer las maletas, aunque estoy segura de que no es casi nada de ropa prefiero tenerlo organizado para estos dos días en la habitación. Cuando termine de acomodarlo veo las dos camas bien ordenadas y después veo el traje de baño blanco que parece normal, pero estoy muy segura de que algo tiene para que Lassie lo haya escogido.

Mi celular suena y llena de sonido toda la habitación cuando lo tomó en la mano veo el nombre de Coleman y desgraciadamente tengo que contestar.

—¿Qué? — pregunté

—Buenos días a ti también, estoy afuera de tu casa vengo a recoger a Sebastián para llevarlo conmigo – dice y fruncí el ceño.

—Hoy no te toca pasar por él, es hasta el próximo fin de semana.

—Pensé que era hoy, pero de igual manera no puede estar haciendo algo interesante encerrado en tu casa, solo déjame pasar con él un rato para que hablemos.

—¿De cómo su mamá destruyó esas promesas vacías que le decías sobre que un día volveríamos a estar juntos? Coleman, no soy idiota mi hijo me llama mentirosa al igual que a ti por haberlo ilusionado con esas ideas y para aclarar si me toca un fin de semana con él significa que es mi tiempo para estar a su lado no para que me lo pidas un rato.

—Veo que te has levantado de un pésimo y poco razonable humor — dice y se escucha burlón.

—Que te den Coleman, no verás a tu hijo hoy — le dije.

—¿Por qué te pones en esa actitud tan arrogante? Doy gracias por no tener que soportarla más.

—Coleman, si vuelves a hacer otro comentario así voy a bloquear tu número y tendrás que saber de mi hijo por medio de mi abogado.

—¿Dónde están porque no te escuchas adentro pero tu auto está estacionado?

—Estamos fuera pasaremos el fin de semana en un lugar — dije sin querer dar más detalles lo último que necesitaría es verlo por aquí.

𝑬𝒍 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑫𝒆 𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒊𝒏𝒂 𝒁𝒐𝒓𝒓𝒂 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora