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Pelearte con tu mejor amigo nunca es bueno pero cuando te peleas con el amigo con el que convives es bastante incómodo

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Pelearte con tu mejor amigo nunca es bueno pero cuando te peleas con el amigo con el que convives es bastante incómodo. Es decir, Cass no me hablaba y yo esa mañana decidí ir en moto para no acompañarlo. Normalmente si nuestros turnos coincidían íbamos juntos y tomábamos el metro porque Cass se negaba a subirse a mi "monstruo metálico"

Nos habíamos montado una guerra fría desde ayer a la mañana.

Estaba en el estacionamiento cuando Cass salió con su bolso al hombro, lanzó una mirada en mi dirección, yo abracé el casco contra mi cintura pensando en si debía o no disculparme, pero entonces Cass giró su rostro y anduvo en dirección a la parada.

Bien, que caminara solo en la madrugada, era un hombre adulto, me dije, que se cuidara solo. Agarré mi casco, me lo coloqué y salí del garaje adelantándolo ruidosamente de camino al hospital, sip yo era un poco infantil.

En el hospital Jones llegó y apenas me saludó con un asentimiento. ¿Ahora qué? Pensé que íbamos a jugar a evitarnos a partir de ahora, lo que me parecía bastante estúpido considerando que ambos éramos adultos y que habíamos estado de acuerdo la noche anterior, pero si era lo que quería yo no sería el que montara una escena. Para eso de la mitad de la mañana una mano tirando de mi codo me obligó a salir al pasillo.

Jones me guió hasta la parte de atrás, debajo de una de las rampas despejadas de los camilleros.

-¿te estás acostando con mi esposo?-Preguntó de golpe empujándome contra la pared para enfrentarme.

Pestañeé tardando en procesar lo que me acababa de decir.

-¿qué?

Jones recorrió mi rostro con sus ojos atentos, no sé qué vio allí pero supongo que claramente notó mi desconcierto porque dio un paso atrás.

-lo siento, no, yo. - me dio la espalda sacudiendo su cabeza.-yo no sé por qué pregunté eso, Gabriel. Lo siento.

-ey-Me acerqué alejándome de la pared y puse mi mano en su hombro animandolo a girarse a verme.-oye ¿qué pasó?

él no respondió, me abrazó apoyando su mejilla en mi pecho y con la voz ligeramente apretada dijo: -por lo que más quieras nunca te acuestes con mi esposo. Por favor.

De acuerdo, yo me esperaba cualquier planteo de él, excepto ese. Es decir, yo nunca hubiera pensado siquiera en acostarme con otro hombre que no sea él, pero no estaba seguro de que decirle eso fuera exactamente algo para ponerme a analizar en ese momento.

-Ey no lo haría.-Dije acariciando su cabello y mierda, él se relajó en el toque de una manera que hizo que algo en mi quisiera apretarlo contra mi pecho. sea lo que sea que lo estaba torturando yo quería liberarlo de eso.

-promételo. -Insistió escondiendo su rostro.

-oye.-Lo obligué a alzar la barbilla para verlo, sus ojos se veían desesperados ¿qué demonios?

Lo peor de mi (Gay+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora