Presentándose

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Después de mi cristalización, de terminar mi entrenamiento y ser ascendida por Cadence entre finalmente en la oficialía del ejército, encaje en la guardia con relativa facilidad, me uní como líder de mi propio batallón, la guardia imperial era el brazo del ejercito que se encargaba a proteger directamente a la familia imperial y su corte, incluidos los miembros del senado.

Al unirme también se me había proporcionado un sable, una pistola y un brazalete proyector de magia, de estos realmente ya tenía uno, pues también existían para civiles, estos brazaletes daban a pegasos y ponis terrestres la capacidad de telequinesis limitada, podías levantar objetos con magia como lo haría un unicornio, en menor numeró y a menor distancia a con tu cuerpo, sin embargo, ayudaba a poder cargar y manejar ciertos objetos. En el ejército se usaban para el uso de las armas, razón por la que ya tenía uno, Shinning me lo había dado para poder entrenarme, además de enseñarme a mantenerme en dos pies, si llegaba a necesitarlo.

De todo el ejército de cristal catorce batallones eran parte de la guardia imperial de los cuales cuatro eran de combate aéreo contando el mío y tres de artillería. Todos asentados en la capital, al mando directo de Onyx quien era el mariscal mayor de la guardia imperial, inmediatamente arriba de él se encontraba Shining Armor quien era el general supremo del ejército de cristal.

A Onyx aun no lo había conocido en persona, había conocido a un par de los capitanes, entre ellos mi compañero capitán de caballería aérea Emerald Strike un pegaso de cristal de pelaje general en tonos de verde, siendo su crin y cola más oscuras que su cuero. Había hablado varias veces con él, parecía agradarle y llevarme bastante bien con él, sin embargo, no estaba al nivel de Angelina u Ópalo.

También había escuchado de Morfea Rotza una unicornio de pelaje lavanda y crines de un tono rosa pastel, muchos decían que para los colores que tenía su actitud era mucho más dura de lo esperado. Ella era general de un batallón de artillería, buena matemática y experta en todo tipo de cañones, sin embargo, la primera vez que la conocí estaba dormida junto a uno.

Por lo que me decían muchos era bastante normal en ella, lo que me hacía preguntarme como había ascendido, aparentemente su talento con la artillería era inigualable. Me interesó hablarle así que en una ocasión después de haber terminado turno con mi batallón fui al cuartel y pregunté a varios de los vigilantes del muro quienes me dirigieron a la sección vigilada por el batallón de Morfea. Las vigilancias de la muralla eran llevadas a cabo por los batallones de artillería de la guardia, dos batallones regulares de artillería, un batallón regular de infantería y dos batallones de equestria posicionados en los sectores de la muralla conectados a la fortaleza que se les había cedido.

La muralla no estaba completamente restaurada, pero se vigilaba, sin embargo, no se vigilaba en su máxima capacidad pues no había ninguna guerra lo que a su vez significaba que no había riesgo a ningún asedio.

En todo caso cuando llegué con el batallón perteneciente a Morfea no tarde en encontrarla, sus soldados me mandaron directo a un baluarte encontrándola dormida entre dos troneras con sus respectivos cañones. Me quede observándola un momento mientras dormía abrazada a un pequeño cañón de felpa. Era la escena más rara que había visto, la pared detrás de ella estaba llena de papeles con cálculos de tiro y notas, no sabía mucho de esta poni, pero al leer las notas me quedo claro que demasiado organizada no era, había una lista de compras mezclada entre las notas de artillería y planos.

Ya sin curiosear más en las notas me pare frente a ella e hice sonidos con la garganta intentando llamar su atención, al esto no funcionar la moví un poco y le dije:

-Hola, soy Cozy Glow, eh venido a verte ¿No? ¿No despiertas?

Uno de sus soldados que iba pasando por la zona me vio intentando despertarla, se acercó y me dijo señalando una campana dejada en el suelo junto al cañón.

-Toca la campana.

Observé la campanita, la tomé con mi cascó izquierdo y la hice sonar, inmediatamente después, la unicornio durmiente, se quejó, se estiro y abrió los ojos, observándome ahí parada frente a ella, bostezó y me preguntó con una voz suave y dulce mientras se acomodaba su chaperot, se tallaba un ojo y acercaba más su pequeño cañón a su cuerpo:

-¿Necesitas algo?

-Buenos días sargento – le dije sonriéndole y continué – Soy Cozy Glow sargento del segundo batallón de caballería aérea imperial

Ella me observó un momento, inclino la cabeza ligeramente hacía un lado, parecía confundida, sin embargo, pronto se ilumino su rostro y dijo:

-¡Ah sí! te recuerdo, eres la nueva princesa ¿te ascendieron el mismo día de tu cristalización no?

-Sí, así es, un gusto.

-Al contrarió princesa el gustó es mío – me dijo mientras se levantaba y estrechaba mi casco – ¿A que le debo el honor?

-A mi curiosidad, me habían contado que eras de las mejores artilleras del Imperio.

-Sí, mi papa es general, muchas veces a dicho, que nací con un cañón en cascos, metafóricamente claro – me respondió riéndose.

-Veo tienes aquí muchas notas interesantes - ¿Qué son?

-Cálculos de tiro de distintos cañones, morteros, obuses, culebrinas, bombardas, artillería de cañón largo y corto, distintos calibres, artillería naval, cálculo igual variando las posibles cargas, ribadoquines, cañones puckle, tu menciona la pieza de artillería que quieras. -

- Ya veo, pareces saber bastante de tu campo y dormir mucho – le comenté sonriendo a lo que ella solo sonrió de regreso, se sonrojo un poco y rio nerviosamente. -Entonces, ¿tu padre igual es militar?

-Sí, es general en el ejército regular, aunque quiso que yo fuera parte de la guardia imperial, a la fecha está muy feliz de que haya logrado ser sargento.

-Pues, a mí me alegra saber que te tengo como compañera en la guardia, veras estoy conociendo a los demás capitanes de la guardia imperial, tú eres la segunda a la que me presento, Emerald fue el primero.

-Eh hablado con él un par de veces, su hermano es capitán en el ejército regular, caballería aérea igual que él, eh escuchado que se llevan bien con Sergei, un poni de pelaje azur con crines azul rey. Deberías pedirle te lo presente, es también nuestro compañero, sargento de uno de los batallones de infantería de la guardia.

-Se lo pediré – asentí, continué hablando con ella un rato antes de retirarme para reiniciar mi turno, ese mismo día ya en la tarde le pedí a Emerald me presentara al sargento Sergei, a lo que el acepto.

Mi sorpresa, sin embargo, fue que a Sergei básicamente ya lo conocía, lo había visto innumerables veces en el castillo encargándose personalmente de patrullar con sus hombres, su batallón era el encargado de defender nada más ni nada menos que el palacio en turno matutino. A pesar de esto, nunca había tenido largas conversaciones con el así que tomé la oportunidad, resulto ser el más serio hasta ahora, sin embargo, era agradable, parecía confiable y aparte ya había tratado con el antes.

En cuanto a mi propio batallón, tenía toda clase de ponis en el mismo, me había dado el tiempo de memorizar la mayoría de sus nombres, sin embargo, había dos que destacaban, el hermano pequeño de Angelina un recluta cuyo pelaje era violeta, y crin negra, su nombre era Giacomo Niebieski. Angelina me había encargado le mantuviera un ojo, que no hiciera nada imprudente, era buen chico en general.

La otra destacable era la pegaso Amatista Rioja, cuyo pelaje era de tonalidad violeta rosado y su crines color violeta, en su caso destacaba por ser de las mejores del batallón, su técnica de carga con lanza y con espada eran impecables y su velocidad de vuelo era digna de un wonderbolt. Es más, me extrañaba que no estuviera en algún grupo de vuelo deportivo y hubiera elegido la caballería aérea en cambio. Había otra particularidad con esta pegaso, aparte de tener el pelaje cristalino como cualquier otro poni de cristal, tenía un pelaje más voluminoso, cubriéndole este sus cascos casi totalmente como si fueran pequeñas faldas. Resultaba ser que pertenecía a una especie de pegasos nativa del imperio, pegasos acostumbrados y adaptados a sobrevivir en ambientes demasiado fríos.

Cuando hacíamos prácticas de táctica y guardias, solía formarlos uno cerca del otro, pues parecían tener amistad y aparte Amatista controlaba el ímpetu de Giacomo. Había logrado hacerme buen lugar dentro de la guardia del Imperio, mi batallón me aceptaba, los otros sargentos parecían aceptarme también y a algunos les agradaba bastante. Con esto yo podía llegar a asegurarme el apoyo del ejercito si llegase a pasar cualquier cosa.

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