-No podía dejar que te fueras solo, Ez.- Gritó Luxana.
-Ezreal, si no te hicieron nada al ver contigo a Lux y a mí no me mataron, ten por seguro que ella nos acaba de sentenciar.- Taric me miró asustado, así me sentía yo también.
-¿Qué hiciste para evitar a Garen?- Le pregunté.
-Usé un hechizo de aprisionamiento contra todos ellos, al ser muchos el efecto tardará en quitarse en, a lo mucho, 4 horas más. No creo que querramos quedarnos a esperar a mi hermano, ¿o sí?-
Para nada quería que Garen me encontrara, menos por ser la razón de que Lux se escapara. A él no le importaría haber asesinado o golpeado a un embajador de Piltóver, no señor. Taric intentó decir alguna palabra, pero se retractó y en vez dijo:
-Lux, si vas a acompañar a Ez en su viaje hasta que todo Demacia esté encima de ustedes dos no lo voy a impedir, pero estás metiéndolo en grandes problemas...- Taric apagó la hoguera y nos hizo caminar durante unas horas, quizá ya habían pasado las cuatro horas porque a lo lejos se escuchaban los gritos furiosos de Garen, que no se iba a detener hasta encontrar a Lux y desquitarse conmigo y con Taric.
-¿Ven allá a lo lejos? Se empiezan a ver las dunas de Shurima, espero que sepas lo que estás haciendo Lux. Ezreal parece tener alguna experiencia fuera, pero tú...- Taric se pausó adrede.
-No porque haya vivido una vida encerrada por culpa de mi magia no quiera saber lo que es correr peligro, puedo defenderme. Aunque Garen vaya a estar molesto porque usé magia contra él. Con más razón no puedo dar marcha atrás.- Contestó Lux.
-Aún tenemos un poco de tiempo de ventaja si queremos escapar todos intactos de la furia de tu hermano, será mejor que Taric comience a subir y que si vienes conmigo, corras.- Tomé a Lux de la mano y corrí con todas mis fuerzas. Volteamos a ver a Taric hacia atrás una vez más y nos despidió con una sonrisa cálida y haciendo un gesto de despedida.
-¡Espero poder volver a verlos pronto!- Gritó en la lejanía.
El amanecer comenzaba a verse, la nieve brillaba y nosotros corríamos sin detenernos. Sentía que los pulmones me iban a estallar, nunca había corrido tanto desde que el profesor Ziggs hizo que una bomba automatizada me siguiera a través de todo Piltóver.
Caímos rendidos, ya no nos quedaban fuerzas y no escuchábamos más a Garen por el momento. Estábamos ya en el límite entre la nieve de las faldas del Monte y las ardientes arenas de Shurima. ¿El problema? La caída. Era un maldito precipicio que daba directo a los oasis que se forman gracias a la nieve derretida.
Garen apareció, se le veía igual de agotado y no tenía su gran traje, sólo sus atuendos de gala ya razgados y cubiertos de nieve. Si con la armadura se ve imponente, sin ella también lo es, está jodidamente fuerte.
-Esta es la última oportunidad Luxana, entrégate. De lio contrario los tomaré a ambos y acusaré a ese enclenque de intento de secuestro. Pueden darle una sentencia de muerte porque se trata de Luxana Crownguard, nos atacó a todos con magia y te secuestró.- La mirada de Garen era el infierno mismo, no me impresionaba si en ese momento los Kindred estuvieran también escondidos detrás de una roca.
-¿Tan lejos te llevan esos celos de hermano mayor? Lo siento hermanito, he hecho una decisión y espero que también llegues a explicar lo que te andas haciendo con esa asquerosa noxiana si llegas a abrir la boca o llegas a atraparme.- Ahora Lux tomó mi mano y brincó hacia el borde del precipicio. Ahora ella me iba a matar.
Caímos en el agua de un oasis, para mi sorpresa era muy profunda, el agua era tibia y refrescante, un cambio también abrupto de temperatura, pero estábamos a salvo. El hermano mayor de la familia Crownguard dio media vuelta después de haber comprobado que estábamos vivos y nos dejó.
Por un momento, bajo el agua no sabía qué pensar sobre Lux. Podía verse frágil y tímida, reservada. Pero fue esa misma chica quien no se la pensó dos veces al saltar de un precipicio con tal de no volver a su vida normal.
Salimos por fin del agua y nos quedamos sentados en la orilla, me quité las botas mojadas y sumergí mis pies, Lux me imitó y ambos contemplábamos la gran altura desde la que saltamos y que nos hizo dejar todavía más atrás todo lo nuestro. ¿Se necesitará ese coraje para poder decir adiós y atreverte a una vida nueva sin saber qué rayos será de ti a la mañana siguiente? ¿Y si esa caída nos mataba a ambos o sólo a uno? No sabrás hasta que te lances.
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Los viajes de Ezreal
FanfictionNo te imaginarías mis viajes alrededor de toda Runaterra, lo que vi en el Vacío, cómo sobreviví a la locura en el desierto de Shurima... ¡No por nada soy el Explorador Pródigo! Postdata: ¡Taric y yo somos amigos! Antes que nada intentaré escribir es...