-No tienes que hacer esto . -Le dije a Eric, dios. Había sido la idea más descabellada del mundo.
Se había ofrecido a regalarme una boda, una boda, Eric había hecho muchas cosas locas por mi en su vida. Pero costearse toda una boda, despedida de solteros y luna de miel incluida... era...Joder.
Era mucho incluso viniendo de él.
-Jed, sabes que haría cualquier cosa por ti, quiero darte un regalo que no olvides, algo memorable, quiero que tengas un buen recuerdo -Me dijo y había algo extraño en sus ojos, dios, que la empatía la reprobé en la escuela, no me la dieron al nacer o lo que sea. Pero como que uno se da cuenta cuando alguien está angustiado, yo como que podía leer que estaba mal, pero no sabía que hacer por él.
-¿Estás enojado conmigo? -Pregunté. No se si les ha pasado, el tener que rechazar a alguien que le importa. Como que se siente mal, de verdad. Te rompe, toda esa cosa de mierda me estaba destrozando.
Hasta como que me daban ganas de llorar, si pudiera lo haría, digo, ver a Eric me daban ganas de llorar, solo que no podía , supongo que por eso odiaba a todos los que berreaban con facilidad. En el fondo los envidiaba. A mi no me nacía. Pero dolía, ver a Eric viéndome de esa forma dolía como si me estuvieran apretando algo en el pecho. No quería que se enojara conmigo.
-No rubio tonto, claro que no-Eric me sonrió de lado-Sabes que no podría enojarme contigo. Mi prioridad eres tu, Jed. Siempre has sido tú.
Nos quedamos un momento en silencio hasta que Eric por fin volvió a hablar.
- Entonces... ¿Qué colores quieres para la boda?
-Yo... -Okey. Lo digo en serio algo olía muy mal en todo esto, primero me evitó por casi una semana desde que le dije que le daría el sí a Romeo y ahora de pronto sonreía entusiasta y me preguntaba sobre colores para la boda? - Emm... No lo pensé, aún.
Me detuve, lo miré a los ojos, No había que tener más de dos neuronas para notar el elefante rosado en la habitación. Estaba ahí, saludando y haciendo piruletas.
- Eric... -Qué está pasando quería preguntarle, porque algo le pasaba, iba más allá de sus celos, que yo estaba acostumbrado a que tuviera celos de mis parejas ocasionales, pero esto era distinto, cuando uno convive tanto tiempo con alguien como que lo sabe. Lo sientes en tus huesos, de alguna forma aunque él disimule yo lo sabía. Solo que no sabía cómo decirle que yo lo sabía y Eric me interrumpía cada vez que quería averiguar más.
-De acuerdo, déjamelo a mi. -Dijo, con una determinación sombría en los ojos.
-¿Estás seguro de esto?
- Me encargaré personalmente de que tengas la boda más bonita de todas Jed, quiero que seas feliz.
¿Que se supone que le dices, a tu mejor amigo, que sabes que está enamorado de ti, cuando te echa buenos deseos para que te cases con otro y encima se ofrece a hacerte de Wedding planner? Pues yo le dije lo primero que se me vino a la cabeza, como que tenía que decirle algo ¿no?
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Lo peor de mi (Gay+18)
Teen FictionHan pasado varios años desde que Jed y sus amigos dejaron sus años de adolescencia. Cansado de un matrimonio destinado al fracaso, Jed Jones decide apuntarse en clase de Kick boxing para evitar pasar tiempo en casa, lo que no espera es que el ins...