Capítulo 82: Sobre la Niebla

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Salimos de la habitación, el ambiente era tétrico y muy silencioso, dos monjes que hablaban con Irelia era lo único que se podía escuchar, Nemeia y yo nos acercamos un poco.

-Señora nuestra, aquella niebla trajo consigo horrores inimaginables, monstruos surgían de ella torturando a nuestros soldados y a los habitantes del pueblo, no estamos seguros de cuántos sobrevivientes haya, algunos pocos llegaron hasta el monasterio... Pero no contábamos con que nos superarían rápidamente en número. Tuvimos que enfrentarnos contra nuestros propios amigos una vez que aquellos monstruos los habían asesinado... Fue...- La mirada del monje estaba llena de terror. Irelia le colocó una mano sobre el hombro.

-Ambos han hecho un gran trabajo, hicieron lo mejor que pudieron aún cuando el miedo los estaba inundando.- Notó mi presencia en el pasillo, Nemeia estaba detrás de mí, mirando todo con curiosidad.- Traigan a los sobrevivientes, una vez terminemos de contar las bajas y de ver los daños, ustedes vendrán conmigo, necesito ayuda.- Las palabras de Irelia hicieron cambiar a los monjes, ahora estaban más esperanzados, quizá era porque la Cuchilla Danzante necesitaba de ellos. Había visto el valor.

Una vez ellos se fueron corriendo, se acercó a nosotros.

-Créeme, te he dicho todo lo que sé.- Contestó Nemeia con miedo.

-No venía a interrogarte de nuevo.- La mirada de Irelia tenía demasiada preocupación.- Venía a decirles que viajen con cuidado. Si estos eventos van a seguir sucediendo...- Sonrió con tristeza.- Debo aferrarme a los momentos felices para no perder la esperanza, debo seguir dándoles esperanza a estas personas. Ayudarlas a encontrar un lugar seguro, descubrir cómo...- Se quedó en silencio mientras veía a Nemeia dibujar un símbolo en el suelo, me parecía conocido...

-Coloquen antorchas cerca de estos símbolos, mantienen alejados a los espíritus de la Niebla Oscura... Asegúrate de enseñarles bien esto a tus seguidores, mientras tengan una antorcha y esta runa grabada en sus casas, la niebla oscura ni los monstruos podrán hacerles daño, sólo asegúrense de mantener la llama viva... Es lo poco que puedo hacer por ustedes, me siento culpable de que todo esto haya sucedido...-  No podía mirar a los ojos a Irelia, sin embargo ella la abrazó.

-Nemeia era un espíritu de Las Islas de la Sombra, además de ser la Bibliotecaria antes de la Ruina. Vendrá conmigo.- Los monjes volvieron a entrar con varias personas, no pude seguir hablando, todas ellas asustadas y desconsoladas.- Buena suerte Irelia.- Toqué su hombro y ella tomó mi mano, nuestro roce de manos fue un adiós.

Mientras descendíamos hacia la salida del templo volteé hacia atrás.

-Mis amigos me han dicho que este símbolo nos ayudará a protegernos durante los ataques...- En ella volvía a haber esperanza.

-Gracias Nemeia, supiste cómo ayudarla.- Miré a la bibliotecaria.

-No tienen nada qué agradecerme... Sólo estoy haciendo lo que puedo, este mundo ha cambiado drásticamente y estos conocimientos eran esenciales, se han olvidado estas prácticas incluso en Jonia. Esta Jonia está más domesticada, la magia está reprimida. ¡No sabes cómo me dolió ver a esa cervatilla! El árbol de los sueños está muriendo...- El mundo que Nemeia conocía dejó de existir hace mucho tiempo.

-No tienes idea de lo mucho que ha cambiado el mundo fuera de las Islas de la Sombra. Supongo que te impresionará el lugar a donde iremos.-

-¿Fréljord?¿Noxus?¿Shurima o Targon?¿Aguasturbias? Esos lugares sí que los recuerdo... Incluso ese lugar perdido en lo más profundo de las selvas de Kumungu, Ixtal.- Ese último nombre provocó gran impresión en mí.

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