Capítulo 58

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Querido diario:

Viejo amigo te prometí que estaría más involucrada contigo después de tenerte abandonado unos años así que, vamos de nuevo, estoy en la cafetería con Lassie y mi laptop, hace unos minutos estuve vendiendo como loca al parecer no me va mal en las ventas como pensé, pero no es lo mejor del mundo aún espero a que Erik le diga cuando debo ir a fotografiar el edificio mientras tanto sobrevivo con esto y los ahorros.

Aún tengo problemas para sentirme totalmente cómoda con la relación, no es él, soy yo, nunca tuve algo sano con nadie me parece raro la gente dice que por ahora estamos en donde todo es color de rosa pero que luego todo se convertirá en peleas y discusiones siendo sincera no quiero eso ya tuve bastante con mi matrimonio que jamás debió suceder además tengo este conflicto con Sebastián, entiendo que es un niño pequeño y no sabe muchas cosas pero me da algo de temor que se encariñe demasiado con Erik y cuando terminemos le duela, sé que no lo puedo proteger de todo pero ese dolor sería por mi culpa sin mencionar que yo también estaría mal me siento muy bien con él en mi vida y tengo miedo de arruinarlo todo. Pero...

—Tu celular suena, forastera — me interrumpe.

Lo agarro y respondo a la llamada entrante aun sabiendo que es Coleman

—¿Qué?

—¿Qué sitio es indicado para llevar a comer a Sebastián?

Frote mi frente intentando no sentir un dolor de cabeza que amenaza con arruinar mi día.

—Llévalo a dónde quieras o donde sepas que sirven su comida favorita.

—¿Y esa comida es...? — esperando a que lo termine por él.

—Por qué no me sorprende, le gustan los Nuggets de pollo y las papas o macarrones con queso, pero tienes que asegurarte de que tengan forma de dinosaurio sino estás perdido.

—¿No come otra cosa?

—Intenta que coma verduras, entonces verás lo que un niño cinco años te hará, hace tiempo Erik le hizo una ensalada de frutas y le gusta, así que eso le puedes dar de merienda.

—¿Erik eh? No puedes manejar a nuestro hijo y se lo das a él — me molesta.

—Escúchame, capitán bolas flojas, no le doy la responsabilidad de mi hijo a nadie ni siquiera a ti que eres el padre, pero él está con nosotros me ayuda alguna vez a convencerlo y ni voy a estar peleando contigo todo el día así que piérdete.

No deje que hablara más cuando colgué y deje el celular en mi teclado, puse mis brazos en la mesa y dejé caer mi cabeza en ellos.

—¿Era ese imbécil no? — me pregunta acercándose y levanto la mano para decirle si con el dedo.

Me incorporó en la silla para empezar a recoger mis cosas casi son las tres de la tarde he trabajado, leído mi libro, paseado por ahí, pero sigo esperando a poder llegar a casa. Se que es una sorpresa, pero en serio ya me quiero ir a mi cama.

—¿Crees que Erik me odie si llego a escondidas a la casa?

—No, bueno si — me dice burlona. —¿Cómo estuvo su noche?

—Bien, aunque no te he contado que Coleman apareció anoche como loco.

Abre los ojos asustada y se estira sobre la mesa —¿Por qué?

—Investigo a Erik y... — no debí decir nada, no creo que a Erik le agrade que divulgue su pasado. —Descubrió ciertas cosas que no le agradaron y amenazo con quitarme a Sebastián y llevarlo a vivir con él, todos sabemos que no sabe nada de mi hijo.

𝑬𝒍 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑫𝒆 𝑼𝒏𝒂 𝑹𝒆𝒊𝒏𝒂 𝒁𝒐𝒓𝒓𝒂 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora