Le pongo la venda en la mano y queda listo.
—Ya quedaste — cerré el botiquín para dejarlo en al lado.
—Gracias — se mira la mano y me recuesto en el camastro para relajarme.
—Mamá, ven aquí creo que puedo nadar sin tapar mi nariz — me grita.
—Claro, mamá, ira en un minuto — me puse los lentes de sol e intenté descansar.
—¿No iras para allá? — pregunta.
—En un momento, necesito tomar aire en este lugar tan cómodo y suavecito.
—Quiere mostrarte lo que sabe.
—Está muy lejos y no me quiero moverme de aquí en un rato — dije cerrando los ojos, pero siento a alguien frente a mí y de pronto sus manos se posan en mi espalda y piernas para con fuerza levantarme del camastro —¿¡Qué haces!?
Me aferre a su cuello por el miedo de caerme pero este parece que no le afectaba el equilibrio en la más mínimo al cargarme en brazos.
—Te llevaré sin que te muevas — dice acercándome a la piscina y sonriendo.
—¡No! ¡escúchame Erik si tú me lanzas al agua yo te mato! — moví las piernas desesperada y me aferré lo más que pude.
—Será un riesgo que tengo que correr — hace hacia atrás los brazos y luego hacia adelante soltándome en el agua.
En cuanto caigo siento el agua helada haciéndome jadear. Me hundo y al abrir los ojos veo el fondo azul de la piscina y pronto me muevo hasta salir a la superficie.
—¡Mierda! ¿Qué te pasa Erik? — solté temblando del frío que me cubre.
—Pensé que te gustaría nadar un poco — dijo sonriendo y lo mira mal, pero llego a mi lado Sebastián.
—Mamá, mira puedo darme un clavado de espaldas — dice y le pide ayuda para salir a Erik que lo toma de un jalón para ponerlo en el suelo.
Corre hasta la otra punta de la piscina y me mira tomando carrera para después girarse hacia atrás para caer al agua.
—¡Wow, eso fue grandioso, cariño! — le grite aplaudiendo.
—Gracias, mi amigo Erik me enseñó a nadar.
Lo mire incrédula —¿En serio?
—Si, dice que nado muy bien y que aprendo muy rápido.
—Eso es grandioso, cielo. Estoy muy orgullosa de ti.
Lo atrape y le bese toda la cara mientras intentaba escapar de mi —¡Erik! ¡ayuda mami se volvió loca!
Erik se ríe y se acerca a la orilla —¿Quieres que te ayude a salir y bebemos algo el bar está por ahí veremos a Sebastián todo el tiempo?
Lo solté riendo y empecé a nadar hasta los escalones de la piscina, en cuanto levante la vista note que me está esperando la luz del sol hace que sus ojos se vean más claros y me distraigan.
—¿Saldrás en algún momento o voy por ti? — bromea.
Ruedo los ojos y me pongo de pie para subir los escalones uno por uno con cuidado, en cuanto me posó frente a él me mira con atención.
–¿Qué? ¿Me veo tan mal que romperás otro vaso de nuevo?
Antes de que pueda responderme un chico moreno se me acerca sonriendo —¿No te envidia el espejo al ver tu reflejo? — dice coqueto.
Sonreí burlona y Erik lo mira mal — Estamos a punto de ir a otro lugar amigo así que...
—¿Te puedo invitar algo? Ya que estamos cerca del bar puedo invitarte una copa de... ¿te gusta la champaña?
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𝑬𝒍 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑫𝒆 𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒊𝒏𝒂 𝒁𝒐𝒓𝒓𝒂 (Editando)
Teen Fiction𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐃𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨: ¿𝐀𝐥𝐠𝐮𝐧𝐚𝐬 𝐯𝐞𝐳 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐬𝐭𝐞 𝐚 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐛𝐚𝐬 𝐞𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐥𝐮𝐞𝐠𝐨 𝐭𝐞 𝐝𝐚𝐬 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐝𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐬 𝐫𝐨𝐭𝐚𝐬 𝐧𝐨 𝐩𝐮�...