Después de discutir con Ezreal cuando adquirió sus poderes me sentí inútil, me sentí como la típica chica que el héroe tenía que rescatar. No estaba dispuesta a vivir una vida así siendo una persona sin poderes, me había enterado que la Academia también te entrenaba para ser un vigilante. Esto gracias a la legendaria y ya retirada Samira, la mujer que dio a los súper héroes, villanos y crimen en general. Ella los mantuvo a raya durante mucho tiempo.
Así que se me ocurrió una idea: sacarla de su retiro para que me entrenara. Su hogar era demasiado notorio pero nadie se atrevía a entrar a la mansión en la playa de una cuarentona. Yo no era de esas personas.
Escalé la enorme pared que separaba la mansión de la calle, no esperaba nada bueno, sobre todo porque no tenía los medios para infiltrarme en una mansión con máxima seguridad, pero si quería entrenarme como una vigilante merecía la pena entrar a esa casa.
Los perros de seguridad estaban ladrando ferozmente en cuanto me vieron en la cima de la pared, todo iría bien si lograba entrar a la casa por una ventana convenientemente abierta. Qué tonta fui. Entré rápidamente y pareció que los perros se olvidaron de mí casi al instante. Era demasiado fácil para ser verdad.
No me alcanzó el tiempo para reaccionar, alguien ya estaba encima de mí con la intención de romper mi brazo izquierdo.
-¡¿Quién demonios te crees que eres para entrar así a mi mansión jovencita?!- La vigilante en ningún momento aflojó su agarre.
-¡Me romperás el brazo maldita bruja!- Grité fuertemente.
-Sería lo menos que te merecerías por irrumpir en mi mansión. Aunque debo confesar que hacía mucho tiempo que nadie tenía las agallas de entrar como si nada.- Sentía como si mi brazo estuviera a punto de explotar, ella me soltó rápidamente.- Apuesto a que sentiste ese ligero dolor antes de que tu brazo se hubiera partido como una ramita.- Sin embargo Samira nunca dejó de mantenerme sometida.
-¡Quiero que me entrenes! ¡Quiero ser una vigilante de la Academia de Combate!- Grité del dolor, esperando que pudiera por fin soltarme. Ella se apartó lentamente, pero puso su pie sobre mi espalda.
-Espera.- Soltó una carcajada.- ¿Me estás diciendo que una niña acaba de entrar a mi casa con la intención de que la entrene? Esas mentiras son demasiado viejas.- De inmediato desenfundó una pistola y me apuntó directamente a la cabeza.- En serio, dime a qué demonios vienes.- Mis piernas temblaban del miedo, no esperaba tal agresividad, traté de respirar profundamente.
-Es verdad, vengo a que me entrenes, quiero ser una vigilante, estoy harta de sentirme bajo la sombra de los súper.- Recordar a Ezreal y su trato reciente conmigo me hizo enfadar, sin darme cuenta le había empujado el brazo hacia un lado y la empujé a ella también.- ¡Y vengo a que me entrenes porque sé que si no es contigo no tendré ninguna puta oportunidad de entrar a la Academia de Combate y demostrarle al mundo que los vigilantes y la gente sin poderes sí tienen un valor en esta sociedad!- Apretaba los dientes para no seguir gritándole, apenas entendí mi osadía.
Pero la vigilante me veía completamente asombrada.
-Niña, ser una vigilante cambiará tu vida, lo más probable es que sólo para mal. Tendrás demasiado qué perder y poco qué ganar.- Por fin dejó de apuntarme y se dirigió a un minibar que estaba cerca.- Claro, el renombre y el reconocimiento de la gente que no tiene poderes es algo que llena, la paga incluso suele ser mejor que la de un súper, porque nosotros nos morimos fácilmente, nos quebramos más fácil y no aguantamos lo mismo,- Se sirvió un poco de alcohol.- No es lo mismo lo que nosotros hacemos, un súper no tiene que pensársela dos veces antes de entrar a un edificio lleno de rehenes y con gente armada, no tiene que pensar cuál es la mejor manera de salir de los problemas sin causar bajas innecesarias o destrucción, porque a ellos no les afecta, tienen un aguante increíble. No hay que mencionar que muchos de ellos son resistentes a las balas, nosotros, por otro lado, a pesar de la tecnología disponible no podemos permitirnos tomar demasiado plomo...- Suspiró, viéndome.- ¿Estás segura de que eso es lo que quieres?- Podría jurar que a pesar de su voz preocupada, en sus ojos existía una llama de pasar su talento a otra persona, de que alguien más continuara su legado. Así que contesté.
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Los viajes de Ezreal
FanfictionNo te imaginarías mis viajes alrededor de toda Runaterra, lo que vi en el Vacío, cómo sobreviví a la locura en el desierto de Shurima... ¡No por nada soy el Explorador Pródigo! Postdata: ¡Taric y yo somos amigos! Antes que nada intentaré escribir es...