46. ✻

568 69 47
                                    

Hola buenaaas
Solo vengo a recordar que la trama de esta historia es totalmente alternativa a la original y por el momento Gustabo sigue vivo, POR EL MOMENTO, quién sabe qué es lo que pasará en un futuro 😔

Ver de nuevo a Gustabo y Horacio en Marbella me dio ganas de seguir publicando esta historia, así que lo haré más seguido <3.

---------------------------------------------------------------

Pasaron bastantes horas hasta que pronto amaneció. Gustabo todavía seguía durmiendo plácidamente. Había dejado su boca caer y de esta salía un pequeño hilo de saliva. Era algo ya normal, pero había dormido fantásticamente debido a esa relajación con la que se había quedado finalmente al dormirse. No supo si aquello era simplemente afecto o contaba como sexual, pero no le importaba.

Horacio despertó estirando sus brazos. Tardó varios minutos en espabilarse.

—Gustabo... –susurró– Gustabo despierta. –lo movió levemente y con suavidad. Le acarició lentamente la oreja– Quizás hoy será nuestro último día... –esbozó una sonrisa deslizando su mano por su mejilla y limpiando la saliva con la sábana.

—Hmm, qué coño estás diciendo... –musitó medio dormido mientras se giraba y le daba la espalda. Continuando con ese maravilloso descansar que tenía.

—Digo, de estar en este lugar. Que el abuelo nos sacará de aquí. –Sonrió mientras se levantaba y estiraba sus brazos– ¡Venga! ¡A desayunar! ¡Hoy será un fantástico día!

Gustabo bostezó pero no se movió de su posición. Estaba cansadísimo de la noche anterior y no tenía fuerzas para ni siquiera mantener sus ojos abiertos. Horacio tenía bastante energía, como casi todas las mañanas, siempre se despertaba el primero.

El de crestas fue a desayunar y cuando terminó agarró un paquete de magdalenas y fue hasta la habitación de vuelta.

—Ten aquí. –sonrió y le dio el paquete.

Gustabo abrió poco a poco los ojos mientras dirigía su mirada hacia él. Estaba agotado. Miró el paquete y se incorporó sentándose en la cama, tomó este y se quedó mirándolo

—¿Fuiste a desayunar?

—Tenía mucha hambre. –hizo un pequeño puchero– Así que te traje el desayuno a la cama, pero en las películas se ve diferente. –bromeó con una sonrisa

Gustabo abrió el paquete de magdalenas mientras se frotaba los ojos, sacaba una y comenzaba a comersela.

—Gracias –murmuró mientras comía.

Horacio se sentó junto a él.

—Estoy deseando llamar a Conway para que nos diga si todo está bien.

—Ahí está el teléfono –le dijo mientras comía y señalaba a la mesita de noche donde se encontraba el teléfono que cogió ayer.

—Llamalo, es la última llamada registrada.

Horacio lo agarró y buscó la última llamada. Una vez ahí, tecleó volver a llamar y esperó.

—¿Super Conway? –sonrió desde la otra línea– ¿Qué tal? ¿Nos podrá sacar de aquí?

—¿Cómo que SuperConway? –gruñó tras coger el teléfono y contestar a la llamada

Suspiró profundamente mientras se escuchaban sonidos de distintos papeles.

—Vamos a ver, ehm... Primero de todo, esto no es un favor mío, ni una recompensa por vuestro comportamiento, nada, que os quede claro gilipollas. Segundo, no vayáis llamando la atención hoy por el hospital, no todos saben que os vais a ir de aquel puto hospital, así que cerrar la boca y ni una palabra hasta que vayan a buscaros –aclaró

Sacrificio de Mentiras [GtaRp] • Terminada •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora