Capítulo 27

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La camioneta desapareció y me siento rara había pasado tiempo desde que no me quedaba sola sin ninguno de ellos.

—¿Te sientes bien? – me pregunta Erik y asiento con la cabeza.

—Solo algo nerviosa, pero bien — no lo pensé mucho —¿quieres pasar?

Me sonrió y asintió enseguida me siguió con algo de distancia, pero al llegar a la puerta y ver el interior se sorprendió.

— Vaya, se ve que convertiste esto en algo increíble nunca tuve la oportunidad de entrar, pero...

—Es obvio — terminé la frase — en realidad yo no hice nada Richard la compró y me la regaló de aniversario hace unos años y pues aquí esta.

Asiente mordiéndose el labio y se nota que se está conteniendo por decir algo, pero no lo hace solo mira el interior

—¿Después de desayunar que harás? — me pregunta cuando me acerco a la cocina.

— Limpiar un poco, vestirme y subir a mi auto para conducir hasta el fin del mundo con canciones de country en mi estéreo.

Asiente satisfecho —¿Y después de que se termine la gasolina y alguien te traiga enganchada?

Me muerdo el labio — Tengo una sesión con mi psicólogo a las diez, después de eso me daré una ducha en donde me sentare en el piso a llorar por lo patética que he sido mientras el chorro de agua cae y escucho en mi mente una canción triste — suelto medio en broma.

—Tengo una lista de canciones llamada "para llorar en la ducha" si quieres te la envío — dice bromeando — ¿Te puedo hacer una pregunta algo descortés?

—No tengo por qué decir que no a eso.

Mira hacia abajo, pero niega con la cabeza un par de veces con las manos en los bolsillos.

—¿Él te hizo daño alguna vez? — la seriedad retumba en el pequeño espacio y se hiela la sangre.

El pánico se refleja en sus ojos además de que mi silencio parece que lo confirma. Necesito decir algo o hacer porque no me gusta la mirada que me da.

—No te preocupes no me hizo daño — mentira — no me tocó ni un pelo — súper mentira.

—¿Me estás mintiendo por miedo a lo que vaya a decir? — me espeta y me sorprendo.

—¿Acaso lees mi mente? — solté sorprendida.

—Rory, si no quieres decirme está bien, pero yo sé que es verdad, aunque me mientas, me da gusto que vayas a terapia y estés lejos de él porque supongo que es difícil.

—¿Qué crees que es difícil?

—Amar a la persona que más daño te ha hecho y pueda que te siga haciendo — me quede callada mirándolo y creo que estuve así por unos cinco minutos porque Lassie apareció para decirme que se iba a trabajar.

—Te veo más tarde — le dije saliendo de mi burbuja con él

—Ten un buen día — le murmura Erik cuando se va cerrando la puerta vuelve a mirarme — lamento haberte dicho eso no quiero meterme en tus asuntos y estoy seguro de que no son fáciles de hablar entonces debo comportarme con discreción

—Siendo muy sincera siempre me das una sensación de confianza que haría que te contara hasta el más mínimo detalle de mi vida.

Sonríe y me contagia es cierto siempre me siento tranquila cuando está cerca además es muy agradable tener a alguien que no te juzgue por nada.

—¿Quieres desayunar aquí conmigo? — pregunte — realmente si no tienes nada que hacer podrías pasar el día conmigo

¿De dónde salió eso último Ryland otra vez me está traicionando mi cerebro?

𝑬𝒍 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑫𝒆 𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒊𝒏𝒂 𝒁𝒐𝒓𝒓𝒂 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora