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Adjunto foto de Chase que creé. Así es como yo me lo imagino.

Sam

Jason estaba tumbado sobre el suelo, con sus ojos cerrados. Lo observé un segundo. Ese segundo me bastaba para comprender que, cuando Skyler se despertara, sentiría que no podría volverse a perdonar a ella misma por esto. Jason, un simple humano con poderes que no me caía bien, ahora estaba en transición, y ninguno de nosotros teníamos la certeza de que él iba a volver a despertarse. Si lo hacía, había varios factores que analizar, porque todo dependía de cuánto tiempo su alma viajó al infierno. Como mencioné, Jason nunca me cayó bien, tal vez porque éramos enemigos por naturaleza, pero me daba lástima que esto le ocurriera. Todo fue muy de repente.

—Tranquilo, ella respira —me dijo Blake, intentando calmarme.

Observé a Skyler, quien descansaba entre los brazos de mi amigo, totalmente inconsciente. Miré la herida de su cuello: eran dos puntos, pero estos seguían sangrando. Respiré profundo, intentando desviar mi atención de mi apetito. Olía mucho a sangre. Caminé hacia Jason y me agaché para poner mis dedos sobre su cuello.

—Sí, lo mató —afirmé. No tenía pulso.

Recibí una llamada de Andrew. Atendí de inmediato.

—¿Qué ha pasado, Sam? —preguntó mi hermano, preocupado.

—¿Qué ha pasado? Chase se salió de la casa y le dijo a Nate que se iría contigo al estúpido partido. Vino a ver a Skyler. La atacó, Andrew. A ella y a Jason.

—¿Qué dices? ¿Dónde estás?

—En la oficina del director. Tenía a Skyler encerrada, la mordió, pero no se convertirá porque la mordida duró más de un segundo. Jason, en cambio, terminó muerto.

—¿Estás de broma?

—¿Te parece que bromearía con algo así? —me sentía irritable. Todo se había ido al carajo. Un descuido, y Skyler tenía una mordida en su cuello y Jason estaba muerto.

Colgué la llamada, sin esperar una respuesta de su parte. Me dirigí hacia Skyler, observándola completamente. Me encontraba muy preocupado por ella, a pesar de saber que tenía pulso. Quité el cabello de su rostro y acaricié su mejilla derecha con mi pulgar. La jodida angustia oprimía mi pecho.

—Oh, mierda, ¡Jason! —exclamó Sara, asustada por el chico. Se agachó y palmeó su cara—. Oye, Jas, despierta. Vamos...

—No va a despertarse así, está en transición —dije, serio.

—¡Mierda! Mataré a tu hermano cuando lo vea. Ese hijo de puta —maldijo Sara—. ¿Skyler está bien?

—A ella no la convirtió, creo que quiso matarla.

Sara se acercó a Skyler, sostuvo su mano mientras lagrimeaba. Andrew sacó su teléfono y le marcó a Zach para que él y Nate estuvieran atentos en caso de que Chase fuera a la casa. Dudaba mucho que lo hiciera, pero no tenía nada de malo ser precavidos. Con un demonio nunca se sabe.

Miré la herida en la cabeza de Skyler y noté que, afortunadamente, no era nada grave, pero ella iba a necesitar que desinfectaran la herida. Tomé a Skyler entre mis brazos y me puse de pie. Andrew y Blake levantaron a Jason y, entre todos, fuimos hasta el estacionamiento del instituto. Metí a Skyler en la parte trasera del auto: me subí con ella para que su cuerpo estuviera apoyado en mi pecho y estuviera cómoda. Andrew metió a Jason en la parte trasera de su coche.

—¿Qué haremos con Jason? —preguntó Andrew.

—Llevémoslos a mi casa ahora mismo —ordenó Sara—. Tal vez haya manera de traer el alma de Jason a su cuerpo otra vez, pero no nos queda mucho tiempo. Necesito a Ryan. No puedo hacerte este hechizo yo sola.

Atracción destructiva +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora