Lunes:
—¡Es hora, es hora! — grite caminando por el pasillo frente a su puerta.
Se abre y veo a mi pequeño con el cabello hacia arriba en especie de picos de rockero con una camisa de botones negra con puntos rojos que le regalo su abuela junto a un short de playa con palmeras y sus Nike blancos.
—¡Listo! — dice emocionado y da una pequeña vuelta.
—¿Quién te hizo eso? — pregunte poniéndome a su altura.
—¿No te gusta? — hace un puchero triste — planee mi ropa anoche.
—Claro que me gusta — dije con una sonrisa falsa — solo creo que es demasiado... bueno para tu primer día deberías dejarlo si un día te invitan a una fiesta.
—Pero me gusta cómo me veo — dice seguro.
—Bien, entonces creo que te irá muy bien en la escuela — dios, no dejes que lo golpeen en su primer día —¿ya tienes la mochila?
Asiente y me pongo de pie para darle la mano. Lassie en cuanto nos ve desde la cocina y hace una mueca de horror, pero le hago una seña de que no diga nada.
—Te ves increíble, pastelito — dice saliendo con una taza de café en la mano.
—Gracias, abuela.
—Siéntate para que desayunes, cariño.
Asiente y se sienta como puede en la silla frente a un tazón de cereal, fuimos de compras este fin de semana, para mi sorpresa Richard me envió con su abogado un cheque para que le comprara cosas a Sebastián, le compre zapatos, ropa normal y no de gala y algunos juguetes. Puede que en el carrito de las compras alguien misterioso metiera un cereal de dinosaurios, ahora tiene un amor por ellos.
—Pastelito, ¿Por qué eso es verde? — Lassie se coloca unos lentes para ver las bolitas verdes del cereal de Sebastian.
—Son huevos de dinosaurios, abuela — levanta el plato y se lo acerca —¿ves?
Ella asiente y me mira —¿No es mucho colorante?
—Tal vez, pero es un niño y ya hablamos y si puede comer huevos de dinosaurios verdes también puede comer brócoli, ¿verdad, cariño? — me mira poco convencido, pero asiente.
Lassie levanta un pulgar y va a la cocina, me senté al lado de mi hijo y revise la mochila que le compre. Esta super pesada, ¿trae piedras o qué?
—Sebastián, ¿Por qué pesa tanto?
Abrí el cierre y vi dentro varias cosas, metí la mano y saqué primero un paraguas pequeño, lo puse en la mesa y lo miré.
—¿Por qué llevas un paraguas?
Mastica lo que tiene en la boca y habla —Por si llueve.
Saque una pequeña brújula que Richard le dio, su abuelo se la dio a él cuándo niño y él quiso dársela a Sebastián. Se la muestro y responde tranquilo.
—Por si me pierdo.
Asentí y entonces encontré la razón de tanta pesadez —¿Por qué traes una waflera?
Saque la pequeña waflera que Lassie trajo hace días y ella me mira en shock también. —Por si me daba hambre, mami.
Lo mire boquiabierta y Lassie soltó la carcajada en la cocina —Cariño, no puedes llevar esto a la escuela, si tienes hambre te daré almuerzo, no te vas a perder porque solo estarás en tu salón o patio y además tu padre te dijo que la cuidaras, y el paraguas lo puedes llevar solo cuando llueva o este nublado.
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𝑬𝒍 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑫𝒆 𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒊𝒏𝒂 𝒁𝒐𝒓𝒓𝒂 (Editando)
Teen Fiction𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐃𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨: ¿𝐀𝐥𝐠𝐮𝐧𝐚𝐬 𝐯𝐞𝐳 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐬𝐭𝐞 𝐚 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐛𝐚𝐬 𝐞𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐥𝐮𝐞𝐠𝐨 𝐭𝐞 𝐝𝐚𝐬 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐝𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐬 𝐫𝐨𝐭𝐚𝐬 𝐧𝐨 𝐩𝐮�...