Capítulo 18: El (verdadero) terror de Shurima

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-¡Son jodidos Xer'Sai! ¡Tu magia debió haberlos atraído! No suelen venir por el Valle de la Canción.- Dijo el anciano, todos observamos cómo los merodeadores y los shakkal eran devorados o simplemente gritaban mientras huían.

Todos los pasajeros estaban como locos, corriendo de un lado para otro, no veíamos mucho, como dije, la Luna apenas trazaba un poco la ruta a seguir y algunas paredes.

-Veamos, si todos mantenemos la calma y no corremos, haremos más fácil para nuestro guía, ehr... ¿cómo te llamas? Me estoy cansando de sólo pensar que eres un viejo pero increíblemente macizo transportador de prófugos .- Lo miré antes de seguir con mi discurso.

-Kasdiar, mi nombre es Kasdiar.- Finalmente supe su nombre.

-Cómo iba diciendo, si cooperamos y no nos movemos de aquí puede que los Xer'sai terminen pasando de largo y nos dejen continuar con nuestro viaje.- Concluí.

Muchos se relajaron al ver que nosotros estábamos quietos, excepto el hombre que hacía alboroto desde hace rato, Fazir creo que era el nombre, comenzó a agitarse.

-¡Si nos quedamos quietos los que nos persiguen nos van a encontrar finalmente y lo que nos harán será mucho peor que lo que un puñado de Xer'sai puede hacer, YO NO VOY A VOLVER A NOXUS.-

-¡Espera!- Gritó Lux. Pero el hombre tenía un miedo y un dolor indescriptible en los ojos que ya no lo hacían pensar claramente. Simplemente corrió hacia la oscuridad, la arena se movió, se escuchó el suelo explotar y a Fazir gritar desgarradoramente sin que nadie pudiera ver dónde ocurría y después sólo hubo silencio.

Sentía miedo, me sentía como cuando estaba con Caitlyn acorralado en las cloacas, sólo que aquí el moverse era algo de muerte. Lux sudaba de miedo, sus ojos estaban completamente abiertos y estupefactos. Sus manos temblaban y ella estaba inmóvil.

-Creo que lo mejor será que bajen la voz, estos malditos sienten muy bien cada sonido y vibración. No podremos enterrar a ese sujeto ni llorar por él.- Dijo Kasdiar.

Los demás caminaban lentamente, con miedo, casi arrastrando los pies. Excepto una mujer que tenía en brazos a su bebé, hacía lo posible para que no llorara, pero no paraba de hacerlo, un xer'sai salió de las profundidades dispuesto a atacar a aquella mujer, no tuve de otra más que disparar un hechizo.

El Xer'sai voló en pedazos y la mujer pudo correr a donde Kasdiar y los demás, todos sabíamos que quedarnos quietos era morir, y moverse también.

-Estos engendros son jóvenes aún, su piel se endurece con el tiempo. ¡Podemos matarlos sin problema alguno!- Gritó Kasdiar y disparó a otro Xer'sai.

Los pasajeros estaban aterrorizados y Lux no podía moverse aún por el horror, la situación debía manejarla junto al anciano. Con una sola voz les ordenamos moverse hacia una gran roca que podía sin problemas resguardarnos. Todos caminaban lo más lento que podían, algunos corrían despavoridos y yo tuve que llevar a Lux.

Tú, el viajero, no puedes quedarte con ellos, necesito tu ayuda! Tengo una campana donde se encuentra mi camello, si me ayudas a colocarla cerca de sus túneles podremos desorientarlos y exterminarlos.- El camello estaba indiferente ante la situación en que nos encontrábamos, estaba ahí, a unos 100 metros de la roca, quieto.

Kasdiar y yo corrimos lo más rápido que pudimos, esquivando y eliminando a algunos Xer'sai. En cuanto llegamos al indiferente camello tomamos la campana de la carreta, me teletransporté al lugar en el que estaban la mayoría de los túneles y la clavé en un monstruo de la arena que iba a intentar salir. No creo que sea muy necesario decir que estaba completamente lleno de sangre de alimañas shurimanas en ese momento. Si me preguntan, su sangre es fría.

Volví en un segundo al camello, ya no podía más, mi cuerpo se sentía a punto de desplomarse, igual parecía que el anciano iba a estirar la pata en cualquier momento.

-Morirás antes que yo, joven explorador, eso te lo puedo asegurar. Aunque no había pasado nada de esto en toda mi vida, ningún jodido peligro de este desierto me ha podido cobrar factura.- Me sonrió lo mejor que pudo, el sudor le despegaba la sangre.

-¿En serio moriremos aquí?- Pregunté, aprovechando el fúnebre silencio que se hizo después de la masacre.

-Sinceramente, no lo sé. Ya no se escucha ningún xer'sai y pronto el sol saldrá, observa.- Era cierto, por fin podía expectar aquella horrible y asquerosa escena.

Todo se calmó, todos bajaron de la roca y Lux también. Su mirada estaba muy apagada y aún se veía preocupada, temerosa por pisar la arena.

Pero un rugido de Xer'sai se escuchó nuevamente.

-¡Todos vuelvan a la bendita piedra! La piel de estos Xer'sai no es nada sólida.- Gritó Kasdiar.

Y todos volvieron encima, otra vez con miedo y nosotros estábamos preparándonos nuevamente para el combate. Pero la vida está llena de sorpresas...

Un Xer'sai gigante rompió la piedra en donde estaban todos. Surgió de un túnel del cual brotaba una asquerosa luz purpúrea que te hacía saber que una vez dentro serías presa de experiencias inenarrables, esa luz provocaba un terror enorme.

-Que los ascendidos nos protejan... Es Rek'Sai.- Dijo Kasdiar viendo al cielo.- Se dice que ella llevaba cazando en el desierto de Shurima desde los tiempos de Omah 'Azir, una vez que Rek'Sai detecta a su presa, se le puede dar por muerta... ¡Todos corran lo mejor que puedan! ¡Estábamos cerca del Sai Khaleek!- Para quienes no lo sepan, el Sai Khaleek es una parte de Shurima que en su mayor parte está cubierta por huesos, ya sean humanos o animales, pues en ese lugar es donde cazan los Xer'Sai.

Todos corrían lo mejor que podían, y eso excitó a Rek'Sai, que volvió a sumergirse en la arena. Lux llegó a una velocidad impactante, también la mujer con su bebé y un anciano ya muy decrépito que nunca bajó de la carreta.

-Y...Yo pensé que nunca iba a volver a ver a esa criatura...- Dijo el viejo.

-¿Usted la ha visto?-  Le preguntó Kasdiar.

-Tienes que hacer que el camello corra, los que vienen corriendo seguramente serán devorados... Señoritas, por favor disculpen a este viejo, pero si los dioses antiguos no han reclamado la vida de este marino, no lo hará esta alimaña. Avancemos detrás del animal con paso lento.- Y sin decir más aquél viejo bajó de la carreta, golpeó al camello por el trasero y éste corrió.

-El muy cabrón , ese camello me ha acompañado durante 7 años y ahora lo pierdo sin más.- Refunfuñó Kasdiar, pero estaba siguiendo al anciano.

Detrás de nosotros cinco se escuchaban los rugidos de la bestia y los gritos de los que en algún momento fueron nuestros compañeros de viaje, el viejo los estaba usando para ganarle terreno a Rek'Sai. Lux tomó mi mano y caminó sin haber dicho una sola palabra. Estaba llorando.

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¿Qué tal a todos? Disculpen por tardar en actualizar pero estaba en otros proyectos y encima leyendo el lore del juego, porque creo que nadie más lo hace ;u;

Pero bueno, después de unos días les tengo este nuevo capítulo y muy pronto les tendré la segunda parte. Los quiero, gracias por seguir leyéndome.

Como siempre, si les gustó, dejen su voto y si gustan, comenten. ¡Bonita noche!




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