Final alternativo #4: Siempre juntos.

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Otro final más, este creo que era uno de los que más dolían, así que bueno, ya voy avisando de ante mano, no voy a regalar citas al psicólogo gratis 😡.

Recuerdo que estos finales parten desde el momento donde Pogo está frente a Horacio amenazándolo con una navaja en aquel callejón
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El rubio avanzaba poco a poco con paso firme hacia él, no tenía miedo, no tenía nada de miedo. Al fin y al cabo no lo veía capaz para nada, sobre todo porque como Gustabo estaba dentro, sabía que no lo haría

—Dejate de tonterías... ¿Tú crees que me importan tus palabras? Deberías entender ya de una vez que no. Y que no me importa lo que hagas, no pienso tenerte nuevamente en mi campo de visión.

Se plantó enfrente suya mirándolo retador

—Adelante dispara Horaciooooo, si tanto me odias, vamos, ma, ta, me –se rió empujando bruscamente su brazo para tirarle la pistola de las manos. En ese momento clavó la navaja en su estómago, haciendo que cayera rápidamente al suelo.

Se separó lentamente mirando como él mismo estaba lleno de sangre, completamente empapado, la sangre en charchos en el suelo. Se arrodilló poco a poco sin apartar la mirada de Horacio. Mantenía una sonrisa nerviosa en su rostro.

—Si... Gustabo... Debes de ver esto... –se rió mientras se limpiaba las gotas de sudor y algunas lágrimas que salían– Tu hermano está muerto y tú lo has dejado morir, ahora, te toca a ti vivir con esta carga, ya he hecho todo lo que debía hacer. Jamás debiste encontrarlo, jamás debiste de... –rompió en llanto– J-Jamas debiste de vivir con él toda tu vida, me dejaste solo, sin nada, solamente te tenía a ti y ya ni siquiera jugábamos juntos, no me hacías caso...

Se frotaba sus ojos con sus manos bien abiertas.

—Ahora estarás solo para toda tu vida. Yo ya no tengo nada más que hacer. Disfruta de tu nueva vida –se dejó caer, colocando sus brazos y apoyándose así en el suelo, quedando en posición de cuatro patas– Te quiero, Gustabo

Y sin mas cerró sus ojos con fuerza.

[...]

Pasaron varios segundos y este comenzó a toser de forma brusca. No entendía absolutamente nada. ¿Seguía vivo? ¿Estaba soñando? Se encontraba locamente perdido.

—¿P-Pogo...? –musitó mientras se tapaba su boca por la tos. Poco a poco fue levantando tu mirada y simplemente.

Lo vio

No podía creer que aquello fuera real, se negaba a verlo, a sentirlo, a creer que todo aquello era la verdadera realidad

—¿H-Horacio...? –dijo entre lágrimas, su voz estaba completamente rota en aquel momento.

Se levantó rápidamente y se agachó a su lado. Al verlo de esa forma no pudo aguantar los llantos desconsolados, unos llantos que jamás pensó que soltaría. Toda la presión, todo el sentimiento, la impotencia, la tristeza, depresión, rabia, la estaba soltando en aquel momento.

Lo tomó en sus brazos, tomándolo de la espalda y apoyando el cuerpo del otro en su propio cuerpo. No le importaba llenarse de sangre, no ahora.

—¡Horacio despierta joder! –gritó entre lágrimas mientras acariciaba lentamente su rostro.

—Horacio no me hagas esto... –susurró– No puedes irte sin más, no me puedes dejar solo, no puedes. ¡Despierta coño!

Pero nada daba resultado. Sus lágrimas corrían como ríos que desembocan en el mar. Se sentía devastado por completo, roto, vacío. Sentía su pecho explotar, explotar de tristeza. Ni siquiera podía respirar con tranquilidad

Estuvo así durante un largo rato, llorando sin cesar, llorando como nunca antes lo había hecho. Pasaba sus manos delicadamente por todo su cuerpo. Su cabeza, su rostro, su cuello, sus manos. Quería sentirlo a su lado, no podía irse, no podía vivir sin él.

—Todas esas veces que... Te he dicho algo malo. Te he insultado, te he... Extorsionado, dicho cosas para convencerte de hacer otras que podían perjudicarte. Nunca lo hice con mala intención, yo, Horacio, te necesito, por favor –lo abrazaba con fuerza

—Siempre has ayudado, siempre has sido un héroe para mi, te envidiaba joder, te tenía puta envidia de cómo eras. Tu gran sonrisa en los malos momentos, tus bromas y comentarios para animar el ambiente. Tus bailes... –sonrió de forma triste– Tus risas. Todo. Lo apreciaba cada día, cada día.

Se apartaba las lágrimas con sus manos

—Todos los códigos 3, las persecuciones, los buenos momentos como infiltrados... Siempre los recordaré como lo mejor que viví en mi vida. Eres mi única familia y ahora, ahora... –volvió a romper en llanto, aunque se mordiera el labio, no era suficiente– Ahora que no estás aquí que hago... Yo, no puedo estar sin ti. ¡Hicimos una promesa! ¡Siempre juntos, Horacio! S-Siempre juntos...

Volvió a abrazarlo entre sus brazos con fuerza. No podía soportarlo, no podía soportar aquella presión, simplemente quería acabar con todo aquello de una vez.

Se levantó y tomó el cuchillo ensangrentado. Dejó a Horacio cuidadosamente en el suelo y se apartó un poco.

—D-Dijimos que... Siempre estaríamos el uno con el otro –susurró de forma entrecortada mientras miraba la navaja fijamente– La única forma es... Que vaya contigo. –miró hacia el cielo

—No te dejaré solo, me lo prometí, te lo prometí –levantó el cuchillo con ambas manos, paralelo a su estomago– Y no voy a romper otra promesa –sonrió.

En ese momento con todas sus fuerzas llevó la navaja hasta su estómago, clavándola con fuerza. Ni siquiera gritó. Se quedó mirando al cielo con una sonrisa al mismo tiempo que toda su mirada se iba nublando más y más.

Después de unos segundos cayó al suelo para atrás. No podía ver nada de forma clara, era como si sus ojos tuvieran una cortina de niebla enfrente suya. Giró su cabeza para mirar a Horacio, tosiendo sangre a niveles insospechados. Poco a poco se fue acercando a él hasta pegarse y pasar su brazo por encima suya. Aquel era su fin, sí, pero al menos lo pasaría junto a alguien, junto a la persona mas importante de toda su vida.

—S-Siempre juntos... Horacio –susurró cerrando sus ojos casi inconscientemente.

Allí había acabado todo. Pogo había desaparecido desde hace rato. Horacio había muerto en vano, inocentemente por la propia subconsciente de Gustabo. Pero él había pagado el precio. Una vida, por otra vida. Al menos, siempre estarían juntos, incluso después de la muerte, la promesa iba más allá.

Hasta que el sol dejase de brillar.

Sacrificio de Mentiras [GtaRp] • Terminada •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora