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Editado.

Skyler

Miré el suelo por otro minuto más hasta que oí la voz de Ryan llamándome. Levanté la mirada para encontrarme con la de mi hermano, y pude observar su cara de preocupación. Tenía las cejas elevadas, claramente confundido, y con sus ojos me preguntaba qué era lo que había pasado para que terminara sentada fuera de la oficina del director el primer día de clases.

Y en resumen... Chase White es lo que pasó.

El chico podría haber ido a sentarse en el banco de atrás, pero no. Él quería sentarse justo en donde yo había posado la cola. Y después armó un papelón.

Claro estaba que con él jamás tendría una buena relación. Pero tampoco era algo que me importara.

—¿Qué pasó? —preguntó una vez a mi lado. Me levanté del asiento y entrelacé mi brazo con el de él.

—Nada, solo un idiota —respondí, cruzando miradas con Chase, provocando que Ryan lo mirara.

—¿Qué te hizo? —indagó, aún con la mirada en él.

—Le pegó a un chico que fue muy amable en defenderme de él, y yo me metí en la pelea y lo golpeé —respondí, apenada.

Bajé la mirada cuando sentí la de mi hermano sobre la mía.

—¿Y él te pegó?

—No, claro que no le pegué. No haría eso —respondió Chase para mi sorpresa.

Con Ryan lo miramos.

—No hablo contigo, no te metas —Ryan lo fulminó.

El grosero rodó los ojos.

—No, no me hizo nada.

—¿Segura?

—Sí —aseguré.

—Si no le crees le puedes preguntar al profesor presente y verás que no le he levantado la mano a tu hermana —volvió a colarse.

—Cállate, Chase.

—¿Lo conoces? —pregunté a Ryan, sorprendida de que supiera su nombre.

—Algo así, me dijeron que tiene cierta reputación de mierda en el pueblo —respondió, pero yo no le pregunté nada más—. ¿Te puedo llevar a casa ya?

—Aún me queda una clase más, y a Luke igual. Y no, tienes que hablar con el director, por algo te pidieron que vinieras.

Asintió.

—Bueno... —contestó, dudoso.

La puerta de la dirección se abrió, y Jason y su madre salieron de la oficina. Crucé miradas con él y pude observar su ojo algo morado. Le lancé una mirada de preocupación y me regaló una sonrisa que provocó que me tranquilizara. No estaba muy mal, pero sí se había llevado un par de puñetazos.

Pero Chase tampoco se salvaba.

No sé qué fue lo que me pasó. Yo no era de pelear, ya lo había dicho. Jamás lo había hecho. Siempre me enseñaron que a las manos las tenía que tener en los bolsillos y no en la cara de alguien. Pero después de ver cómo Chase golpeaba a Jason, me vi invadida por un sentimiento de injusticia, por lo que algo dentro de mí se arrebató y, cuando menos me di cuenta, ya tenía mi puño en la cara de Chase.

Tampoco sabía cómo, pero había tomado una vez más al chico del brazo con una fuerza que ni yo sabía que existía en mí, provocada por la adrenalina. Mi puño fue justito en medio de su nariz, provocando que la recién nombrada comenzara a sangrar de inmediato. Los ojos de todos, hasta inclusive los del profesor White me miraban con sorpresa, y por un momento Chase me miró tan feo que pensé que me iba a golpear. Pero eso nunca pasó. White nos acompañó hasta la oficina del director para que solucionáramos el tema con la máxima autoridad.

Atracción destructiva +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora