Nunca pensé que vería Hitler siendo tan ¿Pasivo? ¿Pacífico? ¿Casi humano? Se veía "Suave".Vamos. Si no fuera porque reconocí a su esposo no me hubiera dado cuenta de que era él.
Era como ver a un cachorrito acurrucado al lado del otro hombre. No era que Hitler fuera pequeño, era un tipo blanco promedio, pero se veía pequeño a su lado. Como si se hiciera pequeño a propósito para que el otro lo rodeara con sus brazos.
Ahora podía entender a Cass diciendo que lucían como la pareja más enamorada del mundo.
Cielos, lo hacían.
De alguna forma ellos encajaban como un pluzzle. Como si estuvieran destinados, Hitler era un maldito sádico , pero a su lado era como un conejito cariñoso. Como si todas sus asperezas y cinismo hubiera sido limado.
Jesús, ¿Ese realmente era Hitler?
Fue mi sorpresa la que hizo que lo llamara sin darme cuenta. ni siquiera sabía que ellos habían vuelto. Yo era feliz a cargo de Ross, no quería a Hitler de vuelta, pero para cuando pude sujetar mi lengua ya era muy tarde los ojos pálidos del hombre se habían clavado en mí y solo pude rogar que no me humillara frente a mamá.
Vamos, estábamos con mi madre, Annie y sus dos sobrinitos haciendo la compra para la cena, cada domingo cenábamos en casa de su madre desde los 18.
Era tradición, la única diferencia era que ese día mi madre había venido de visita a la ciudad y también fue invitada. Las dos mujeres eran muy unidas por sus maridos trabajando juntos. Por un segundo tuve la esperanza de que no me reconociera. Pero un segundo después me di cuenta que era muy tarde.
Su rostro mostraba sorpresa al verme saludarlo pero estaba claro que sabía quién era.
-¿feto?-me dijo y entonces maldije rogando por que mi madre escuchara eso. Si supiera como Hitler me trataba me hubiera obligado a volver a casa en Iowa.
No quería volver.
Yo era un chico de granja que había huido de allí apenas me gradué del bachiller. Mi padre vivía en chicago por trabajo, mamá aun en la granja con mis tíos y primos que se encargaban de la producción. Sé que le rompí el corazón cuando elegí una carrera que nada tenía que ver con cultivos o cerdos y me fui a la gran ciudad. Yo odiaba eso. El maíz, el ganado, cielos, yo detestaba el campo y todo lo que tuviera que ver con la vida rural. Allá todos conocen a todos, todos saben todo lo que has hecho y si no saben se lo inventaban, lo que para mi madre era ser social y agradable, en la ciudad era entrometerse de más en la vida de los otros. No quería que Hitler la hiciera pasar un mal rato. Ella no entendería a alguien como él, sin sentirse ofendida con su actitud desagradable.
-Dr. Topal.-Se corrigió Jones de inmediato.
Annie alzó una de sus cejas hacia mi como diciendo
¿Ese es el hombre de tus pesadillas?
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Lo peor de mi (Gay+18)
Teen FictionHan pasado varios años desde que Jed y sus amigos dejaron sus años de adolescencia. Cansado de un matrimonio destinado al fracaso, Jed Jones decide apuntarse en clase de Kick boxing para evitar pasar tiempo en casa, lo que no espera es que el ins...