Las semanas pasaron y comencé a hacerme de una gran reputación entre los comerciantes y arqueólogos de todo Piltóver, me gané ciertos enemigos porque pude dar evidencias que provocaron que algunas teorías sobre las pirámides de Shurima resultaran meras invenciones. Además de reputación y enemistades también fui amasando una mayor fortuna, la cual había decidido guardar en las bóvedas eclípticas de Piltóver.
Caitlyn y Vi se habían decidido a acompañarme aquél día, el distrito estaba completamente vigilado. Al ver mi sorpresa Caitlyn decidió explicármelo todo.
-Disculpa que te esté acompañando este día, pero tú tuviste la maravillosa idea de venir hoy a pesar de que te dije varias veces que no.- Comentó molesta.- La razón de que haya mucha vigilancia hoy se debe a que una criminal zaunita mencionó en una nota que vendría a las bóvedas eclípticas y no la podríamos atrapar.- Hizo una pausa.- Básicamente soy tu guardaespaldas por hoy.-
-Si encuentro a esa loca esquelética juro que voy a sacarla de circulación un buen rato, no sin antes borrarle esa estúpida sonrisa del rostro.- Murmuró Vi.
-Parece ser que la odian todos por aquí.- Mencioné, Vi me veía fijamente.
-A ella no le importa si las personas sufren, si destruyó edificios con gran antigüedad o si los daños son muy caros, parece que sólo lo hace para divertirse. Disfruta del caos y el sufrimiento que provoca. ¿Por qué no he de odiarla?- Cerró sus puños Hextech demostrando su ira.
-Y bueno, todo el desastre comenzó la Noche de los Bandoleros, cuando dejan que algunos de los piltovianos puedan hacer algunas fechorías sin llegar a extremos grandes como Jinx, ella destrozó edificios cuando otros sólo los bandalizaron, abrió los zoológicos y cambió las señales peatonales de lugar. La ciudad quedó completamente paralizada, no se pudo hacer nada en un día.- Mencionó mi amiga.
-Fueron semanas llenas de explosiones y bandalismo desmesurado, semanas en la que los malditos riquillos no dejaron de mandar quejas a la oficina, solicitudes y hasta movilizaciones exigiendo que se hiciera algo con ella.- Vi se veía más molesta recordando todo lo que tenía que ver con papeles.
-Y siempre hay graffitis insultantes, nunca puede cometer un crimen sin vandalizar, hay paredes que sobrevivieron a las explosiones, y esas paredes son las que tienen sus graffitis...- Estaba pensando si continuar contándome, Vi se veía muy molesta.
-Vamos, dilo, todos esos graffitis son provocaciones hacia mí, algo ha de tener la maldita zaunita contra mí.- Vi por fin suspiró.- Pero veo que le dio miedo venir al ver tanta seguridad.- Sonreía, victoriosa.
-¿Y cómo es ella?.- Pregunté.
-Baja estatura, plana, pelo azul, tiene un lanzacohetes en forma de tiburón y muchos explosivos. Para resumir, es imposible que no la distingas.- Gruñó Vi.
Las campanas del reloj de la Bóvedas Eclípticas resonaron, Caitlyn me pidió una disculpa y dio una orden, todos desalojaron las Bóvedas.
-Te hubieras levantado más temprano para esto, ya cerramos. Es la hora.- Dijo Caitlyn mirando impaciente el reloj.
No sucedía nada, todo estaba tranquilo.
-Parece que ella tiene límites, se acobardó.- Dijo Vi soltando una sonrisa victoriosa.
Pasaron unos minutos más y la sonrisa de la vigilante de Piltóver se convirtió en una mueca de ira. Se escuchaba mucho ruido dentro.
-La maldita psicópata está adentro, es mía.- Gritó Vi, alzó sus puños y rompió las puertas de las Bóvedas.
-¡No vayas sola, maldita sea! Necesitamos ir todos para...- Una explosión derrumbó el agujero que dejó Vi, los vigilantes que se encontraban en el tejado de las Bóvedas por suerte no resultaron heridos, pudieron bajar a tiempo.
Caitlyn estaba preocupada por la seguridad de Vi y de los vigilantes. no sabía qué hacer. Menos yo, ¿qué podía hacer en un momento como ese? Las explosiones se hicieron más constantes, duró horas.
-¡Atrapame si puedes, manototas!- Se escuchó una voz a través del eco.
No sabría decir cúanto tiempo pasó, el reloj de las Bóvedas colapsó. Pero pronto el atardecer llegó. Y el desastre seguía hasta que el techo colapsó. Caitlyn se cubrió la boca para callar un grito, la visión del "edificio más seguro de Piltóver" derrumbándose fue algo realmente devastador.
Los vigilantes y los grupos de rescate fueron de inmediato a buscar a Vi y a Jinx, no hallaron a la peliazul.
Un puño hextech rompió los escombros y salió Vi, debilitada a tomar aire, se veía gravemente herida. Todos se acercaron para brindarle ayuda, pero golpeó el suelo, los escombros volvieron a temblar, nadie tuvo miedo, pues no quedaba nada del edificio que pudiera derrumbarse.
-¡Maldición, joder!- Gritó Vi viendo hacia una pared, luego se desplomó.
Volteé la mirada en dirección a donde vio Vi, había un graffiti rosado.
"Mejor suerte para la próxima, Manototas". Jinx había escapado, impune.
-Sheriff, todo el dinero de las bóvedas está intacto.- Mencionó un vigilante. Caitlyn se puso roja de rabia.
-Esa maldita... Sólo buscaba destruir... Nos espera mañana un buen día lleno de demandas y quejas.- Se masajeaba las sienes buscando poder tranquilizarse, pero no lo consiguió.
Los vigilantes se quedaron con Caitlyn a inspeccionar la zona y a buscar alguna pista deJinx, a mí me pidieron llevar a Vi al hospital.
Desde ese día Piltóver se volvió un lugar lleno de imitadores de Jinx y la delincuencia tuvo menos miedo a la seguridad de la ciudad, todo se sumió en un completo caos.
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Los viajes de Ezreal
FanfictionNo te imaginarías mis viajes alrededor de toda Runaterra, lo que vi en el Vacío, cómo sobreviví a la locura en el desierto de Shurima... ¡No por nada soy el Explorador Pródigo! Postdata: ¡Taric y yo somos amigos! Antes que nada intentaré escribir es...