Capítulo 42: Sólo peones

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Después de dejar claras las cosas pude entender todo: Garen tiene una relación amorosa con una asesina noxiana, para salvar a su hermana acudió a una desconocida con un ritual extraño que borraba recuerdos, luego paga a una organización llamada la rosa negra para que me encuentren y pueda ayudarle a Lux con su magia como lo hice hace un tiempo, el problema es que con la reciente revolución en Demacia, Noxus piensa atacar pero la Rosa Negra puede tener otros motivos escondidos.

-Ehm... En Piltóver podían usar el Runaterra Incognium, la obra maestra de Valentina Zindelo, es un dispositivo diseñado para localizar a cualquier individuo en el mundo. Supongo que a la realeza demaciana y con la situación en la que se encuentran el gobierno de Piltóver no les pondría muchas trabas.- Dije mientras tomaba mi taza de té, el ambiente se había tornado más extraño aún, pasé de estar clavado a un sofá a estar tomando el té como si nada con los asesinos más peligrosos de Noxus. Katarina vuelve a enfurecerse.

-¿Me estás diciendo que existe un aparato así de poderoso? ¿Y que prefirió irse a buscar un grupo misterioso y de mala muerte? De acuerdo... Debo hablar muy seriamente con él cuando lo vea de nuevo.- Se frotaba las sienes para intentar calmarse.

-Pero no has sabido de él en varios meses.- Contestó Talon.

-Podríamos ser más inteligentes que él e ir al Runaterra Incognium, va a ser difícil entrar pero una vez adentro podremos tener algunas respuestas.- Mi idea hace que les brillen los ojos.

-Es una gran idea, pero se te olvida un pequeño detalle. Todo Noxus busca a Jarro Plumaluz, la Rosa Negra, el Alto Mando Noxiano... Salir de Noxus va a ser demasiado complicado, incluso para nosotros. Parece que la nobleza noxiana siempre está siendo vigilada.- Mencionó Katarina mientras se levantaba del sofá.- No podemos mantenerte aquí mucho tiempo, quien realmente solicitó tu traslado fue Jericho Swain...- Hizo una pausa.

-¿Por fin descubrieron al asesino de tu padre o siguen culpándome a mí?- Una voz grave e imponente surgió en la habitación.

-Debimos haber tenido más cuidado con los cuervos...- Murmuró Talon, su cuchilla se deslizaba lentamente.

-Házlo, Filo de la Hoja, asesiname y dejarás en Noxus a alguien mucho peor.- Un hombre abrió la puerta de la sala de estar, tenía una mirada endemoniada y fría, se veía seguro de sus pasos, sin dudas ni miedos a pesar de estar en la casa de asesinos.

No venía con ninguna escolta ni un ejército, sólo él. Se sentó tranquilamente en un sofá que parecía fungir como una especie de trono.

-No te atrevas a mancillar el asiento de mi padre, tirano.- Rugió Katarina.

-Veo que sigues con los ojos vendados, tanto hablas del culto a la Rosa y no se te ha pasado por la cabeza mirar los bordes de este asqueroso asiento.- Se levantó y tiró el sofá de una patada.- Observa bien el motivo del asesinato de tu padre, Katarina.-

-N...no puedo creerlo, esto debe ser una broma...-Katarina estaba completamente sorprendida. Talon sólo se cubrió la cara por vergüenza, en el fondo del sofá estaba una rosa negra estampada.

-Hola "Jarro Plumaluz".- Se dirigió a mí mientras los asesinos seguían procesando el asunto.- Casi logras hacer que mi plan no sirviera, sin embargo tus impulsos me parecen demasiado... predecibles. Ya veo que te contaron la situación en la que se encuentra Noxus, esta nación está demasiado podrida, necesita de mi guía para volver a enaltecerla.- Se volvió a sentar, esta vez enfrente de mí.

-Noxus sólo ocasiona dolor y muerte a su paso.- Contesté.- No todo se consigue mediante la fuerza, lo importante es...- Me interrumpió.

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