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Sentir la boca de Gabriel empujar contra la mía, fue como una descarga de adrenalina viajando por toda mi columna

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Sentir la boca de Gabriel empujar contra la mía, fue como una descarga de adrenalina viajando por toda mi columna. Yo gemí sobre sus labios dando cabida a su lengua. Enrollé mis brazos alrededor de su cuello al tiempo que sus manos bajaban hasta mi cintura y entonces nos estábamos moviendo hacia arriba, sus piernas fuertes como leños nos levantaron a ambos sin esfuerzo, la impresión hizo que enredara mis piernas en su caderas para no caerme al tiempo que Gabriel me empujaba contra los fríos azulejos recargando mi peso en la pared.

Joder. El movimiento había resultado vertiginoso para mí embotado cerebro que en ese momento no hacía más que jadear contra la boca del chico. Llevaba tiempo sin recibir ese tipo de besos que te deja ardiendo. yo llevaba tiempo sin sentir cualquier tipo de emosión que agitara mi pecho, pero su lengua follando mi boca estaba haciendo que mis piernas se volvieran gelatina, de no ser porque Gabriel me tenía atrapado entre su cuerpo caliente y la pared, yo me hubiera caído en ese momento, de hecho su calor corporal envolviendo el mío abrazadoramente no me daba espacio a pensar en otra cosa que no fuera la necesidad de frotarme contra su cuerpo.

-Gabriel...-Gemí en cuanto se apartó para respirar, él comenzó a regar mi cuello de besos de boca abierta, sus labios suaves y regordetes se sentían como la mejor de las caricias contra mi piel.

Se sentía bien, muy bien viniendo de un supuesto tipo heterosexual, no parecía recordar que yo tenía un pene al igual que él. De hecho no lo veía huyendo a ningún lado. ¿Qué carajo estaba haciendo el niño? apreté mis talones en su trasero en respuesta acercándolo más a mi para que me sintiera, si iba a reaccionar este era el momento, yo estaba jodidamente duro apretando contra su vientre y estaba seguro de qué podía sentirme.

Gabriel se tensó por un momento, su boca deteniéndose sobre el hueso de mi clavícula, yo contuve el aliento esperando su reacción, los dedos de Gabriel acunando mi trasero se clavaron en mi piel deteniéndose, juro que casi pude oír los engranajes de su cerebro procesando la situación, fueron largos segundos de dudas en los que solo pude oir el sonido agitado de su respiración sobre mi piel acalorada, entonces retornó al movimiento y sentí como su boca chupó despacio sobre mi clavícula, oh carajo, no pude evitar ladear mi cabeza para darle mejor acceso a mi cuello. Sus manos amasaron mis glúteos, sus caderas empujaron contra las mias creando la fricción necesaria para hacerme lloriquear su nombre. mi cuerpo se contrajo expectante y me di la libertad de recorrerlo con mis manos.

Yo estaba demasiado desnudo en sus brazos mientras él aún permanecía vestido. Si realmente íbamos hacer esto, necesitaba balancear la situación por lo que deslicé mis manos por debajo de su camiseta en busca de su piel. Tan caliente contra las llamas de mis dedos, se sentía tan bien...

Entonces él se echó atrás.

-no puedo-Dijo sin soltarme.

Pestañeé y abrí los ojos en su dirección.

¿Que?

-no puedo ir más lejos-Me dijo, su rostro apenado, todo mejillas rojas y labios hinchados.-No, yo no soy...

Lo peor de mi (Gay+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora