Final alternativo #3: Deseo cumplido.

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El final de ayer dolió bastante eh... Pues este también lo hará HAHSHSH, agradecedme que estos son alternativos y no oficiales, fui buena y elegí uno bueno para que no tuvierais que ir a terapia.

Recuerdo que estos finales parten desde el momento donde Pogo está frente a Horacio amenazándolo con una navaja en aquel callejón
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El rubio apretó sus dientes con fuerza mientras se iba acercando lentamente hacia él. Cada vez le daban más rabia sus palabras, todo lo que decía eran puras falacias, tonterías sin sentido, cosas que no iban a llegar a ninguna parte

—No voy a permitir que me cortes el rollo ni una vez más. Solamente me has estado llevando a más y más problemas –susurró– Al igual que el viejo ese, solamente sois una piedra en mi camino, en mi deseo. De vivir la libertad que merezco.

Se puso enfrente suya, sin temor a que el otro disparara, porque estaba claro que no lo haría, no llegaría a dispararlo jamás, porque Gustabo estaba allí dentro, por eso mismo. Esa es la suerte que tenía.

—Creo que esta no es mi hora, jamás lo fue, si no que es la tuya. Si tanto deseas que lo haga, genial. Deseo concedido, Horacio –sonrió de forma maliciosa.

En un rápido movimiento le bajó el brazo con ambas manos, soltando la navaja y logró que el otro tirara la pistola al suelo. Se agachó y la tomó con ambas manos, apuntándolo y poniendo sus dedos en el gatillo muy decidido.

—Han sido buenos tiempos, pero ahora llegó mi momento. Mi momento de vivir lo que Gustabo no me ha dejado. Dulces sueños –tras eso apretó el gatillo con fuerza, haciendo que la bala fuera directamente hacia Horacio, impactando en su frente de forma limpia.

La bala perforó rápidamente su frente, sin dejarle mucho tiempo para reaccionar. Muy pronto el otro se encontraba en el suelo con un gran charco de sangre debajo suya. Una sangre limpia e inocente.

El rubio sonrió triunfante, guardando el arma en su bolsillo y tras eso se agachó para guardar también la navaja en otro de sus bolsillos. Y sin más, se fue corriendo. Se fue corriendo todo lo que podía, huyendo de aquella zona, huyendo de la ciudad. Ahora todo comenzaba de nuevo para él, una vida digna, una vida que no desaprovecharía, una vida sin Horacio y sin Gustabo.

—Una pena, Gustabo. Pero había que hacerlo. Al menos no lo has visto –se rió mientras caminaba lejos de todo.

[...]

Habían pasado un par de horas y ya se encontraba llegando a la parte mas al norte de la zona. Había tenido que robar un par de vehículos, pero mereció la pena para tumbarse en la fresca hierba de una de las laderas de la montaña que daban directamente al mar, al profundo horizonte de donde comenzaba a salir el sol.

—Solos tú, y yo. –dijo mirando a la lejanía– Aunque esté hablando solo, porque tú no me puedes escuchar ahora, hice lo mejor. Si algún día logras despertar te darás cuenta de que todo fue por nuestro bien, por tu bien. Y no te arrepentirás.

Se dejó caer para atrás mirando al cielo

—Me sentiría mal al mirar este cielo y sentir esta hierba si hubiera sido un lugar como este el fin de todo. Pero me siento bien –cerró sus ojos– me siento vivo. En paz. Agradezco que me llevara allí a decir verdad.

Volvió a abrir los ojos mientras suspiraba.

—Después de todo...

Los finales muchas veces
acaban en el principio.”

Sacrificio de Mentiras [GtaRp] • Terminada •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora