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Editado. 

Skyler

—Estoy esperando a que hablen. Pregunté algo, no quiero que se queden callados mirándome como dos bobos.

—Deberías tocar antes de pasar y no tendrías por qué escuchar conversaciones ajenas —replicó Luke. Lucía frustrado y molesto.

Revoleé los ojos y me crucé de brazos.

No tenía ganas de respuestas que no fuesen las que yo pedía, porque claro, cuando ellos preguntaban siempre tenía que contestar directo, pero cuando yo inquiría algo y no querían darme explicaciones me salían con cualquier cosita con tal de desviarme del tema.

—¿Me contestan? Dejemos las molestias fingidas.

—¿A qué vienes? —preguntó Luke, escaneando con su mirada todo mi rostro. Al igual que Ryan, él parecía nervioso y tenía la cara pálida, aunque con un toque más calmado.

Ryan se levantó de la cama, dispuesto a irse. Bloqueé la puerta cerrándola y poniéndome delante de él. Observé a Luke.

—Ah, no. De eso nada —negué con el dedo índice—. Están mayores como para andar esquivando mis inquisiciones. Les voy a decir cuando ustedes me digan de qué estaban hablando, porque las cosas que yo oí no tenían mucho sentido y me han dejado confundida. —Volví mi mirada a Ryan—. ¿Cómo es eso de que quieres pedirle a mamá que me pague un pasaje? —pregunté. Después retomaría la pregunta referida a Chase—. ¿Me quieres lejos?

—¡No! Por supuesto que no, Skyler. ¿Qué dices?

—Entonces...

Ryan parecía mucho más nervioso que antes, también ansioso por salir del cuarto. Pero no me importaba ni siquiera que el ambiente estuviera tenso, porque a mí me iban a responder. Debían aclarar mis dudas después de lo que oí. Si se trataba de mí, entonces era obvio que iba a querer escucharlo y que pegaría mi oído en la puerta. Y si ellos no querían que lo supiera, entonces era porque algo no andaba bien, lo que aumentaba el apetito de mi curiosidad. Ya lo había dicho, yo era así, muy curiosa. Y para empezar, ambos se habrían ahorrado el interrogatorio si se hubiesen dispuesto a hablar más bajo.

—Era solo una idea.

—¡Ryan! —se metió Luke, intentando callarlo.

—Se trataba de mí, quiero saber —me excusé—. Por lo visto hay algo que no quieren que sepa, y si hay próxima vez en la que intenten ocultarme alguna cosa, bajen la voz. Se le llama susurrar, por si no sabían.

—Da igual, no tiene nada que ver.

—La conversación es de mayores —acotó Ryan, y se me escapó una risa sin nada de gracia.

—¡Me tienen hasta los huevos con eso de que son mayores! Déjense de estupideces.

Ambos se rieron.

El simple hecho de que estuviesen riéndose me molestaba. No era una risa exagerada la que ellos emitían, pero tampoco les estaba dando el permiso de reírse cuando yo sí les estaba hablando en serio.

—Skyler, solo hablábamos de esto porque ya es la segunda vez que te pasa algo en la escuela. Primero lo de que te enviaron a la dirección, y ahora las muñecas —explicó Ryan.

—Reventaré a ese maldito en cuanto lo vea —advirtió Luke, mirándome fijamente.

Negué con la cabeza.

—No, tú no vas a hacer nada, porque si lo haces le diré a la tía y no será bueno para ti.

No me gustaba amenazarlos. De hecho, no solía hacerlo, y cuando lo hacía, después me sentía mal, siempre dependiendo de cuál era la situación. Pero no sabía bien qué hacer cuando se ponían en el papel de cabezotas. Porque Luke era muy parecido a Ryan; cuando la bronca se les subía a la cabeza, a veces era complicado pararlos, y no quería que Luke generara problemas, ni en la escuela, ni con los tíos. Ya había acordado con Ryan que él no haría nada loco como para que ahora Luke fuese una jaqueca en mi cabeza.

Atracción destructiva +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora