Los viajes de Ezreal

¡Ezreal y Las Guardianas Estelares! El Santuario (Segunda Parte)

-¿Aquí siempre es así?- Soraka fingía admirar el cielo mientras escondía los cristales en un bolsillo.

-Debería verse como una noche eterna, sin embargo... Se mantiene gracias al Santuario, sin él, esto quedaría sumido en una oscuridad perpetua.- Syndra miraba a su alrededor.

-Pueden observar que aún hay fauna y vegetación aquí, es todo gracias a las aguas del santuario. Aunque esto sólo es un pequeño pedazo de lo que alguna vez fue.- Janna observó el cielo.- Pasó hace cientos de años y sin embargo yo sigo joven, nada cambió en nuestro sistema solar. ¿No es sorprendente cómo funciona el tiempo allá afuera? Aquí el atardecer es infinito y donde estamos probablemente esté amaneciendo...- Suspiró.

-No hace falta que lo digas.- Rakan soltó una pequeña risa incómoda.- Xayah y yo nos volvíamos locos porque no sabíamos cuanto tiempo había pasado, para las personas allá abajo apenas y desaparecimos, pero allá arriba no tienes idea del tiempo que pasa... Me alegra estar aquí con ustedes.- Miró al equipo y sonrió.

-¿El santuario queda muy lejos de aquí?- Mi curiosidad comenzaba a gobernarme.- Estamos cruzando una cascada enorme, y dijeron que las aguas del santuario alimentan a todo este lugar... Así que debe estar más arriba, ¿verdad?

-Bueno, al menos nunca prometieron que sería fácil- Comentó Rakan.

-¿Tardaremos muchos días en llegar a la cima? ¿No pudimos haber descendido en el santuario y ya?- Soraka había hecho una excelente observación.

-No, linda.- Janna respondió rápidamente.- Eso rompería una tradición, parece que sólo quedamos Syndra y yo para recordarla, pero... Está prohibido "sólo descender en el santuario".-

-El ascenso al santuario le recuerda a una guardiana por qué pelea. Se dice que mientras subes tienes visiones y revelaciones. Era la  prueba definitiva para toda guardiana.-Syndra continuó la explicación.- Aunque, siendo sincera, me gusta hacerlo para disfrutar de las vistas y reflexionar un poco, aquí fue donde Janna y yo nos hicimos más cercanas.- Mostró una ligera sonrisa.

Continuamos caminando mientras el aire rozaba nuestros rostros y agitaba suavemente nuestro cabello. Todo se sentía tan tranquilo a pesar de estar en medio de la nada absoluta, los animales que se detenían a observarnos parecían ignorar el hecho de que no hubiera sol, luna o estrellas en su cielo, sólo un crepúsculo sin explicación. Que siguieran vivos era un completo milagro.

Pude oler el aroma menta de Soraka, quien iba adelante de mí. Ella acariciaba la hierba alta a su paso.

-Me gustaría fotografiar este lugar, hermano, aunque será mejor que lo recuerde bien.- Rakan hizo el esfuerzo por no sacar su teléfono celular.- Por más que quiera subir la fotografía no hay ningún maldito satélite artificial a millones de años luz de nosotras.- Rió un poco.- Quizás no debí decir ese chiste, me hace sentir muy desolado aquí.-

En efecto, el comentario de Rakan no fue nada tranquilizador, sólo sirvió más para dejar claro la insignificancia de nuestra presencia en ese lugar.

-Hey, estamos juntas, no sucederá nada. Por algo no fue consumido este lugar, ¿no creen?- Soraka nos estuvo escuchando.- Tal vez la historia de este lugar sea triste, pero para mí simboliza una llama de esperanza.-

-Es bastante... poético de tu parte, chica pelimenta.- Comentó nuestro amigo.- Pero gracias, sirvió para calmar mis nervios.-

Llegamos a otro lugar con demasiadas estatuas e inscripciones, Janna hizo una ligera pausa en su andar.

-Habrá algunas inscripciones borradas con el tiempo, otras cuyo significado ha quedado completamente olvidado y... otras que preferiría no tener grabadas en la memoria. Aunque, si tienen alguna duda haré lo posible por responderla.-