¡Ezreal y las Guardianas Estelares! Los Olvidados.

98 6 6
                                    

Sin perder un segundo la guardiana soltó su escoba y recostó a Rakan. El guardián levantó su brazo violentamente y lo dirigió hacia nuestro amigo, golpeándolo duramente.

-Nami, agua por favor.- La voz del guardián era serena.

La guardiana del estanque se sumergió durante unos segundos y regresó con un báculo, con unos ligeros movimientos comenzó a guiar agua del estanque hacia sus amigos.

-Duele...- Rakan tomaba aire.

-Dolerá más, tienes rezagos de oscuridad y aquí está intentando brotar.- Con un movimiento guió el agua hacia mi amigo, comenzó a tomar formas varias, llevándose la oscuridad. Sin embargo aún había residuos.- Debes soltar su recuerdo, ella podrá volver si tú la sueltas.-

-¡No puedo hacer eso! Sin esto no sabré qué está haciendo ella, o qué movimientos podrán realizar... Es para mantener a todos mis seres amados seguros.- Rakan encajaba sus uñas en el pasto.

-Sona, por favor.- El guardián no necesitó explicar más.- Nami, más agua y ten cuidado, esta agua va de regreso.- Con otro movimiento comenzó a guiar nuevamente el agua impura hacia el estanque, donde comenzaba a limpiarse nuevamente, Nami no se veía afectada por la oscuridad que la rodeaba.

Sona se sentó a un lado de Rakan, tomó gentilmente su cabeza y la recostó sobre sus piernas, Rakan cerraba los ojos por el dolor, mientras tanto la guardiana peinaba el cabello de Rakan.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Sentía como si aquella guardiana quisiera entrar en mi cabeza, ¿por qué estaban queriendo limpiar mi oscuridad? Claro que dolía, demasiado, pero sirvió para advertir incluso la presencia de aquél monstruo ancestral. Podía escuchar de vez en cuando la voz de Xayah...

-Abre tus ojos.- Escuchaba una voz en mi cabeza.- Sólo puedes escucharme tú, no te estamos haciendo daño, querido. Estás sufriendo solo y es demasiado peso el que estás cargando, déjame ayudarte.- Su voz era tan... dulce y suave.

Abrí los ojos y me encontré su mirada tranquila, era distinta a la de Janna, no sabría explicarlo. Sus ojos celestes me comprendían, inconscientemente dejé de aferrarme al pasto, el dolor era cada vez más fuerte pero...

-¿Por qué no me estás hablando?- Pregunté.

-No puedo, cariño. Tuve que perder algo para mantener este lugar con vida, para mantener la esperanza. Ese algo fue mi voz, pero mis amigos saben escucharme, ¿tú has permitido que te escuchen?-

-No, he escuchado lo culpables que se sienten por lo que nos sucedió contra Zoe, sin embargo no fue su culpa totalmente. Fue mi impulso y el de Xayah lo que hizo que el plan no funcionara, además, el tiempo solo en la oscuridad... escuchando la maldita voz de Zoe cada segundo... afecta demasiado a la cordura, ¿sabes?- No sabía por qué estaba contándole todo esto a aquella guardiana.- ¿Syndra y Janna eran tus amigas?- Ella asintió.- ¿Por qué los dejaron aquí? ¿No les guardas rencor?-

-No, tú mismo lo dijiste, nosotros tomamos la decisión de quedarnos aquí, de sacrificar nuestra vida y perdernos en el olvido a cambio de intentar mantener la paz. Incluso aunque Lee Sin esté preguntando si nuestro sacrificio valió la pena, sabe que sí lo valió. Ustedes están aquí.-

-¿Pero qué los orilló a tomar una decisión tan... radical?-

-El amor. No esperábamos que nuestra compañera nos traicionara dentro del santuario. Le arrancó el ojo a Syndra y lo ofreció a la Estrella Oscura, con aquél horrendo sacrificio las singularidades se vieron atraídas y comenzaron a devorar y destruir todo lo que encontraban a su paso. Fue durante una ceremonia, una festividad a la Estrella Primigenia. Es por ello que no quedaron guardianas estelares. Huimos hacia aquí, sabíamos que podíamos detener el avance de las singularidades dando parte de nuestra luz... y de nosotras. Janna y Syndra estaban dispuestas a quedarse con nosotras o a huir, pero con el equipo completo...-

Los viajes de EzrealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora