Capítulo 61: La noche durante la tormenta

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-Recuerdo que mi madre me dijo que tuviera cuidado con los hombres hermosos que actuaran como héroes, "sólo querrán llevarte a una cama".- Exclamó mientras se iba hacia un rincón, una mujer que literalmente era un arma viviente se arrinconaba contra mí, que estaba sin camisa y sin guantelete.

-Oye.- Sobé mi mejilla.- Piensa un poco más la situación, tu armadura se ve completamente limpia, yo estoy húmedo, lleno de insectos y de ramas. Pensé en tomar un baño mientras tú dormías.- Exhalé.- Siempre tengo mucha suerte para este tipo de malentendidos.- Comencé a reír.- No había otra habitación más que ésta con una cama matrimonial. No soy de esa clase de hombres, Kai'Sa. Jamás haría algo que otra persona no quisiera hacer conmigo.- Dije mientras me iba hacia el baño.

-Gracias.- Murmuró Kai'Sa.

-¿Por qué?- La miré con curiosidad.

-No tenías que dar toda esa explicación, pudiste simplemente dejarme aquí y meterte a bañar.- Respondió

-¿Y dejarte con desconfianza hacia mí por algo que pude haber explicado? No, vamos a tener un viaje un poco más largo y pesado. Lo que menos quisiera es que hubiera desconfianza entre nosotros.- Cerré la puerta lentamente. Me sentía feliz de haber explicado las cosas y de ver alivio en su mirada.

El sistema de calentado de agua en esta posada era un tanto extraño, parecía como si tú mismo quisieras convertirte en caldo. Tienes que introducirte en la bañera, que es de una piedra local de las selvas de Ixaocan y encender madera que hay debajo de la bañera.

Sorprendentemente nunca me quemé y el agua nunca hirvió, había incluso algunas hierbas aromáticas cerca. "Estofado de Ezreal", pensé mientras las añadía.

Fue de los mejores baños que tomé en mi vida. Salí sólo con una toalla encima, Kai'Sa entraba nuevamente en la habitación.

-Me imaginé que querrías tu ropa limpia para cuando amaneciera.- Me extendió otra muda ropa, ideada para dormir en este clima húmedo y caluroso.- Así que bajé y pregunté si podían lavarla. Lo están haciendo, la mujer me veía con mucha curiosidad, ¿cómo no hacerlo? Al menos no bajé con mi casco puesto.- Soltó una leve sonrisa.

-Gracias Kai'Sa.- Tomé la ropa.

-No hay necesidad de que vuelvas a entrar al baño, puedo darte la espalda mientras te vistes.- Me dio la espalda rápidamente.

Comencé a vestirme, la ropa era bastante cómoda y holgada. Para cuando me puse la camisa, noté mi reflejo en la ventana, que era justamente donde Kai'Sa tenía la mirada puesta. ¡Me estuvo espiando todo ese tiempo! ¡Es una pervertida!

--¿Terminaste de espiarme?- Pregunté tratando de contener la vergüenza.

-Sí.- Dijo tranquilamente mientras me mostraba una sonrisa de victoria.

-H-Haré como si esto nunca ocurriera.- Dije mientras sentía mis mejillas arder. ¡Es una pervertida!- Vamos a dormir.-

Las sábanas eran sorprendentemente frescas para el clima, además había comenzado a llover nuevamente. Le di la espalda a KaI'Sa, aún no podía superar la vergüenza.

-¿Siempre lloverá así?- Me preguntó con una voz cansada.- Rara vez llovía en el Gran Sai. Este tipo de cosas son verdaderamente nuevas para mí y creo que no las hubiera conocido gracias a ti.- A pesar de todo su voz se escuchaba llena de felicidad, de curiosidad.

-Si te hubieras quedado en Shurima seguramente hubieras recordado un poco más de tu infancia y descubierto otras cosas en el desierto.- Respondí.- Pero agradezco que vinieras conmigo, yo también estoy aprendiendo cosas nuevas.-

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