Últimos preparativos.

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El invierno había llegado, la nieve caía dentro de la ciudad imperial, la única época del año en la que lograba traspasar la barrera del corazón, el plazo del tratado se acercaba a su fin y con él, el final de la tregua. Había hecho todo lo posible por preparar al imperio para lo que venía, el ejercito estaba listo, la población estaba lista. Me encontraba revisando junto a Rose y Crystalia, la réplica del altar portátil del corazón, hicimos algunas pruebas comprobando su funcionamiento, todo estaba en orden.

-Aún me preguntó, ¿Qué tiene en mente emperatriz? ¿Qué planea hacer con esto? – Cuestionó Crystalia

-Asistan las dos a la reunión de mañana, entonces, lo tendrán claro, en cualquier momento, Equestria reiniciara su marcha sobre nosotros. Nada puede fallar, es la recta final, todo o nada y yo no perderé. – respondí, viendo atrás de Crystalia, justo en su camino al palacio, a Janina, quien acabase de llegar.

Sonreí, había logrado regresar, y justo a tiempo, tenía todo lo que necesitaba ahora solo quedaba pasar de planeación a ejecución. Despedí a Crystalia y a Rose, esta última se quedó analizando un poco más el nuevo altar, tomando notas, yo fui a saludar a Janina dándole un abrazó, revisando que estuviera bien y preguntando.

-Me alegra tanto que hayas vuelto, dime: ¿Cómo te fue? ¿Cómo te encuentras?

- Estoy bien, tengo muchísimas noticias, la gran mayoría malas, no te mentiré.

-Es lo que me esperaba.

-Hay algo que de hecho requiere nuestra acción inmediata.

-¿De qué se trata?

-No solo nosotros pensamos en hacer una operación de espionaje, cuando estuve en Equestria elimine a uno que venía del imperio, además de que modifique su informe. El problema es que quedan otros dos informantes aquí en el imperio, conozco quienes son, entre más pronto los eliminemos será mejor. – Explicó Janina pasándome su informe.

- Perfecto, mandare equipos de guardias a apresarlos cuanto antes, no, apresarlos no, a eliminarlos, no puedo permitirme que intenten un escape.

Seguí hablando con Janina mientras regresábamos a los aposentos imperiales, quería enterarme de todo lo que Janina averiguara antes de la próxima reunión de la corte. Sin embargo, como ella dijera, ninguna noticia era realmente buena, mi plan no podía fallar, era la única oportunidad que teníamos, ahora lo tenía más claro que nunca.

A la mañana siguiente y ya con el tiempo encima mande reunir a la corte, a todos, al clero, a la nobleza, la burguesía y el estado mayor del ejército. Quienes acudieron al llamado, el salón del trono pronto estuvo en su máxima capacidad, mientras todos los presentes esperaban el anunció que tuviera que hacer. Viendo que ya prácticamente todos estaban presentes decidí dar comienzo a la reunión, descendiendo del trono y dando unos pasos al frente.

-Como todos saben, el plazo de tregua de un año, está a punto de acabar, pronto tendremos nuevamente a Equestria sobre nosotros, es hora de empezar a hablar de las medidas, y comenzar a poner planes a trabajar. Primero Janina aquí presente nos dará un informe hablado de lo que vio en Equestria, el cual yo ya eh leído y hoy en la mañana hice pasar a mis oficiales de mayor rango. Janina, puedes empezar – Comencé dándole la palabra.

-En el tiempo que estuve de espía en Equestria, pude recopilar una buena cantidad de información sobre el estado del principado, así como de su ejercito y su diplomacia, empezaremos por lo primero. Equestria posee en este momento una economía estable, los ciudadanos promedio no tienen severos problemas monetarios y los pobres no sufren tanto, por lo que no tienen ninguna protesta o movimiento importante al respeto. No tienen problemáticas diplomáticas importantes aparte de la que tienen con el imperio y una pausa en las relaciones con el reino de los Changelings, todos sus aliados al sur y al este están listos para unirse a su campaña, siendo la única excepción los búfalos, Los dragones no entraran formalmente al conflicto, pero mandaran voluntarios.

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