Capítulo 43

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Cuando llego el lugar está vacío así que supongo que acabo de llegar tarde. Camine hasta una de las salas de juntas junto a una chica que insistió en seguirme.

—Señores, la señorita Ryland ha llegado — me anuncia abriendo la puerta para mí.

—Gracias — le digo — disculpen la tardanza

Mi abogado me acerco la silla que tomé de inmediato mientras sentía los ojos de Coleman bien puestos en mí..

—¿Es tan difícil programar un despertador? — me pregunta con desdén.

—Actualización abuelo, ahora se usan alarmas en el celular y para que lo sepas, aunque no tengo por qué explicártelo, llegue tarde por vivir una rabieta de tu hijo — admito y me mira con una ceja levantada.

—Sebastián no es así, busca una mejor excusa.

—¿En serio? Deberías haberlo visto es todo un Coleman, pero está bien porque yo lo voy a resolver sola, aunque también dijo que eras un mentiroso.

Me miró queriendo hacer más preguntas, pero el abogado empezó a hablar.

—Señor Coleman y Señorita Ryland, haremos esto lo más fácil posible para ambos, primero lea el documento en compañía de su abogado para ver si el acuerdo le parece correcto — indica un hombre con el cabello gris y rizado que huele a bourbon desde aquí.

Mi abogado toma la carpeta y se sienta a mi lado. Leo cada parte del documento que hace que quiera dormir sobre la mesa de tantas palabras acordamos que vivirá conmigo, pero un fin de semana se irá con él y el siguiente seguirá conmigo, en Pascua lo tendré yo, día de gracias él, navidad yo, año nuevo él aun así siento que no lo vería mucho lo que me faltaba ahora, aunque claro no me gusta la idea de que vaya y conviva con Diana, pero...

—¿Qué va a pasar con la amante? — pregunte levantando la mirada de la hoja.

Todos se sorprendieron al escucharme y me empiezo a sentir como antes.

—¿De qué estás hablando? — pregunta perdido

—De la que será tu esposa, la mujer con quién cogías y ahora está embarazada es obvio que la harás reina y vivirá contigo, ¿entonces qué va a pasar? Yo no quiero que Sebastián conviva con ella.

—Ella y yo hablamos de esto, hemos llegado a un acuerdo bastante bien. Los fines de semana que Sebastián esté conmigo se irá a casa de sus padres, no me acompañará a verlo, cuando sea mi turno de la custodia ella no estará presente.

—¿Y qué? ¿Cuándo esté un bebé llorón de brazos la enviaras a otro lugar?

—Eso lo resolveremos luego, pero, ahora ella me ha dejado en claro que siente ningún tipo de interés en acercarse a Sebastián y tú no tienes intenciones de que ella se integre así que está resuelto solo seremos él y yo sin nadie que interfiera en nuestros momentos, ¿feliz?

No, pero al menos sé que no estará cerca de ella. Asiento al igual que él y firmo el papel con todas mis fuerzas. Unos momentos después le está agradeciendo a su abogado y yo solo miro a la nada, ¿soy libre? Estoy soltera otra vez y nunca se había sentido tan bien le agradezco al abogado de mi padre que me dice que si necesito algo lo llame, pero ahora estoy demasiado.

—¿Feliz? — dice él — te ves contenta.

—Pues lo estoy, después de todo me siento muy bien.

—Yo que pensé que estarías destrozada — admite con decepción.

—Estaría muy mal si me acabara de divorciar del indicado, pero fue de ti así que nah... todo bien — dije contenta a más no poder.

𝑬𝒍 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑫𝒆 𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒊𝒏𝒂 𝒁𝒐𝒓𝒓𝒂 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora