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Yo estaba por cerrar cuando lo vi llegar

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Yo estaba por cerrar cuando lo vi llegar.

Iba con mi bolso al hombro y Carlos ya se había ido, la mayoría de los clientes ya se habían ido del gimnasio hacía un par de horas pero Carlos solía dejarme la llave para que pudiera ir a entrenar cuando me apetecía.

Lo bueno era que no se hizo un gran problema con lo que ya no saliera con su hija, creo que le aliviaba en parte. No es que yo no le agradara, solo no le agradaba nadie para Annie. Me lo había dicho fuerte y claro cuando fui el día siguiente a nuestra desastrosa cena familiar. Yo esperaba que me echara pero él, solo movió su mano con desdén en mi dirección y dijo.

-no me molesta que seas gay- yo quise decirle que no lo era, pero él me interrumpió.--me alivia. No es que no me gustes, entre lo malo eres el menos malo, pero no me gusta nadie para Annie. ¿Entiendes? Eres un buen muchacho.-me dio una palmada en el hombro y eso fue todo. Ese día me dio la llave del gimnasio para que fuera a entrenar cuando quisiera.

En serio, yo no aclaré que en realidad no era gay porque 1. me venía bien el hecho de tener acceso al gimnasio 24 hs. Era bueno para mis horarios. 2. Yo aún intentaba resolver la cosa de la erección que tuve con mi jefe. Yo le seguía dando vueltas. Jones me confundía, a veces hasta parecía amable, otras veces pareciste querer arrancarte el estómago con los dientes. Me había enterado que esa noche en la que me había gritado había perdido a un familiar, estuvo fuera un par de días antes de volver como si nada. Sus ojos verde pálido siempre escrutaban la sala de emergencia como un águila en su terreno, se había llenado de trabajo a tope.

Yo no me atreví a preguntarle si la invitación seguía en pie. Yo quería estar en urgencias, ver acción de primera mano, pero Jones no se había mostrado interesado en hablarme a mí o a nadie las últimas semanas.

Hasta hoy al menos. Que se plantó frente a mi, tenía una bufanda verde enrollada en el cuello que resaltaba sus ojos. Se veían más brillantes debajo de las luces de neón del cartel de Carlo's gym. Tenía unos pantalones de andar por casa y un abrigo demasiado liviano para el clima que se estaba levantando. No parecía del tipo que viene preparado para una hora de entrenamiento, más bien se veía como el tipo que está a punto de enfundarse en pantuflas frente al televisor y se le olvidó algo que comprar en el almacén cerca de su casa.

-Estamos cerrando.-dije.

Lo que era obvio, yo acababa de cerrar la entrada principal que era un portón atravesado por una gruesa cadena con candado. Los ojos de Jones fueron al portón detrás de mí comprobandolo antes de alzar la vista en mi dirección.

-¿hoy tienes guardia?--Preguntó.

La tenía. Estábamos obligados a tomar 4 guardias aleatorias al mes para completar nuestro programa de residencia. Esta era mi tercera vez en lo que iba del mes. Una nube de vapor llenó el espacio entre nosotros.

Asentí, su pregunta era más por pura amabilidad,él de todos modos lo sabía, él tenía registro de nuestros horarios.

-ven, te llevo.-dijo de pronto girando sobre sus talones.

¿Qué carajos?

-Topal-me llamó cuando no me moví. Volvió a verme. -mi coche está en la siguiente cuadra. Hace frío, vamos.

-no entiendo-Admití trotando detrás de él. Jones no respondió por unos momentos.

Pensé que no lo haría hasta que llegamos al Mercedes plateado, Jesús, ese era un buen coche. Yo apenas si tenía una motocicleta.

Jones sacó el seguro y me indicó que me subiera, lo hice dejando mi bolsa a los pies aunque era demasiado alto y resultaba ligeramente incómodo. Jone se sentó del lado del conductor poniendo la calefacción, frotó sus manos y Luego miró a mis piernas.-ponlo atrás. sus ojos me recorrieron evaluadores y soltó algo muy parecido a "demasiado alto"

Yo obedecí. Sí, yo estaba acostumbrado a obedecerlo pero la curiosidad estaba gravada en todo mi rostro.

-me echaron del hospital.-soltó de pronto.

-¿qué?-dije impresionado.-el hospital no se permitiría eso.

-Tienes razón, soy demasiado bueno.-dijo, una sonrisa divertida curvó sus labios por mi reacción. Oh Jesús yo en serio acababa de insinuar eso?--no me echaron, no de verdad, pero no me dejan tomar más guardias por esas mierdas de protocolo de descanso.-rodó los ojos con fastidio. Como si aquello fuera lo más absurdo y descabellado del mundo -necesito seguir trabajando. Tu entiendes.

No, entendía, yo hubiera pagado por una noche entera de descanso. Este hombre estaba loco pero yo qué demonios tenía que ver en su imperiosa necesidad de trabajar más horas que los días permitidos?

Jones manejó un momento en silencio hasta que llegó al estacionamiento del hospital. Se detuvo y cómo si pudiera leerme añadió:

-No puedo hacer guardias, pero puedo hacer interconsultas. No hay protocolo de descanso para eso. Tu vas a consultarme, felicidades.

Jones bajó del coche agarrando mi bolso antes de que yo lo hiciera y en cuanto me bajé de su coche, me lo lanzó al pecho. Lo tomé por reflejo y lo seguí de camino a la entrada, pero en cuanto llegamos a la puerta corredizas se escondió detrás de mí usándome de escudo humano. Yo no entendía qué demonios estaba pasando hasta una de las enfermeras se plantó delante nuestro bloqueandome el camino.

-¿Qué estás haciendo aquí?-dijo la enfermera Sandy. Yo estaba a punto de decirle que estaba programado para ese día pero ella me rodeó y clavó sus ojos en Jones que en algún momento había puesto sus manos en mi cadera para atravesarme en medio de ambos-estoy bastante segura de que te dije que el turno noche estaba copado y te eché a casa hace menos de una hora. -Se quejó en tono sufrido la mujer como si esta no fuera la primera vez en la que hubieran mantenido esta discusión.

-vine a hacer interconsultas-dijo mirando distraídamente a los lados en busca de un paciente. -Eso no va contra los protocolos. Vengo con él-añadió indicándome con su pulgar con susbdedos aún en la pretina de mis jeans. Su cabeza ocultándose detrás de mí brazo mientras hacía el indio.

Sandy frunció el ceño.

-no puedo creerlo, ¿estás usando a tú residente de escudo? ¡Jones!

Los ojos de jones volvieron a la mujer..-haré cosas pequeñas, lo prometo. Sandy, por favor...

-Dr. Jones... tú... -la mujer que parecía tratarlo más como una madre sobreprotectora que como su compañera de trabajo se llevó la mano a la cadera.

-Estoy bien. -la cortó.-solo por hoy. Tuve un mal, día.

Sandy suspiró con resignación y Jones le dio un beso rápido en la mejilla antes de desaparecer en dirección a la sala de descanso para cambiar su ropa.

-Eres un dolor de cabeza.-se quejó viendo la espalda de dr. Jones desaparecer.

yo debía hacer lo mismo, pero antes de que consiguiera ir tras Jones la mirada molesta de la enfermera me inmovilizó, como si de pronto yo fuera la persona más horrible del planeta.

-¿qué hice?

-no debiste dejarlo venir--me reprochó como si yo de pronto fuera el niñero de jones. Yo solo había sido asaltado por el hombre en mitad de la noche. -El no está bien.

Lo peor de mi (Gay+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora