Capítulo 21: El sacrificio.

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El noqueo fu momentáneo. Pude recuperarme rápidamente de mi sopor y ver que nuevamente éramos atacados por Zek'aya. Me había golpeado duramente con su antebrazo, tomaba a Lux por las manos, le colocó una caja de petricita, la piedra demaciana que anula la magia. Luxana intentaba con todas sus fuerzas expulsar su luz pero era en vano.

Con esfuerzo conseguí levantarme, el olor del mar y la arena entraban con violencia en mi nariz, me estaba agitando ante la idea de perder a Lux. De no saber por qué Zek'aya estaba siendo tan persistente con su persecución. La caza recompensas al ver que me levanté arqueó su ceja, admirada.

-Eres duro a pesar de tu apariencia.- Sonrió.- Debo llevármela lejos de aquí, sabrás que esto es de vida o muerte para todos y me lo agradecerás luego.- Zek'aya continuaba jalando a Lux a pesar de sus esfuerzos.

-¡¿Qué te sucede?! ¿Qué es lo que te he hecho para que estés detrás de mí? No hay nada de especial en mí, sólo soy una Guardia de la Corona, una doncella que no tiene más valor que mi título.- Dijo Lux llorando, aterrada.

No resistí más al ver la escena y le lancé un hechizo directo a la cara, con un movimiento realmente rápido usó la caja de petricita para detener mi magia. Corrí hacia ella, sin saber qué hacer realmente. Ella sacó una ballesta, usé mi desplazamiento arcano para evadir el primer disparo y conseguí lanzarle un hechizo y darle un puñetazo en la cara.  Tanto Lux como Zek'aya se veían sorprendidas.

La caza recompensas sonrió al tener que limpiarse la sangre, pues la golpeé con el guantelete. Dejó a Luxana en el suelo, levantó nuevamente su ballesta y se acercó a una velocidad increíble hacia mí. Golpeó mi estómago, sacando el aire y después se alejó mientras me arrodillaba tratando de respirar. Sólo conseguí ver que me apuntaba con su ballesta y me disparó. Luxana gritó, y yo comenzaba a ver el mundo más oscuro y borroso con cada segundo que pasaba. Nuevamente Zek'aya se acercaba a mí cuando yo perdía el conocimiento.


Volví a despertar, no sé cuánto tiempo había pasado después de la pelea pero era claro que Zek'aya quería algo aún conmigo. Pues al recuperar la conciencia me vi atado a Lux, la caza recompensas estaba en cuclillas observándonos. Lux me rodeó con sus brazos a pesar de no poder abrirlos debido a la caja que apresaba sus manos.

-Creí que te habían asesinado y me tenían aquí con tu cadáver, no sé lo que esta mujer quiere de ambos, pero no se ha movido desde que nos trajo a esta cueva.- Lux tenía los ojos rojos de tanto llorar, apenas podía observarla, la cueva estaba casi a oscuras de no ser porque Zek'aya nos estaba iluminando con una antorcha.

-Realmente me alegra no haberte asesinado, no sabía si la cantidad de veneno con la que imbuí estas flechas era letal o no, me siento tranquila al verte respirando.- Zek'aya se iba acercando más y más.

-Jódete.- Contesté.- No tienes por qué mantenerme vivo, sólo suéltala y déjala ir a casa al menos a ella.- Sentía la boca muy seca, apenas pasaba saliva.

-El veneno te deshidrata.- Me extendió una cantimplora.- Toma, si gustas puedes dejarla vacía.- Se volvió a ir a su lugar mientras yo me bebía, le ofrecí también a Lux, no podía acabarme todo para mí, sólo di unos cuantos sorbos, yo podía estar sediento pero ella la estaba pasando peor que yo.

-No te entiendo.- Dijo Lux.- ¿Por qué ahora eres tan amable con nosotros si hace unos días nos atacaste en el muelle? ¿Qué te sucede?.- Zek'aya se levantó tranquilamente.

-No es mi intención lastimarlos, nunca fue siquiera mi intención el haberlos conocido, pero todo cambió desde que tu hermano Garen se enteró de que estás "enferma con magia", sé que para los demacianos esto es es algo que da asco y miedo y cuando un Guardia de la Corona se enteró de esto y lo reveló ante sus padres, estos no dudaron en venir en mi búsqueda. Tuve que borrarle sus recuerdos a tu hermano sobre lo que vio. Fue difícil pues tuve que borrar exactamente esos recuerdos, no todo el suceso. Pues él sabe que fue contigo y con Ezreal a exiliar a Taric, pero no recuerda por qué no estás en casa. Todos están diciendo que la joven Luxana se fue un tiempo hacia las afueras de Demacia pues se sentía abrumada con sus labores. Tus padres me han llamado para buscarlos a ambos, como pueden ver.- Se levantó tranquilamente, sacó una daga muy particular, parecía una daga hecha con neblina. Desató a Lux y la llevó con ella. Lux no se resistió, se veía muy débil. Se veía asustada y afligida.

Los viajes de EzrealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora