Sacrificio de Mentiras [GtaRp] • Terminada •

68. ✻

A veces me dan ganas de crear un grupo (por discord o algo) con algunas de las personas que siempre se leen mis historias para hacer una en conjunto pero luego pienso que me van a dejar así 🤡. No sé, necesito socializar ayuda.
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Se mantuvieron unos segundos en un silencio inmenso que solamente era complementado por el sonido del mar y los sonidos que hacia Horacio al comer. El cielo estaba estrellado ya, como aquella noche en el techo de la casa de Horacio.

—Ya nada volverá a ser como antes, está claro. Pero me quedó satisfecho al saber que confías en mi, la verdad. –dijo Gustabo.

Horacio llevó su mano a la cabeza del otro y le revolvió el pelo con una sonrisa.

—Dame alguna, joputa, no te las comas todas tú –le replicó el rubio mientras abría la boca esperando que le pusiera alguna patata en esta

—Que niño mimado. –sonrió agarrando el polvillo de las patatas y se lo echó en la lengua. Empezó a reír por eso– Era broma, era broma. –agarró un par de patatas y se las dejó en la boca.

Se tumbó junto a él, ya que en la esterilla podían caber ambos, fue comiendo mientras miraba al cielo. Gustabo se rió por aquello mientras se comía las patatas. Colocó uno de sus brazos detrás de su cabeza dirigiendo su mirada hacia él

—Niño mimado dice... Ay, y qué harías sin mi, eh

Lentamente Gustabo apoyó su mano libre sobre la otra libre de Horacio.

—Al menos no me mancho al comer. –le limpió con su pulgar algunas migas que tenía en su cara.

—Yo no me he manchado. Aclara tu visión Horacio. Aclárala –se rió– Hablando de eso, quería comprarme unas gafas nuevas, perdí las otras. Ahora antes de irnos a ver si sigue abierta la tienda

Horacio asintió mientras abría el refresco y empezaba a beber.

—Cuando quieras podemos ir.

—¿Ya te quieres ir? Hace buena noche

—Nos podemos quedar un rato más si quieres entonces –sonrió tumbándose de lado mientras lo miraba.

Agarró otra patata y se la ofreció a Gustabo en su boca. El rubio cogió la patata con los dientes y se la comió. Llevando su mirada hacia él.

—Lo que tú prefieras. Hoy es el día de la sinceridad –se rió el de ojos más claros.

Horacio volvió a ofrecerle una patata, pero en ese momento la apartó y se la comió el mismo. Lo miró retador. Gustabo fruncio el ceño y se colocó de lado quedando frente a él.

—Que perro eres, eh.

Horacio le fue dando más patatas, jugando con él de vez en cuando.

—Dios tu cara. –llevó su mano acariciando la mejilla y con el pulgar empezó a apartar todo el resto de las patatas. Lo miró con detalle, estudiándolo.

Suspiró pegando su frente mientras aún le acariciaba.

—Mi cara qué. –rodó los ojos sin apartar sus ojos de él– Cuidado no se me vaya a meter algún trozo pequeño de patata en las heridas, que capaz y luego se infectan

—Yo te las curaré. –esbozó una pequeña sonrisa mientras suspiraba profundamente mientras lo veía a los ojos.

Gustabo se quedó en silencio sin apartar su mirada todavía, él mantenía sus ojos clavados en los suyos. Parecía un duelo de miradas eterno.