Capítulo 08

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Estamos rumbo al alojamiento Sebastián se ha levantado en cuanto aterrizamos y agradecí que aquí a nadie le interesaba nuestra llegada así que el aeropuerto estaba muy solo.

Sebastián es el único que ha estado hablando en el camino ninguno de nosotros dos nos dirigimos la palabra desde el avión y creo que es lo mejor para que las cosas se calmen un momento.

—¿Veremos el Big Ben? — pregunta entusiasmado

—Si hijo, lo veremos mañana tal vez — dice sin ánimos mirando por la ventanilla, pero Sebastián no le toma importancia.

El silencio vuelve a reinar en la camioneta hasta que agradezco poder llegar al fin a... ¿qué es esto? Veo una cabaña algo antigua apartada un poco de los demás quisiera preguntarle, pero no lo haré.

—Hemos llegado — informa justo antes de que la camioneta pare.

Asiento. Solo pido algo de paz y no tener que enojarme de nuevo, pero eso es más fácil decirlo que hacerlo en cuanto entramos veo a Krishna sentada en el sillón al vernos se levanta y mira a Sebastián con una sonrisa.

—Altezas — hace una corta reverencia y luego se dirige a Sebastián —¿cómo está mi pequeño príncipe?

Que no piense la gente que la odio, aunque es cierto, ella es la niñera de mi hijo cuando salimos de viaje se le avisa antes el lugar a donde iremos para al llegar ella ya esté ahí, ama estar con Sebastián lo trata muy bien cosa que le agradezco solo que es algo no sé de qué manera decirlo... ¡Me odia!

—Lamentamos la tardanza el auto se demoró en llegar — dice Richard.

—No se preocupe alteza ya extrañaba ver a mi niño — dice acariciándole el cabello rubio.

—Buenas noches — dije llamando la atención de todos los presentes.

—Alteza — dice sin ninguna emoción.

No estoy loca de verdad ella es una de las personas que a pesar de todo piensas que no soy material para la realeza y queda más que claro que piensa que Richard se merece algo mejor. No hay nadie mejor que yo de eso estoy segura ni habrá alguien que lo soporte.

—Marla preparará la cena enseguida — anuncia con voz chillona.

—No me apetece cenar, gracias, iré a arriba a desempacar.

Lo último que quiero ahora es estar en una mesa sentada con Richard ahora mismo. —¿Segura que no quieres cenar? — me pregunta él, pero lo ignoró.

Al llegar al cuarto veo que es color marfil de las paredes cuelgan algunos cuadros de madera tallados y una pequeña ventana en la habitación la hace lucir más pequeña. Mis maletas están apiladas en la esquina y cuando tomo una la pongo sobre la cama.

—Cuanta ropa para nada — saco uno de los vestidos plisados azul cielo y cuando lo recargo sobre mi cuerpo veo que me quedará grande.

Muchas chicas piensan "wow me encantaría estar más delgada" pero yo en cambio odio con todo mi ser verme en el espejo, entre otras de las cosas que odio es la estúpida dieta en la que estoy obligada a tener existen obligaciones que debemos seguir y una de ellas es mantener una figura impecable o sea matarme de hambre.

Después del embarazo subí de peso algo obvio y mi cuerpo cambió siempre había sido algo voluptuosa pero después de eso cambié, algo mejor dirían, sin embargo, Richard estuvo semanas sin tocarme para nada porque según él respetaba la cuarentena, pero en realidad ya no le agradaba mi imagen.

Es una mierda todo esto una mierda que yo me busqué al principio fue difícil pero luego mejoró para terminar estancados en el infierno en el que estoy.

𝑬𝒍 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑫𝒆 𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒊𝒏𝒂 𝒁𝒐𝒓𝒓𝒂 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora