Sacrificio de Mentiras [GtaRp] • Terminada •

19. ✻

Las horas pasaron hasta que Conway llegó a casa de Horacio nuevamente. El mayor se había ido directamente hasta las oficinas del CNI donde guardaban los documentos más importante para buscar los papeles civiles de Gustabo. Tocó a la puerta y Horacio se acercó y le abrió.

—Ya tengo los papeles –dijo entrando hasta llegar al salón– Está muy completo, como debe de ser. Describe perfectamente tu tontería, Gustabo. –se lo entregó a Horacio.

—Cómo que mi tontería. Pobre Pogo, has herido sus sentimientoooos –bromeó mientras observaba a Conway desde el sofá todavía sentado.

—Gustabo –dijo en tono serio mientras lo miraba fijamente– Te doy esta oportunidad solo porque Horacio ha sido muy muy insistente. –avisó– No hagas ninguna tontería, ¿me has entendido? No voy a volver a repetirlo.

—Que no, papá. Me portaré bien –volvió a bromear aguantándose la risa mientras compartía miradas con él, la cual no duró mucho ya que le entró la risa y tuvo que apartar la vista.

—Perdón, perdón.

El mayor rodó los ojos mientras lo dejaba reírse. Sabía que se reía porque ahora estaba con Horacio, y ya tenía todo lo que quería. Había estado vigilando bastante a Gustabo ya que estaba de parte de la mafia, y lo vio completamente solo y triste aunque no fuera algo que él mostrara ampliamente.
De alguna forma se alegró de que hubiera encontrado lo que le hacía feliz.

Conway empezó echarle una charla de lo que significaba estar en el CNI. Y que obviamente estaban desde el principio de que ellos estaban infiltrados en la mafia.

—Entiendo... Vamos que es ultra secreto y confidencial toda la información que se va recogiendo allí, ¿no? –concluyó diciendo Gustabo cuando Conway dejó de hablar.

—Joder, pues bien podías haberlo dicho desde un principio de que estábamos ahí metidos. –bufó mientras se cruzaba de brazos– En fin, ¿te ha dicho Horacio lo de la reunión que tengo esta noche?

—Si, me lo comentó. La cosa es, probablemente no se lo tomen bien. Así que pueden salir demasiadas cosas mal. Pero también te digo, Horacio, que no vas a ir tú solo a esperar a sus espaldas. Es muy peligroso.

—Pero...

—Lo que haremos es que alrededor de medio kilómetro estarán algunos del CNI, que saben camuflarse y tienen micrófonos a distancia. Y por cierto, el hecho de no haberlo dicho antes es porque sois unos anormales y os hubierais puesto a jugar con las armas o a fanfarronear. Antes os lo teníais que currar y saber lo que era el trabajo duro.

—Bueeenoo, lo pasado pasado es. Seguramente me echen unas miradas como si fuera un psicópata si voy y directamente les digo "que estoy puto loco señores". Así que trataré de evitar el tema hasta que acabe la reunión. –explicó– creo que es una buena idea, la verdad. No les va a hacer mucha gracia el tener a un tío inestable por allí rondando, vamos, antes me pegan un tiro –rió

—¿Crees que tengas que fingir que Pogo está ahí para que tengan miedo? ¿Y si les gusta que seas un psicópata?– pensó Horacio con miedo.

—Viendo tu historial, y quienes fueron los primeros en caer, no creo que quieran.

—¿Como? –parpadeó Horacio confundido.

—Hombre, dudo que les guste tener a un asesino tentando la suerte de que alguno de los suyos se lleve una sorpresa, Horacio, es lógico –le respondió Gustabo rodando sus ojos.

Aunque sintió cierta duda por el comentario de Conway.

—Pero... ¿Por qué lo dices? Hace años que no leo eso, creo que ni siquiera lo llegué a leer cuando me lo dieron, mucho texto para mi.