***
Estoy afuera del cuarto de Sebastián con la cabeza pegada en la puerta tratando de escuchar lo que dice al teléfono. Detrás de mi pasa Erik me mira y levanta una ceja.
—¿Qué rayos haces? — me pregunta confundido.
— Shh...— le suelto y pegue más la oreja a la madera — Coleman le llamo hace un rato y solo quiso hablar con él, pero quiero saber que dice.
De un momento a otro tengo a Erik a mi lado pegado a la puerta también conmigo. El chisme es algo que une a la gente.
—¿Escuchas algo? — me pregunta.
—No, ¿y tú? — niega con la cabeza.
Escuche un golpe y tome a Erik del cuello de la camiseta para que se levante porque abrirá la puerta, se pone de pie de un salto y ambos salimos deprisa cuando la puerta se abre. Erik se sienta en el sillón y me dejó caer en sus piernas.
—Auch — suelta cuando mi pie lo golpea en la espinilla por lanzarme.
Veo que sale y mira y entonces se tira en el sillón con nosotros.
—Toma, mamá — me da el teléfono y lo agarro.
—¿Todo bien, cariño? ¿Qué te dijo tu papá? – le pregunte.
Se queda serio —Me dijo que estuvo muy ocupado, pero que pronto vendrá por mi para hablar.
—Cariño, pero, ¿cómo te sientes con eso? — le pregunte tomándole las manos.
—Algo triste pensé que lo vería hoy — confiesa cabizbajo.
—Bueno, pero lo verás pronto mientras tanto podemos divertirnos nosotros, solo si tú quieres. Podemos salir a cenar para que te distraigas. —Propuso mi novio.
—Me gusta la idea — solté, pero no se vio convencido.
—Cené en casa de mi amigo Barchett, me iré a mi cama mamá — dice con la mirada en el piso.
—¿Seguro? porque podemos ver una película.
Se detuvo donde estaba y giro su cabeza para vernos.
—¿Qué película? — pregunta con una ligera sonrisa.
—¿Te gusta Cars? — le dice Erik.
—¡Me encanta Cars!
—¡A mí también!
—A mí me aburre — solté entre dientes, pero me ignoran.
—¿Pediremos pizza? — pregunta.
Erik empieza a marcar desde su celular.
—No te molestes yo lo hago — le dije, pero negó con la cabeza.
—No tengo problema en hacerlo, ¿con qué ingredientes la pizza? yo puedo comer lo que sea
Estoy abriendo la boca cuando de la de mi hijo sale —¡De salchicha y champiñón con parmesano! — lo mire incrédula, pero por cómo se emociona veo que no bromea.
Se me escapa una carcajada al escucharlo viene a mi mente Richard en un buen momento de los pocos que hubo en la relación.
—¿Quién te ha dicho eso? — le pregunte curiosa.
—¿Qué cosa? — pregunta.
—La pizza ya está — Erik se pone de pie y se acerca a la televisión.
—Bien, llegará en veinte minutos, mientras pondré la película para que empecemos a verla antes de que sea tu hora de dormir.
—Gracias Erik.
ESTÁS LEYENDO
𝑬𝒍 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑫𝒆 𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒊𝒏𝒂 𝒁𝒐𝒓𝒓𝒂 (Editando)
Teen Fiction𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐃𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨: ¿𝐀𝐥𝐠𝐮𝐧𝐚𝐬 𝐯𝐞𝐳 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐬𝐭𝐞 𝐚 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐛𝐚𝐬 𝐞𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐥𝐮𝐞𝐠𝐨 𝐭𝐞 𝐝𝐚𝐬 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐝𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐬 𝐫𝐨𝐭𝐚𝐬 𝐧𝐨 𝐩𝐮�...