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Gabriel

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Gabriel

—papá dice que llevas aquí desde la tarde—Alcé la vista para ver a Annie, ella y yo éramos los únicos aquí. No era raro si consideramos que era pasada la medianoche. 

Le dí un último Jab a la bolsa y la detuve abrazándome a ella. Yo estaba bañado de sudor de pies a cabeza. Carlos no se equivocaba, yo había salido del hospital y luego de eso me había internado en el gimnasio para mejorar mis golpes. 

—¿qué está pasando?—Annie agarró la botella de agua que había cerca de mi y me la tendió junto a la pequeña toalla azul que había hecho poco por el sudor de mi frente. 

acepté la botella pero aún me sostuve por la bolsa sujetándola en un medio abrazo. mi mejilla apoyada en el cuero ecológico rojo mientras le daba un trago al líquido.

Mirá a Annie, pensativo, había pensado en muchas cosas en lo que iba de la tarde. Aunque no había hablado con nadie. Estaba molesto y jodidamente confundido por todo. Preocupado y sí, malditamente mi cabeza se sentía como cerca de transformase en un jodido desastre. 

—Como supiste que te gustaba Leila?—Annie pareció un momento sorprendida. Luego su ceño se frunció ligeramente para dar una mirada astuta. pensé que me empezaría a interrogar, en serio, pero en cambio  ella solo respondió.

—Nos conocimos y no tardé en darme cuenta que no podía mantener mi lengua lejos de su garganta cuando estábamos en la misma habitación—Dijo. se encogió de hombros y me observó, demonios yo no pude evitar pensar en que así era como me sentía con Jones—Entonces cuando llegó el momento de sacarnos la ropa, no podía esperar a pasar el umbral para desnudarla y arrojarla a la cama. Odiaba su ropa—Annie sonrió como si recordara y bajó la vista.

—¿No te importó que fuera chica?

—Yo solo la quería ver desnuda, todo el maldito día quería su piel frotándose contra mi piel. Así que realmente no importaba, ella me volvía loca, la tensión entre nosotras era tan mala que...—ella alzó de nuevo la vista su sonrisa adquiriendo una nota de picardía—La conocí luego, me enamoré de ella, pero fue cuando toqué su piel que supe que me gustaba incluso sin haber entablado una palabra. ¿Por qué Gabriel? Tu nunca te interesas en escuchar mis cochinadas de chica. 

—De hecho, eres tú la que no quiere contarme.

—Porque a ti solo te interesa la parte sucia. 

Sonreí culpable. Annie se rió y entonces clavó sus ojos llenos de ternura fraternal en mi.

—¿Entonces amigote, me dirás que pasa?—Consultó. 

Miré  a los lados, solo para confirmar una vez más que estábamos solos y entonces le lancé la bomba.

—creo que soy bi.

me quedé observándola como un maniático esperando captar cada cambio en su expresión pero si la noticia la sorprendió ella no dijo nada al respecto. de acuerdo no se que era lo que esperaba, tal vez un interrogatorio, algo como un ¿estas seguro? ¿no es una etapa? tal vez yo quería que me preguntara porque yo no estaba verdaderamente seguro de esas respuestas y queria que me ayudara a hallarlas, o tal vez por que quería que arrojara mi poca convicción al piso  para comenzar a enloquecerme quería que me lo negara para que me convenciera  a mi mismo que debía sacar la cabeza del culo. Pero annie no hizo ninguna de esas cosas, solo tomó un trago de su propia botella y soltó un:

Lo peor de mi (Gay+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora