Camino a la Revolución

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Tardamos un par de días de camino a la fortaleza, la capital se encontraba tan cerca ya, pero antes de adentrarme de nuevo en esta debíamos dejar claro lo que pasaría, no podíamos perder tiempo, debíamos estar listos para lo que vendría, en cualquier momento el pueblo se alzaría, el ejercito debía estar listo para apoyar a los locales. Al llegar a la fortaleza se nos recibió con calidez después de confirmar nuestra identidad, estábamos seguros por el momento.

Apenas llegamos al lugar se nos concedieron cuartos, pedí que se informara a ciertos ponis en la capital de mi llegada que necesitábamos reunirnos cuanto antes, había mucho que se necesitaba discutir, teníamos que cambiar nuestra estrategia, la situación era mala y cada vez se hacía más real la posibilidad de una anexión. Con esto en mente, tendríamos que entrar en ofensiva, la rabia del pueblo estará en alto, una rebelión se podía sentir venir, debíamos estar listos.

A la mañana siguiente llegaron todos aquellos que solicite a la fortaleza, Onyx, el segundo al mando del ejército, Ópalo acompañado de varios nobles y burgueses, algunos generales asentados en la capital y un par de lideres disidentes. Nos reunimos en la sala de estrategia del bastión de la fortaleza, todos entraron acomodándose alrededor de la mesa.

Apenas me vio Ópalo, fue hacia mí, sonrió y me dijo:

-Por un momento muchos pensamos que no volveríamos a verte, nos preocupaste, no solo te lo digo como parte de la administración imperial, si no como amigo. Angelina y yo te hacíamos perdida, estaba muy baja la moral y apenas empezaron a sonar los rumores de tu escape, nos alegramos tanto, ahora que se son verdad no podría estar más aliviado, es la mejor de las noticias.

-Por un momento yo misma creí que no volvería, pero bueno hicieron un buen trabajo sacándome de ahí, si hubiera estado en la situación que estaba hace años, antes de llegar al imperio, nadie se hubiera preocupado por rescatarme, pero ahora, todo un imperio lo hace, y debo devolver esa misma preocupación. Estamos aquí para dar el siguiente paso, para planear como romper la cadena que ata el imperio de una vez por todas – terminé volteando hacia el resto de los presentes.

Sin embargo, antes de que pudiera iniciar la explicación de mi plan, uno de ellos preguntó:

-Alteza ¿es verdad? ¿Es verdad que Equestria ha atacado varios pueblos?

-Sí – respondió Amatista antes que yo pudiera hacerlo – lo hicieron, atacaron los pueblos sin ningún reparo, a la población civil, no perdonaron a nadie, quemaron edificios, arrestaron a unos y mataron a otros, sí lo hicieron.

Dada la respuesta todos quedaron en silenció, observé un momento hacia el suelo, pensando en el fuerte golpe que podía ser a su moral esta noticia, o por el contrario la rabia que iba a causar en varios de ellos. Volví a alzar la vista observándolos a todos y continué:

-Justamente por eso, es que ahora que estamos aquí debemos prepararnos, para cómo va el asunto, no tardara la población civil en rebelarse, necesito obtener contacto con nuestros aliados dentro de la ciudad, aquellos que no pudieron asistir, incluidos los lideres disidentes, necesitamos coordinarnos si queremos alguna oportunidad de ganar un enfrentamiento. No podemos mantener el estado de la ciudad en desventaja para nuestros soldados, debemos regresar efectivos a la misma, debemos estar listos para mostrarles combate desde dentro y desde afuera.

También necesitare diplomáticos, necesito mandar mensajes tanto a los Changelings como a los Jacks, así como también necesito mandar notas a los principales cuarteles que tenemos a lo largo de todo el imperio:

-¿Los canarios que tenías no los habías entrenado? – cuestionó Sergeí.

-Sí, ¿Por qué los tienen?

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