La Sombra

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Durante años me había hecho la costumbre de vigilar mi alrededor a detalle, no era alguien fácil de sorprender, fue así como la noté, siempre en sombras, observando, era como un cuervo. No sabía qué hacía exactamente, siempre traía una libreta consigo, parecía seguirnos o vigilarnos, no solo a nosotros a varios ponis de la escuela. Le pregunté en un par de veces a Angelina, pero ella jamás notó nada, soló yo era consciente de su presencia.

Su actitud me pareció más que curiosa ya que jamás la veía acercarse a nadie, así como ella nos observaba comencé a observarla yo por el rabillo de mí ojo cada que la veía merodeando. Siempre usaba una extraña caperuza azul, un azul muy oscuro que empezaba a desteñirse, parte de su crin siempre cubría su rostro. En mi lugar otros hubieran dicho que solo era alguien tímido, pero yo sabía que había más detrás de eso.

Para ese entonces ya llevaba más o menos un año asistiendo a la escuela, Ocellus tenía la costumbre de sobre vigilar lo que hacía, no sabía si por orden de Twilight o voluntad propia, les pedía informes a mis maestros específicos de mi comportamiento, me buscaba a menudo en recesos. Cuando hablaba conmigo parecía ser amable, aunque a veces se notaba algo forzado, no le agradaba, pero lo intentaba.

A raíz de esto comencé a buscar formas de evitarla, al menos en mis recesos por lo que comencé a explorar distintas ubicaciones de la escuela irónicamente pasé a conocer el edificio bastante bien por lo mismo. Use este conocimiento que tenia de la estructura para burlar un día a la unicornio que me observaba, y así finalmente sorprenderla infraganti.

Sin embargo, debió de haber sospechado mis intenciones y se dio a la fuga, Pero, una página de su libro se quedó atrás, me había dibujado a la perfección de costado. No iba a parar, tenía que adivinar quien era esta misteriosa dibujante, pregunté a mis compañeros si sabían algo de esta unicornio, nadie había visto nunca una unicornio de cristal con esa definición. Seguí preguntando incluso a Angelina nuevamente, pero todo fue negativo, algunas coincidencias con los colores, pero nunca cumplían la definición completa.

Pasaron al menos dos semanas sin que notara su presencia, pero cuando volvió a aparecer sabía que era ahora o nunca, apenas la localice por el rabillo del ojo me separe de Angelina diciéndole que la vería más tarde, a medio camino hacia la salida de la escuela me desvíe hacia un cuarto de lavado, salí por la ventana y me moví por afuera del edificio hasta la zona del patio.

Estaba a punto de llegar a donde la había visto cuando salió de entre las sombras, apareciéndose justo frente a mí, se daba a la fuga de nuevo. Comencé a perseguirla por las calles del imperio preguntándome: "¿Me había visto acercarme?" No, era imposible, simplemente lo había dilucidado, de alguna forma esa poni logró saber que iba a por ella.

La seguí hasta que entramos en unos pequeños callejones en un barrio de clase baja, jamás había estado en ese punto de la ciudad antes, el resplandor que había en otras zonas de la ciudad ahí no estaba. Ese día le volví a perder el rastro, pero vi un par de cosas interesantes en ese punto de la ciudad, como que el recelo hacia los equestrianos era mayor ahí que en cualquier otro lado.

Ese día de regreso a mi alcoba en el castillo, permanecí viendo el dibujo que había hecho aquella poni de mí, me sorprendía lo exacto que era, analicé mucho la hoja, pero no encontré nada que me diera ni la más mínima pista de quien podría ser.

En una de las clases que estuve con Shining Armor en el palacio le pregunté por ese barrio de la ciudad, como es natural me preguntó como había llegado yo ahí. Le expliqué que una compañera vivía en el área y le dije lo que vi, me explico que no era la única zona de clase baja de la ciudad, pero si la que se encontraba en peor estado. Aparentemente el área se encontraba bajo jurisdicción equestriana, los guardias de cristal no entrenaban ahí, Shining Armor aprovechó a explicarme que la ciudad estaba dividida en áreas de control, entre la guardia equestriana e imperial.

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