52. ✻

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Este es un capítulo decisivo. Que comience el mambo de verdad señores, hasta ahora esto ha sido el aperitivo 😉.
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Pasaron horas y horas, Horacio se fue despertando poco a poco y lo primero que vio fue todo su salón lleno de sangre, todo lleno de sangre seca y con un olor horrible.

Gritó con fuerza mientras agarraba su cabeza, flasheando y empezando a respirar con dificultad. Se levantó del sofá viendo su preciosa ropa manchada.

Gustabo se sobresaltó y se despertó de golpe por los gritos de Horacio.

—¡Qué cojones te pasa ahora Horacio macho! –gritó mientras se sentaba todavía medio dormido y se rascaba los ojos

Horacio se quedó en shock al ver todo a su alrededor.

—¿Qué... Qué pasó? –jadeó hiperventilando– He matado a un tío... He matado a un tío... LO MATÉ.

—Y ya empieza de nuevo... –suspiró el rubio mientras se levantaba e iba a su lado.

Lo tomó de los hombros e hizo que lo mirara. Estaba muy serio.

—Escuchame. Sí, lo mataste, y se te fue la olla. Así que o te relajas o te llevas otro sedante, tú verás. Ah, y tomate la puta pastilla.

—Lo... Lo maté... Lo tiré al río... –trató de respirar con tranquilidad– Qué...

Gustabo tomó su cara con ambas manos

—Era un tío de una mafia o no sé que me dijiste, él vino a atacarte a ti y tú lo mataste por defensa personal. Luego ya creo que te pasaste un poco, pero porque se te fue la puta cabeza, y mucho. Ahora –lo tomó de los hombros y lo hizo sentarse en el sofá– voy a por tu pastilla, no te muevas.

Horacio empezó a recordar poco a poco todo lo que pasó al detalle.

—Él... –susurró después de unos minutos en silencio. Acarició su cuello con moratones– estuvo a punto de matarme... –Respiro con profundidad– Defensa... Personal.

Las palabras del otro le habían ayudado a relajarse un poco a decir verdad.

—Sí, defensa personal –volvió a aclarar Gustabo mientras llenaba un vaso con agua.

—No te preocupes por eso, está en el lugar que le corresponde –le dio el vaso del agua y posteriormente sacó una pastilla del medicamento de Horacio. Se la dio también junto al vaso.

—Toma

Horacio lo tomo con cuidado y se la tragó mientras empezaba a beber.

—Gracias... Por estar aquí. –susurró bebiendo todo el agua.

—¿Ves? Así sí. Pero si te pones puto loco, entonces no –le dijo sin cambiar su expresión seria.

—Solo recuerdo que me puse a... ¿jugar? Y que de repente estaba enfadado y luego me puse a reírme. –masajeó su cabeza– Tendría que limpiar todo este desastre...

—A jugar apuntándome con una puta pistola –le dijo mientras le enseñaba la pistola– un gran juego, por supuesto –rodó sus ojos y fue hasta la bolsa con los medicamentos y agarró su medicación

—Me voy

Horacio echó su cabeza hacia atrás mientras trataba de relajarse.

—Okey... –susurró dejando que el otro se fuera.  ¿Qué más iba a hacer? No podía impedírselo– Gracias de nuevo. –añadió cuando el otro ya se había marchado.

Sacrificio de Mentiras [GtaRp] • Terminada •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora