Capítulo 26

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Lunes:

—¡Es hora, es hora! — grite caminando por el pasillo frente a su puerta.

Se abre y veo a mi pequeño con el cabello hacia arriba en especie de picos de rockero con una camisa de botones negra con puntos rojos que le regalo su abuela junto a un short de playa con palmeras y sus Nike blancos.

—¡Listo! — dice emocionado y da una pequeña vuelta.

—¿Quién te hizo eso? — pregunte poniéndome a su altura.

—¿No te gusta? — hace un puchero triste — planee mi ropa anoche.

—Claro que me gusta — dije con una sonrisa falsa — solo creo que es demasiado... bueno para tu primer día deberías dejarlo si un día te invitan a una fiesta.

—Pero me gusta cómo me veo — dice seguro.

—Bien, entonces creo que te irá muy bien en la escuela — dios, no dejes que lo golpeen en su primer día —¿ya tienes la mochila?

Asiente y me pongo de pie para darle la mano. Lassie en cuanto nos ve desde la cocina y hace una mueca de horror, pero le hago una seña de que no diga nada.

—Te ves increíble, pastelito — dice saliendo con una taza de café en la mano.

—Gracias, abuela.

—Siéntate para que desayunes, cariño.

Asiente y se sienta como puede en la silla frente a un tazón de cereal, fuimos de compras este fin de semana, para mi sorpresa Richard me envió con su abogado un cheque para que le comprara cosas a Sebastián, le compre zapatos, ropa normal y no de gala y algunos juguetes. Puede que en el carrito de las compras alguien misterioso metiera un cereal de dinosaurios, ahora tiene un amor por ellos.

—Pastelito, ¿Por qué eso es verde? — Lassie se coloca unos lentes para ver las bolitas verdes del cereal de Sebastian.

—Son huevos de dinosaurios, abuela — levanta el plato y se lo acerca —¿ves?

Ella asiente y me mira —¿No es mucho colorante?

—Tal vez, pero es un niño y ya hablamos y si puede comer huevos de dinosaurios verdes también puede comer brócoli, ¿verdad, cariño? — me mira poco convencido, pero asiente.

Lassie levanta un pulgar y va a la cocina, me senté al lado de mi hijo y revise la mochila que le compre. Esta super pesada, ¿trae piedras o qué?

—Sebastián, ¿Por qué pesa tanto?

Abrí el cierre y vi dentro varias cosas, metí la mano y saqué primero un paraguas pequeño, lo puse en la mesa y lo miré.

—¿Por qué llevas un paraguas?

Mastica lo que tiene en la boca y habla —Por si llueve.

Saque una pequeña brújula que Richard le dio, su abuelo se la dio a él cuándo niño y él quiso dársela a Sebastián. Se la muestro y responde tranquilo.

—Por si me pierdo.

Asentí y entonces encontré la razón de tanta pesadez —¿Por qué traes una waflera?

Saque la pequeña waflera que Lassie trajo hace días y ella me mira en shock también. —Por si me daba hambre, mami.

Lo mire boquiabierta y Lassie soltó la carcajada en la cocina —Cariño, no puedes llevar esto a la escuela, si tienes hambre te daré almuerzo, no te vas a perder porque solo estarás en tu salón o patio y además tu padre te dijo que la cuidaras, y el paraguas lo puedes llevar solo cuando llueva o este nublado.

𝑬𝒍 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑫𝒆 𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒊𝒏𝒂 𝒁𝒐𝒓𝒓𝒂 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora