No te imaginarías mis viajes alrededor de toda Runaterra, lo que vi en el Vacío, cómo sobreviví a la locura en el desierto de Shurima... ¡No por nada soy el Explorador Pródigo!
Postdata: ¡Taric y yo somos amigos!
Antes que nada intentaré escribir es...
Nunca creí que mi definición de jodido fuera a ser quedarme atrapado con Vi en su cuarto de hospital. Caitlyn me pidió que fuera a verla por ella porque estaba muy ocupada con las personas que estaban insatisfechas por lo del incidente de las Bóvedas Eclípticas. Además, temían que Jinx fuera a atacar el hospital (como si yo pudiera hacer algo contra una psicópata armada hasta los dientes).
Caminando hacia el hospital todo se veía tranquilo, todos continuaban construyendo de nuevo el edificio, reconstruyendo y pensando seriamente en mejorar la seguridad, lo único que no progresa en esto es la negativa de cooperación por parte de la burguesía que sigue queriendo que le devuelvan el dinero quemado y hecho trizas de la noche pasada.
-No tenías que venir aquí, niño bonito.- Me dice Vi en cuanto me ve entrar a la habitación.
-Sólo quería ver que estuvieras bien, Cait no puede venir por los problemas de la noche pasada y...- Corto el tema al ver que la chica pelirosa se molesta.
-No menciones nunca más esa ocasión o te juro que te cerraré la boca a puñetazos- Levantó su puño y me di cuenta que tiene manos muy finas debajo de esos guantes Hextech, que no estaban con ella. Se dio cuenta demasiado tarde.
-No te atrevas a mencionar nada de mis manos tampoco, porque sigo golpeando fuerte sin ayuda de los guantes.- Parece una fiera enjaulada, siempre tan a la defensiva.
-No tienes por qué ser tan agresiva todo el rato Vi, no voy a atacarte, tampoco se me metería por la cabeza la idea.- Digo mientras tomo asiento a un lado de su cama. Ella me ve con desconfianza de todas maneras.
-Eso me dijeron mis amigos en Zaun, me dijeron que las cosas nunca estarían mal, pero acabó siendo todo un caos. Siempre acaba todo en caos.- Hizo una pausa al cerrar los ojos, intentando recordar algo.- ¿Y sabes cómo lidio con el caos desde que tengo memoria? Con mis puños.-Me mostró sus puños y esbozó una sonrisa triste.
-Supongo que en algún tiempo no tuviste que usar la violencia para resolver las cosas.- Mencioné, esperando poder bajarle el humor. Ella pensó detenidamente y bajó los puños. Suspiró.
-La verdad es que no te miento, he peleado desde que tengo memoria, por suerte siempre ganaba las peleas, claro, con ojos morados y mis labios rotos. Pero hasta el momento todo lo que tengo ha sido gracias a mis puños. En cierto tiempo vagué sin rumbo y completamente golpeada por las calles más peligrosas de Zaun, buscando siempre pelea. Hasta que un hombre por fin me venció, me miró con vergüenza y me levantó del suelo. Me llevó a un bar, su bar. Me cuidó, limpió y sanó mis heridas, me enseñó a pelear con moral y con autocontrol, fue como un padre para mí, jamás me pidió nada a cambio de lo que hizo. Sobre todas las cosas él me dio valores y una razón para pelear: defender. Ese hombre comprendió que mi vida estaba en las pandillas de Zaun y me dejó ir cuando vio que estaba mejor, pero la paz que tenía no duró por mucho tiempo...- Hizo otra breve pausa y noté cómo una lágrima cayó por su tatuaje de VI.- Dejemos ese tema, por favor.-
No dije ninguna palabra por al menos unos diez minutos, luego ella volvió a mirarme, creí que me iba a volver a amenazar, pero no fue así. Sólo me sonrió con ironía y comenzó a reír.
-No puedo creer que no le haya dicho nada a Caitlyn sobre esto pero al chico rubio le digo todo de mí. Supongo que es bueno contarle cosas a personas que apenas saben algo de ti. Y ya que me estoy poniendo sincera: es jodido estar aquí acostada, herida y sola, apenas va un día y siento que pasa una eternidad. Quisiera estar con Caitlyn y ayudarla contra esos idiotas burgueses, pero ella me dio la orden de descansar los 6 días que me recomendó el médico antes de volver a combatir el crimen. Todo por esa idiota de Jinx. Siempre con una obsesión hacia mí, sólo quiere que la persiga...- Se calló al escuchar que alguien más abría la puerta del cuarto.
-¡Felicidades Manototas! La enfermera Jinx ha llegado para ayudarlos a ustedes dos a sentirse más unidos.- No terminó de decir la palabra cuando sacó una pistola Hextech de la bata de enfermera. Me apunta y suelta el seguro.- Si no quieres que este hermoso chico que seguramente tiene algo que ver contigo o con la sheriff acabe con los sesos en el suelo no debes moverte en ningún momento.- Jinx sonrió de oreja a oreja al ver que Vi no haría nada.- Así me gusta.-
Me hizo acostarme en la cama de Vi y a ella subirse encima de mi cintura, en una posición incómoda y algo comprometedora, con unas esposas encadenó mis manos a la cama y las de Vi a las mías. Pude ver que todo el torso de Vi estaba completamente vendado, ella intentaba con toda su fuerza que su pecho no cayera en el mío, pero se veía que le dolía mantenerse.
-¡Se ven estupendos! ¡Ahora empezará la sesión!- Gritó Jinx y disparó, para nuestra sorpresa la pistola sólo lanzó un cartel con la palabra BANG! escrita hacia la cama. Rió a carcajadas, bloqueó la puerta con la silla en la que estaba sentado y salió por la ventana.
-¡Vas a pagar por esto, maldita perra!- Gritó Vi con todas sus fuerzas.
Y ahí estaba, atrapado y teniendo a la pacificadora de Piltóver esposada y encima mío.
Nos veíamos fijamente a los ojos, con vergüenza, ella temblaba por el esfuerzo que seguía haciendo, hasta que ya no pudo más. Se dejó caer simplemente y me sacó el aire.
-Lo siento, ya no me quedan fuerzas, sí que estoy muy lastimada...- Dijo Vi jadeando.
-N...no hay problema, V-VI, sólo hubieras intentado suavizar tu caída...- Respondí con el poco aire que tenía.
Pareció que ya no le importaba la posición en la que estábamos y me usó como un colchón. Recostó su rostro sobre mi hombro. Su cabello hacía que mi nariz picara, pero también podía oler su cabello, por alguna razón olía a cereza.
-Huele a cuero tu chaleco... Y tienes un aroma muy distintivo...- Susurró.
-Es un perfume que compré en Shurima, ¿huele mal? Me dijeron que el aroma era muy fuerte.-
-Apestas, ahora que estoy tan cerca puedo sentirlo, pero es un aroma tan relajante...- La cordura de Vi me parecía sospechosa, así que recargué mi mejilla sobre la suya para tomar su temperatura, ella estaba hirviendo.
-Eh... oye, sería mejor que no te muevas, creo que tienes fiebre por todo ese esfuerzo...- Para cuando me di cuenta ella ya estaba dormida.
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¡Hola a todos! Hoy vengo con dos noticias bastante grandes y que me sorprendieron muchísimo: ¡Los Viajes de Ezreal fue escogida como candidata para participar en los Wattys 2019! O: Y encima consiguió el primer lugar en la categoría de Guardianas Estelares uwu. Gracias a todos los lectores que siguieron y siguen ahí, por sus comentarios y sus votos. En realidad si no hubiera sido por ustedes no habría conseguido esto. Muchas gracias de verdad. Son los mejores, gracias por haberme motivado a seguir. Los quiero uwu
Y bueno, espero que les haya agradado este capítulo. Si es así, dejen un voto o un comentario, siempre los leo con emoción uwu.
