—Te lo juro, Gabriel. Salieron juntos como la pareja más feliz de recién casados del mundo. Debiste ver cómo ese hombre lo miraba mientras lo cargaba. —Insistió Cass. Llevábamos buena media hora discutiendo sobre su absurda manera de defender al tal Romeo. Estábamos en el gimnasio de Carlos, había empezado a dar clases allí 3 veces por semana para ganar algo de dinero extra y Cass habia sido uno de mis primeros alumnos. Cass era un tipo atlético y entusiasta por los deportes, cosa que me había sorprendido al conocerlo .– Hitler parecía un bebé pequeño en sus brazos, todo miel que daba miedo. Y el tipo lo miraba como si fuera la cosa más preciosa del planeta. Se aman. No creo que tengas que preocuparte por él Topal.
Me mordí para no decirle lo que había visto la noche de la boda.
Las marcas que su “Amoroso” esposo le había dejado a Hitler en los brazos. No me correspondía ir de chismoso y Cass cuando se encaprichaba con algo era difícil de hacer cambiar de opinión.Estaba jodidamente colado por el tal Romeo. Eso se veía de lejos y me molestó, porque si, yo también había pensado que el pobre tipo era encantador cuando me lo crucé. Lo mismo que había pensado cuando conocí al novio de Annie, tal vez era mi cabeza haciéndose películas por la culpa que había cargado años atrás por no haberme dado cuenta a tiempo de la mierda en la que se había metido Annie y que por poco no la mata.
Yo sé que Hitler no era Annie.
De acuerdo. Los hombres éramos brutos, y podíamos arreglar las cosas a golpes, eso lo admitía, jugábamos a las luchas todo el tiempo. Pero lo que había visto había sido violeto. Por mucho que quisiera, no podía quitarme esa idea de la cabeza.
—juro que no es lo que pareces—Murmuré.
—¿Qué dices? —me preguntó mientras se ataba las zapatillas—vas a dejar de ser todo misterioso o vas a decirme por que de pronto has empezado a preguntar por Hitler y su esposo?
—Solo vi algo extraño entre ellos.
—¿Algo como que?
—No lo sé, tal vez son imaginaciones mías.
—¿y vas a decirme que es lo que estas imaginando Gabe?
Okey intentar esquivar a Cass era difícil.
No entendía una evasiva anqué te pusieras un cartel de neon que dijera “no quiero hablar de eso" en la frente.
Suspiré y me dejé caer en el asiento de los vestidores.Okey estaba preocupado por Hitler, no era mi problema y lo sabia , Hitler era una persona horrible que no merecía la empatía de nadie.
Pero no había ido ese día a trabajar y se habia reportado enfermo. Eso sumado a lo que había visto la noche anterior hacía picar algo en mi.No sabía explicarlo, Hitler no me caía bien. Era un hombre adulto y fuerte con la capacidad de defenderse, pero me dio la sensación de que no sabía como hacerlo. No sin hacerse daño a si mismo en el proceso al menos. Y el tipo ese, su esposo, parecía tener la ventaja física entre ambos y aprovecharse de eso. Nunca pensé decir esto de Hitler, pero se habia visto pequeño e indefenso a su lado. No sabía explicarlo.
Sí, estúpidamente me estaba preocupando por la persona que más odiaba en el mundo.
¿Quién demonios me entendía?
Bueno amores, eso es todo por ahora.
Un poco más de esta historia ¿que les está pareciendo hasta ahora?Nos vemos, besotes sabor a chocolate
Los amodoro!
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Lo peor de mi (Gay+18)
Teen FictionHan pasado varios años desde que Jed y sus amigos dejaron sus años de adolescencia. Cansado de un matrimonio destinado al fracaso, Jed Jones decide apuntarse en clase de Kick boxing para evitar pasar tiempo en casa, lo que no espera es que el ins...