Capítulo 38

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Septiembre:

Querido diario:
Es raro estar haciendo esto de nuevo, pero me alegro de hacerlo, viejo amigo, te he extrañado, déjame contarte que agosto nunca fue mi mes favorito y ahora con más motivo no entra en la lista de top 10.

He hecho muchas cosas una de ellas es cambiar, me siento segura de mí misma y con la fuerza que tenía antes desde ese fatídico día, supongamos que es la mejor forma de decirle, decidí algo no le pertenezco a nadie más a que a mí y eso lo tengo que tener muy presente porque se vienen grandes cosas y bastante difíciles no he hablado con Richard desde entonces solo pasa a ver a Sebastián cuando yo no estoy además de que lo acompaña un abogado. Los trámites de divorcio están en marcha es lo que quiero ahora y no me sentiré totalmente libre hasta que él firme, ¿qué otra cosa? Ah si Erik se fue y ha sido triste no verlo por aquí, pero dos veces por semana hablamos en Skype o nos enviamos textos porque no lo dejare de lado, Lassie se la pasa más tiempo con nosotros que en su casa cosa que no es novedad, pero me sirve porque he empezado a asistir al gimnasio para cambiarme al completo y ella se queda con mi hijo con quien también he tenido unos duros momentos con respecto a ¿por qué no vivimos con papá? Lamentablemente no hemos encontrado el momento ninguno de los dos, pero hablaremos lo más pronto posible con él. Mis días ya no son de espontaneidad ahora tengo una rutina que no me gusta mucho, pero sigo: me levanto tomó una ducha, preparó el desayuno, llevo a Sebastián a la escuela, limpio la casa y preparo la comida (por cierto, me estoy volviendo buena), asisto a las terapias además de otras cosas más que en verdad me dan pereza, pero ahora para mantenerme ocupada. Pero bueno viejo amigo eso es todo lo que puedo hacer por ahora me da gusto volver a tenerte así que te escribo luego.

Se despide tu vieja amiga la casi ex-reina zorra...

Cerré mi diario y lo meto en mi bolsa para bajar del auto. Son tan solo las diez de la mañana, pero ya tengo casi todo listo, pase a la tienda antes de venir para comprar algunas cosas que necesitaba. Hoy le hare a Sebastián espagueti con albóndigas, dijo que le gustó mucho la última vez que lo hice, además también me compré un champú porque me teñí de negro, ya estoy harta del pelirrojo, en serio. Lassie sale de la casa con una bolsa en la mano y me sorprende verla aquí ella se va más temprano.

—¿Qué haces aquí? Pensé que estarías trabajando — pregunté y se estremeció.

—Vine por mi cartera se me olvido aquí porque necesito urgentemente ir a mi casa — me explica y se toca el cuello haciendo una mueca de dolor.

—¿Eso por qué? — cerré la puerta de un golpe —¿estas bien?

—Un idiota de la cafetería me hizo enfadar y se me hizo un nudo enorme en el cuello que no me deja ni moverme. Llamé a una masajista para que me ayude — me explica.

—¿Por qué no le dijiste que viniera aquí? — tomé la bolsa y me la puse en el hombro para ir hasta a ella.

—No quiero molestarte en tu rutina además no creo que te agrade la chica es una bocona — dice tocándose el cuello.

—Bocona, pero tengo unas manos mágicas que a mi ex lo hacen volver siempre — dice una voz relajada detrás de mí.

Me gire y veo a la chica de pelo azul bajita que me mira con una enorme sonrisa que me incomoda. —¡Que genial es verte de nuevo carnala, me dejaste botada en esa fiesta! — dice mirándome.

Fruncí el ceño y la mire confundida —¿Yo te conozco?

Se ríe con ganas acercándose para poner un brazo en mi cabeza —Ay carnala siempre me haces reír, ¿qué no me recuerdas acaso necesitas tener unas copas encima?

Ahora entiendo es la chica del club que me invitó una botella, pero que pequeño es el marido pueblo.

—Ya te recuerdo, no sabía que eras masajista — le dije quitando su brazo de encima de mí.

—En realidad trabaja en la radio, pero medio tiempo es masajista — me explica Lassie adolorida.

—Así es, no todas podemos ser esposas trofeos que viven en palacios sin hacer nada — esa voz chillona, ¡esa maldita voz la reconozco!

