Contra-Ofensiva.

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Después de una reorganización y el regreso de varios oficiales con refuerzos y recursos, entre ellos Sergeí, reiniciamos la marcha al sur, los papeles habían cambiado, ahora nosotros pasábamos a ser la fuerza invasora y Equestria pasaba a la defensa. Los pueblos y ciudades mas cercanas a la frontera con mayoría de población imperial no ofrecieron resistencia, al contrario, nos recibieron con festejos. Avanzamos asegurando kilómetros, sin mayor problema, hasta que entramos de lleno en Equestria, una vez pasamos el territorio que alguna vez había sido del Imperio, comenzamos a encontrar cierta resistencia, nos enfrentamos a grupos de milicia que se habían unificado en pequeños ejércitos intentando pararnos.

Tomamos pueblo tras pueblo, ciudad tras ciudad, algunas lucharon, otras se rindieron, no queriendo arriesgarse a las consecuencias de un asedio. la primera complicación que tuvimos fue cuando nos dirigíamos capturar Ponyhattan, se nos informó que en la ciudad se habían resguardado el ejercito real y gran parte de las milicias del noreste Equestre. Planeaban hacernos frente en la misma, por lo que no tendríamos más opción que capturarla por las armas, sin embargo, había un problema

Ponyhattan siendo una ciudad con la mayoría de su territorio en una isla y otra pequeña porción de la misma en tierra continental, la volvía un blanco difícil de tomar solo desde tierra, estaba informada que nuestra armada estaba en camino, pero ahí venia el siguiente problema, en los informes de Janina aclaraba que en la ciudad estaba gran parte de la armada equestre anclada en el puerto de la ciudad, significando un gran peligro para nuestra propia armada. Mientras el mar alrededor de la ciudad fuera controlado por Equestria difícilmente íbamos a poder capturar la ciudad, a pesar de las pocas defensas terrestres que tuviera.

Avanzamos hacia la ciudad planeando al menos iniciar el asedio, tomar las afueras de la misma y dejar solo la isla como bastión Equestre. No esperaba que el ejercito real reforzado con las milicias locales nos dejara hacer esto, y mis sospechas fueron ciertas. Cerca de las afueras de la ciudad el ejercito real tomó formaciones para enfrentarnos, teniendo números similares a los nuestros, pero con una enorme cantidad de milicias y poco ejército profesional.

Rápidamente ordené el despliegue del ejercito empezando la batalla, más temprano que tarde la niebla de batalla surgió del humo de los mosquetes. El combate no duro demasiado, mi ejercito veterano empujo con fuerza causando que la mayoría de las milicias entraran en retirada ante las perdidas. El ejército regular que le quedaba al ejercito real, componiendo el centro de la formación duro un poco más, pero la caída de sus flancos causo que terminaran parcialmente rodeados y tuvieron que retroceder.

Continuamos el empuje encerrando a los Equestres en la isla principal de la ciudad, ahí sostuve el asedio, suponiendo lo costoso que podía ser un asalto. Además, me preocupaba entrar en el rango de los cañones de la flota Equestres, ordené levantar campamento y esperar. Reorganice el ejercito pensando en las mejores opciones de avance para capturar la ciudad, ordené a Morfea avanzar las baterías de artillería a la sección capturada de la ciudad y empezar un bombardeo, a falta de fortificaciones de su lado, podríamos causar estragos.

También tuve que dejar parte del ejercito cuidando nuestra retaguardia, no quería un ejercito miliciano me golpeara por la espalda. Al amanecer del siguiente día comenzó el bombardeo, sin muralla alguna que defendiera la ciudad, las balas razas impactaron en las defensas provisionales que el ejercito real intentara levantar. Aunado a esto muchos edificios civiles sufrieron daños causando un fuerte golpe en la moral de los defensores. Para el segundo día de bombardeo habíamos logrado reducir a escombros buena parte de los edificios colindantes con el borde de la isla.

Sin embargo, con la amenaza aun presente de la flota equestre, no me animaba a lanzar una ofensiva. No expondría mi ejercito a sus cañones, aunque ellos si fueron suficientemente aventados para intentar detener mis intentos de bombardeo, un contingente de su ejercitó apoyados por cuatro bergantines y dos fragatas que entraron al estrecho entre el continente y la isla lanzaron una ofensiva. Con el apoyo del fuego de los cañones de sus barco intentaron despojarnos de nuestro avance inicial, Morfea concentro el fuego en los barcos enemigos.

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