Skyler
No era un secreto para mí que, desde que Chase murió, Madeline se deprimió mucho. Pero no sabía que intentó suicidarse al sentir que no aguantaría ese dolor durante la eternidad. Tengo que admitir que la entendía, y más porque ella era un vampiro, un ser inmortal, y sé que amaba a Chase como si fuera su hijo biológico. La manera en la que cuidaba de Chase y lo apoyaba con los problemas que él tenía lo demostraban. Perderlo la afectó a grandes niveles. Ella pensaba que quien lo asesinó fue Caleb, que por desprecio y orgullo le arrebató la vida para desligarse de él y acabar con los problemas, pero la realidad es que fui yo quien no tuvo más remedio que hacerlo.
Una noche, Madeline salió de la casa sin hacer ruido y regresó a la tarde del siguiente día. Consiguió sangre de hombre lobo y buscó una pistola y una bala para matarse. Y se disparó en la noche, cuando no había nadie. Es una manera agonizante de morir. Sobre todo en su caso, porque moría lentamente. Por suerte Nate regresó a la casa junto con Andrew y, mientras uno de ellos sostenía a Madeline por el dolor, el otro sacaba la bala. Se salvó por muy poco y se sintió cansada durante días.
Nate parecía seguir conservando su sentido del humor que tanto lo caracterizaba, pero pude percibir una tristeza en él, esa misma que sentí cuando lo conocí, pero un poco más acentuada. Quería saber qué tenía, quería que me contara, pero tenía miedo de preguntar y hacerle mal. Pude suponer que se trataba de su hermano. Pero había algo más allí.
Luego de hablar de su madre, siguió Andrew en la historia, y sí, estaba saliendo con una chica, y al parecer se lo veía muy enamorado. Pobre de Sara. Ella aún lo amaba. Zach, en cambio, estaba soltero, y sin intenciones de buscar novia pero, por supuesto, por ahí tenía sus noches locas con alguna que otra chica. Y Sam, tal como Jason me dijo, no había regresado al pueblo y se sabía poco de él.
Era triste pensarlo. Los cinco siempre estuvieron juntos, siempre unidos, como era su promesa. No era nada usual que alguno tomara un rumbo diferente, pero luego de la muerte de Chase todo cambió. Las cosas no eran iguales. Además, no solo había muerto mi novio, sino que también el imbécil de Caleb y que, a pesar de haber sido despreciable para mí, para los chicos fue duro perderlo. Al fin y al cabo, era su padre.
Luego me tocó a mí contarle todo lo que a Chase le había contado hace un rato atrás. Se quedó sorprendido, y hasta noté un poco de molestia en él.
—¿Estás molesto conmigo?
—No.
—¿Entonces por qué tienes esa cara?
—Estoy pensando —apartó los ojos de mí.
—¿En qué piensas?
Me miró unos segundos, y luego, sorpresivamente, se tapó la cara, lo cual me dio a entender algo que me rompía el corazón. Me quedé sopesando la situación y analizando mi próxima acción. Era la primera vez que veía a Nate llorar, y no estaba segura de qué tipo de persona era él en momentos como estos: de esos que aceptan contención o de esos que huyen de ella y te tratan mal para apartarte. Pero me arriesgué a ser alejada y lo abracé, sin primero haberme asegurado de que sí estaba llorando.
—Ay, Nate.
Se aferró a mí con fuerza, como si se sintiera completamente solo y asustado. No oí su llanto, pero sabía que sí seguía llorando, porque su respiración era bastante irregular y algunas gotas mojaban mi hombro.
—Cuéntame qué sucede —pedí. Estaba preocupada por él. Pero Nate se quedó en completo silencio, y recién en unos minutos se separó de mí y tomó grandes bocanadas de aire para luego suspirar largamente y empezar a explicarme el motivo de su dolor. De todas formas, yo me daba una idea. Era por Chase.
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Atracción destructiva +18
Romance¿Qué tan dispuesto estás para renunciar a tu vida por la persona a quien amas? Chase White convive con un pasado oscuro y perturbador con el que debe cargar por el resto de su vida. Skyler, por otro lado, no sabe su real identidad y lo peligrosa q...