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Ojo, noticia importante.
HOY SALEN DEL PSIQUIÁTRICO

No os hacéis a la idea del drama que se viene en este fic en los próximos capítulos, ahora es cuando llega la mejor parte de esta historia, tengo una ilusión enorme, espero que os guste y disfrutéis tanto como yo lo haré, si reciben apoyo estos capítulos trataré de actualizar cada día <3

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Unas horas después la puerta se abrió de golpe provocando un ruido fuerte, haciendo que dieran un brinco del susto.

—Supernenas. –se colocó las gafas Conway– ya os podéis ir a vuestra puta casa. Vengo a recogeros. Tenemos ya el parte de sanidad mental, pero al parecer esto es como un puto colegio y os tengo que venir a recoger como si fuera vuestro puto padre –rodó los ojos.

—Hola super. –sonrió Horacio elevando su mirada hacia él.

Gustabo se sobresaltó levemente por el ruido pero más bien por el brinco que dio Horacio en la cama. Se movió ligeramente ignorando todo, no llegó a abrir los ojos del todo por la luz del mediodía que entraba por la ventana. Tomó aire intensamente y volvió a apoyarse en la almohada separando la cabeza del pecho de Horacio y volviendo a tratar de conciliar el sueño. No era consciente de quién había llegado ahora a la habitación.

—Preparaos y salid, os estoy esperando en la puerta, despierta al mariconetti. –ordenó mientras cerraba la puerta tras de él.

—Venga Gustabo... –susurró en su oído mientras lo acariciaba levemente.

Le subió los pantalones y lo Intentó despertar un poco. Al no conseguirlo, lo cargó a la espalda.

—¿Te llevo así, Gustabo? –la situación lo hizo reírse levemente.

Este se movió repetidas veces tratando de dormir sin más. Después de lo que había pasado horas antes simplemente no era capaz de reaccionar ante nada más.

Ni siquiera se inmutó demasiado cuando Horacio lo cargó. Se quejó un par de veces pero no le importó, no le importaba nada.

Horacio caminó con Gustabo en hombros. Después de su primera vez era normal estar tan cansado, más el sedante más el hecho de que Gustabo duerme muy poco.

Cuando Conway los vio así le echó una bronca a Horacio que casi lo escuchan hasta los del nivel ocho.

—Venga. Andando. –salió por la gran puerta blanca, la misma que se vio en las visiones de Horacio.

El de crestas tragó saliva, cruzando la puerta que tanto había importado en sus alucinaciones. ¿Significaba que ahora no estaba seguro? ¿Que corría peligro?

Decidió ignorar sus pensamientos y seguir caminando hasta el auto de Conway. Horacio se sentó, y sentó a Gustabo en su regazo mientras lo acariciaba lentamente.

—Estamos algo cansados, le informaremos de todo mañana.

Horacio bajó del coche, cargando a Gustabo. Entró en casa, siendo saludado alegremente por su pequeño caniche. Vio el cuenco del pienso lleno, y sonrió. Probablemente Conway había venido a cuidarlo. Soltó una pequeña risa por eso, el abuelo era una buena persona dentro de lo que cabe.

Dejó lentamente a Gustabo en el sofá y lo tapó con una pequeña sábana.

Horacio decidió tomar una ducha y cambiarse de ropa. Después salió a la calle y compró las medicinas que habían en la receta que le había entregado Conway.

Sacrificio de Mentiras [GtaRp] • Terminada •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora