Su mirada proyectaba locura y odio, su voz era hostil y gutural. Mientras caminaba hacia nosotros, la niebla se cerraba tras él, pude notar cómo poco a poco se deslizaba una daga por su mano derecha, resplandecía con la luz de la luna y la sangre brotaba del filo.
Sin pensarlo dos veces se abalanzó sobre Miss Fortune, logré teletransportarme lejos de él. El asesino se sumergió en la madera como si se tratara un fantasma.
-Aquél que es leal a los capitanes, también aparecerá en mi lista...- Hizo una breve pausa.- Ahora también dormirás con los peces Ezreal.-
¿Cómo sabía mi nombre? Escuchar su voz llamándome me puso la piel de gallina. Él rió gravemente y surgió de entre la niebla, hubiera conseguido hacer un corte en mi brazo si no estuviera mi guantelete ahí.
-¿Conoces alguna salida de aquí, Sarah? Este hombre nos quiere muertos. ¿Al menos sabes dónde estamos?.- Estaba comenzando a asustarme y los nervios me estaban traicionando.
-Cállate, estás hablando muy rápido. Por el asqueroso aroma a sangre y el color del agua en esta zona puedo decirte que estamos en el Muelle Rojo... Y si eso es cierto, estamos en grandes problemas...- Miss Fortune fue interrumpida porque el asesino nos estaba atacando de nuevo.
De la nada una mano me sostuvo del hombro, luego otra, el tacto era frío y duro. Volteé a ver a mi captor, para mi sorpresa era un fantasma desfigurado, Sarah pareció reconocerlo y se horrorizó.
-¡Mierda! Es el capitán Wells, así se veía su cadáver cuando lo encontraron por este muelle. Mi tripulación tenía razón, hay un fantasma asesino en el Muelle Rojo.- Los ojos de Miss Fortune proyectaban terror, creo que fui la única persona que ha visto a la capitana temblar de miedo.
Disparó al fantasma y este me soltó, se veía el hoyo de la bala en su ojo izquierdo, pero no pareció dolerle, sólo se evaporó.
El fantasma gruñó.
-Creo que ustedes me harán tener un poco de diversión, normalmente lloran y suplican cuando ven mi cuchilla y a mis fantasmas, pero ustedes quieren aferrarse, vivir con la traición... Será satisfactorio cuando ustedes estén siendo comida de las ratas.-
Más fantasmas surgieron de la niebla, el hombre desapareció nuevamente sumergiéndose en el muelle, lo único que dejaba ver a veces era su sangrante navaja. Como si fuera la aleta de un tiburón.
Miss Fortune, aún con sus heridas me jaló rápidamente por el cuello de mi chaleco. Corrimos hasta llegar al matadero. La sangre y la podredumbre eran lo que más abundaba.-
-¿Te has fijado que la niebla se fue? Ahora sólo hay un silencio espectral...- Miss Fortune jadeaba al quedarse sin aliento.
-No estés tan segura de que nos ha dejado en paz, he notado que desaparece y luego ataca...-
Una lanza surgió de la oscuridad, atravesó mi pierna y escuché la risa de nuevo.
-Nadie escapa de Pyke, nadie puede escapar de mi lista.- La sonrisa dibujaba en el paño que le cubría el rostro se iluminó. Sus ojos se tornaron en un azul muerto y comenzó a arrastrarme hacia el mar.
Miss Fortune disparó a Pyke y su cabeza estalló, la sangre nos salpicó. Cerré los ojos, la lanza ya no estaba en mi pierna ni la sangre en nuestros rostros.
La risa volvió a hacer eco en todo el matadero.
-No puedes acabar conmigo.-
-Sarah, debemos huir, no sé qué demonios sea todo esto, pero tú viste que una maldita lanza perforó mi pierna, sentí el dolor y mi carne desgarrarse y ahora pareciera como si nunca hubiera pasado. No podemos hacerle frente...- Mientras Miss Fortune me observaba, Pyke aprovechaba para deslizar su navaja en su cuello, así que le disparé rápidamente.
-Vaya, yo que pensaba que ese guantecito tuyo sólo era un accesorio demasiado extravagante, ¿por qué me disparaste?-
-El fantasma... el hombre... Pyke... estaba detrás tuyo.-
-Si es así, entonces no estaremos a salvo hasta llegar a una zona más alta en Aguas Turbias.- Me levantó rápidamente y comenzamos a correr de nuevo. El matadero parecía un laberinto, sentía como si estuviéramos recorriendo las mismas calles a pesar de todo.
Corrimos aún más y podíamos ver la luz de las velas traspasar algunas ventanas de negocios del matadero, tocábamos las puertas frenéticamente pero nadie contestaba. Pyke reía en el fondo.
-Tienen miedo, saben que estoy aquí, no les querrán ayudar... Temen por sus vidas y hace que ustedes mueran, que los abandonen... como a mí.-
-Debemos intentar correr de nuevo, no nos queda otra opción...- Dije mientras trataba de recuperar el aliento. Mientras tanto la niebla volvía a surgir, y con ella los fantasmas.
-¡El juego se ha acabado!.- Gritó el fantasma.
Una ráfaga de balas se dirigió a nosotros, volví a desplazarnos unos metros lejos de su alcance. Seguimos corriendo un poco más hasta llegar a unas escaleras que llevaban a la parte alta de Aguasturbias.
Una persona bajaba por las escaleras, era Howell.
-Maldita sea, después de la explosión me puse a pensar que ustedes estarían muertos, pero la suerte de Ezreal se contagia, así que decidí venir a buscarlos antes de que amaneciera, ya faltan unos minutos. ¿Consiguieron encontrar alguna pista sobre el asesino..?- Howell no pudo terminar de decir más, la daga de Pyke le había atravesado el pecho. Su mirada seguía transmitiendo odio y locura.
-Al menos me llevaré a este capitán.- Burlonamente nos mostró su lista y el nombre de nuestro querido amigo se iba tachando lentamente con sangre.
-¡Joder! Debemos evitar que lo arrastre al mar.- Grité a Sarah, sin embargo, el fantasma ya no estaba, sólo estaba Howell respirando con dificultad.
-Je... Je.. Je... ¿Quién diría que el malparido era Pyke? Nadie lo ayudó cuando estaban pescando, parece ser que la magia de las profundidades le dio una oportunidad para hundirnos a todos... Oh... mierda, ustedes no...- Sarah y yo vimos en la dirección que Howell lo hacía, eran los kindred subiendo las escaleras. Nos miraron rápidamente, pero ellos sabían por quién venían.
-¿Vas a aceptar tu destino o querrás huir de él, viejo lobo de mar?- Dijo dulcemente cordero.
-¿Acaso tengo más opción? Creí que ustedes llegarían por mí en Shurima, que se estaban tardando demasiado en llegar por mí y ahora que lo han hecho, mi vida pide que huya, pero mi cuerpo está cansado.- El lobo se preparó para atacarlo.
-No, querido lobo. Él no piensa huir de nosotros, me toca llevármelo.- Firmemente tensó su arco y se preparó para disparar. Howell le pidió un momento con su mano.
- Ez, Sarah, ya que ustedes son los mal paridos que provocaron que Gangplank destrozara mi taberna y la razón por la que los Kindred llegaran por mí, se las dejo a ustedes, aunque no lo crean es una gran fuente de riquezas que los beneficiará a ambos, reparen el Diente de Kraken y disfruten de lo que les pueda dar como yo lo hice. Los papeles están en mi oficina.- Sonrió y en un instante la flecha de Cordero perforó el corazón de Howell. Para cuando nosotros volvimos hacia donde estaba Kindred, ya no estaba.
El sol por fin salió.
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¡Hola a todos! Vuelvo con un nuevo capítulo (el primero del año) y vaya, quería volver a hacer uno en que se enfocara un poco a otro de mis campeones favoritos y uno de los tenebroso: Pyke. Espero poder actualizar cada fin de semana o al menos un jueves, ya veré cómo me administro pero ya no les van a faltar actualizaciones, promesa de escritor de fanfics feos.
Como siempre, espero que les haya gustado y si fue así no duden en votar por el capítulo y dejar su comentario, me encanta leerlos.
Nos vemos pronto, invocadores.
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Los viajes de Ezreal
FanficNo te imaginarías mis viajes alrededor de toda Runaterra, lo que vi en el Vacío, cómo sobreviví a la locura en el desierto de Shurima... ¡No por nada soy el Explorador Pródigo! Postdata: ¡Taric y yo somos amigos! Antes que nada intentaré escribir es...