Abrí la boca sorprendida y me giré para quedar frente a ella —¡Tú eres la maldita chica de la radio!

Ambas me miraron confundidas, pero estoy completamente segura de que lo es. —¿De qué hablas cariño? — me pregunta Lassie.

—Eres la chica de la radio que se la pasa todo el tiempo tirando mierda sobre la realeza y demás — solté en su cara.

—Ah, esa chica, si soy yo, cariñito ¿qué necesitas? — dice recargándose en mi auto.

La mire con la ceja levantada en verdad no sabe que yo soy Aurora o solo se hace la loca.

—¡Ella es la reina Aurora, babosa! — le grita Lassie

La chica se echa a reír de nuevo temblando por la gracia —¿Está? Por favor Lassie, la reina no viviría con la plebe y mucho menos andaría en estas fechas — dice tomando la tela de mi blusa gris — la reina es súper delgada casi parece que se romperá de una buena cogida y ni siquiera es bonita siempre está tan pálida que parece que no le da el sol, aunque lo único en común que tiene con ella es el lunar cerca del oj... — me observa y la sonrisa desaparece — oh mierda

Se pone derecha mirándome fijamente mientras la fulmino con la mirada por estúpida. —Déjame decirte que mejores cogidas que tú he tenido, idiota — le dije acercándome hacia a ella, pero se aparta —¿por qué retrocedes tienes miedo? ¿ya no eres tan valiente no?

Doy un pequeño salto hacia ella y retrocede casi corriendo sin quitarme la mirada de encima.

—No lo entiendo, ¿qué haces aquí? ¿Y cómo es que luces así no tienes ningún rastro de lo que era la reina? ¿de verdad eres tú?

—Claro que soy yo, me separé de esa mierda desde hace un tiempo, ¿acaso no lo sabias? Es lo único que dices en ese programa tuyo, déjame decirte que me tienes harta, no soy tu puto juego.

Sonríe nerviosa —Cariño, es mi medio para vivir, hablar de la gente e informar. Además, eres la reina aun ¿no?

—Desgraciadamente, pero eso no impide que te muela a golpes por haber dicho esas cosas sobre mí y sobre mi hijo— le dije.

Parece nerviosa por no decir que en pánico, pero cuando quiere girar para ver a Lassie no se lo permito.

—Lo lamento, pero tienes que admitir que tengo razón, ese idiota solo te tenía de adorno y ni siquiera sirve para nada.

Una brillante idea se cruza por mi cabeza y me hace sonreír.

—¿Qué tanta gente te escucha? — pregunte curiosa

Me mira confundida —Unas mil son pocas para mi gusto pero que le puedo hacer — dice y mira a Lassie.

—Ya que dices que solo así puedes vivir, ¿Te gustaría una exclusiva? — pregunte con una enorme sonrisa en el rostro.

—Ryland... — me advierte Lassie.

—Shh... ella tiene algo bueno déjame oírlo primero — le dice ella convencida.

¿Qué tal una humillación publica? Que el pueblo se entere de la mierda de monstro que eres.

Tengo tiempo de pensar, ya hemos quedado en que después de que le dé un masaje a Lassie para su dolor, nos iremos a la estación de radio, estoy preparando la comida de Sebastián mientras sonrió. Esto me lo vas a pagar, Richard, te lo aseguro.


Dulce venganza que recorre por mis venas
por esa mirada tierna llena de hipocresía,
ahora tú me las pagaras con tus ansias de amar,
tu silencio se hace eterno, juro vengarme,
por ese sufrimiento que causaste en este corazón
frio y tierno lleno de amor, pero tú solo lo
alimentaste de odio y dolor, ahora tu pagaras
con un castigo infernal, mil demonios soñaras,
tu mente se bloqueará y tú en el espléndido
descaso morirás, te destrozare la vida y no te dejare
libre hasta que te inclines ante mí, este juramento
solo va para ti, ese sufrimiento nunca lo debí
sentir por ti ya que solo eres una persona
sin sentimientos que solo se preocupa por si,
esta venganza está llena de horror, de temor,
espero que la disfrutes, así como la gozo yo,
mi destructor deseo están fuerte como tu bello temor
detesto tu cara de inocencia, pero será humillada
por mi grandeza.   

𝑬𝒍 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑫𝒆 𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒊𝒏𝒂 𝒁𝒐𝒓𝒓𝒂 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora