No voy a mentir. La reacción de Gabriel fue un alivio. Yo estaba cagado, en serio, había estado estresado la gran mayoría del día hasta que el chico me acorraló en los baños. Lo admito, tenía más bolas que yo. Si por mi fuera, nunca lo hubiera enfrentado. No era parte de mi personalidad eso de afrontar problemas, yo los evitaba.
Cuando volví a casa yo me sentía ligeramente encantado por su actitud. Estaba molido de un día de trabajo, pero aliviado. Estaba de buen humor. En serio, Lo único que quería era dormir hasta mañana y olvidarme de todo porque había sido un buen día. En lo que cabe.
Había conseguido estabilizar a un niño y darle la buena noticias a los padres de que se recuperaría en un par de días. Hasta había dejado que la mujer me abrace después de eso, mis residentes habían estado bien.
Almorcé con Eric, en un steak house. Habíamos pasado un buen rato, hacia tiempo que mi mejor amigo no tenía tiempo para mí. Lo que antes era rutina ahora era un gran evento, pero yo estaba estúpidamente feliz por eso, no podía obligar a mi cerebro a ignorar lo cálido que me había sentido por pasar un rato con él, solo charlando de nada con el estómago lleno de carne y vino fresco.
Claramente tuve que soportar que mencionara a su esposo un par de veces en la charla cosas como "jesse y yo... tal esto" "Jesse y yo, tal cosa" "a jesse le encanta..."
Eric era insoportable con Jesse, me preguntaba si había algo que no le gustara del tal Jesse, en serio. Parecía la clase de persona a las que todo le gusta. Si no me molestaran ese tipo de personas patosamente adorable tal vez me hubiera molestado en conocerlo.
Aunque...realmente no me interesaba hacerlo.
Digo, egoístamente esperaba que se separaran pronto y no tener que convivir con él. Eric se veía feliz y eso, me gustaba verlo bien, no era tan mal tipo como para no aceptar que eso era bueno. Lo que no me gustaba, era que fuera ese tipo el que lo hiciera verse bien. había algo de ese chico que no me gustaba. No sabía explicar el por qué. Eric se merecía algo mejor, yo siempre había sentido eso por mi mejor amigo, como si nadie fuera lo suficientemente bueno.
Es decir, yo era consciente de sus defectos, Eric no era un tipo perfecto, era un jodido maniático caprichoso y manipulador con cierta tendencia a los vicios. Pero considerando su pasado y el ambiente en el que se crió era un buen tipo, un tipo cariñoso.
Jesse no se lo merecía, punto.
Aunque objetivamente podía entender por que se llevaban bien, Eric era todo paz, amor y esa mierda bondadosa y espiritual del Yoga y por los que Eric contaba de Jesse, el chico era todo valor, honor y amabilidad. Un estupido con complejo barato de capitán américa, sí, claramente no me agradaba, tal vez estaba siendo mezquino con el chico.
Como pareja debían ser tan dulces que de solo imaginarlo me daban ganas de vomitar azúcar.
En serio. Tal vez sí eran uno para el otro, Eric era meloso, y algo intenso para mí gusto personal, es decir había convido el tiempo suficiente con él para reconocer que era un tipo encimoso, no entendía ese tipo de gente que necesitaban frotarse todo el dia sin llegar a nada, el único momento en el que a mi no me molestaba que me tocaran era durante el sexo o posterior a él, pero el tal Jesse sonaba todo un copito de azúcar, tal vez sí era lo que Eric necesitaba.
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Lo peor de mi (Gay+18)
Teen FictionHan pasado varios años desde que Jed y sus amigos dejaron sus años de adolescencia. Cansado de un matrimonio destinado al fracaso, Jed Jones decide apuntarse en clase de Kick boxing para evitar pasar tiempo en casa, lo que no espera es que el ins...