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Cuando volvimos al comedor Eric se había ido

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Cuando volvimos al comedor Eric se había ido.

Algo de una emergencia, en el fondo creo que se sintió fuera de lugar en esa mesa.

Romeo se alegró con la noticia,  luego le dijo algo a sus padres y por lo que entendí con ayuda de sus tíos intentaron explicarle la situación con Eric. Me sentí mal por él, no por Romeo, por Eric, digo no me parecía bien que se hubiera ido. No me importó si me besó frente a mis suegros.  Él tenía un lugar en esa mesa, siempre iba a tener un lugar en mi mesa.

Romeo no se había equivocado cuando dijo que Eric era mi persona. Eric lo era y que huyera de esa forma me había sentado mal.

Creo que a todos los de mi familia en esa mesa lo hizo. Intenté llamarlo un par de veces pero me envió al buzón. Fue por eso que decidí aparecerme en su consulta a mitad de mi turno al día siguiente.

Había arreglado las cosas con Romeo,  había llevado bastante vino y caricias de por medio pero habíamos llegado a una tregua.

Era hora de arreglarlas con Eric.

—¿Qué hace un internista en mi consulta? —Fue el saludo que me dio apenas verme, tenía esa sonrisa de costado en los labios.

Esa tan suya que le marcaba el hoyuelo izquierdo.

Lo repasé con la mirada, seguía teniendo  profundas ojeras  marcándole el rostro y parecía triste constantemente.  Sabía  que aún estaba haciendo el duelo por el accidente de su abuelo, pero me preocupaba.

Como que de verdad me preocupaba que algo anduviera realmente mal con él. Solo que no sabía decirlo. ¿Saben? Así que solo entré y me tumbé boca arriba en su escritorio. Una de mis piernas sobre mi otra rodillas flexionada y las manos detrás de la nuca. Ya saben,  la pose multinacionalmente conocida de chulo idiota. 

Miré el techo y luego giré mi rostro para ver a Eric.

—Son los fetos. Sabes como me ponen los primeros meses. —Me quejé. Vamos,  quejarme era lo que mejor sabía hacer y los fetos en verdad estaban haciendo desastre en la sala de guardia.

—Oh Jed, tu me dijiste que te cuidabas— La mano de Eric se apoyó en mi vientre—Soy muy joven para ser papá. ¿Qué haremos ahora?

—Ja ja ja. Muy gracioso Eric. —Rodé los ojos pero en el fondo estaba sonriendo ¿ Saben? que Eric bromeara era una buena señal, tenía que serlo. —Además no te hagas el bebé, el único bebé aquí soy yo. —Lo pinché, si Eric era 6 meses mayor que Edd y yo.

Eric era el mayor de nosotros. El abuelo de la familia.

—Nunca pondría eso en duda Jedy—Eric me lanzó una mirada divertida y rodé los ojos. 

Sí,  Eric era bueno usando todo en tu contra.

Volví a mirarlo, sus agatunados ojos seguían puestos en mi. Seguía pensando en las palabras de Romeo, no dejaba de pensar en ello.

Lo peor de mi (Gay+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora